Icono de Nuestra Señora de CzęstochowaLa imagen milagrosa fue reconocida oficialmente por el Papa Clemente XI en el año 1717. La corona dada por el Papa fue utilizada durante la primera coronación oficial de la imagen, pero este símbolo del reinado de Nuestra Señora fue robado en el año 1909. La corona fue reemplazada por una de oro incrustada con joyas regalada por el Papa San Pío X. Jan Casmir, Rey de Polonia, quien peregrinó allá en el año 1656. Después de haber colocado su corona a los pies del altar de la Virgen, prometió, «Yo, Jan Casmir, Rey de Polonia, os tomo a Vos como Reina y Patrona de mi reino; coloco a mi pueblo y a mi ejército bajo vuestra protección…» Mayo 3, el día en que se hizo este voto, fue designado por el Papa Pío XI con la fiesta de María bajo el título de «Reina de Polonia».

Aunque el Icono de Nuestra Señora de Czestochowa ha estado íntimamente ligada a Polonia en los últimos seiscientos años, su historia previa a su arribo está rodeada de numerosas leyendas que remonta el origen del icono hasta San Lucas quien lo habría pintado sobre una madera de ciprés de la casa de la Sagrada Familia.

Uno de los documentos más antiguos de Jasna Góra establece que la pintura viajó desde Jerusalén, vía Constantinopla, hasta llegar finalmente a Czestochowa en agosto de 1382. A la Virgen Negra se le atribuye la milagrosa salvación del Monasterio de Jasna Góra (Español: Monte Brillante) de la invasión sueca del siglo XVII mediante El Diluvio, que cambió el curso de la guerra. Este evento condujo al Rey de Polonia Juan II Casimiro Vasa a «coronar» a Nuestra Señora de Czestochowa («la Virgen Negra») como Reina y Protectora de Polonia en la Catedral de Leópolis el 1 de abril de 1656.

Otra leyenda concerniente a la Virgen Negra de Czestochowa es que la presencia de la sagrada pintura salvó a su templo de ser destruido por el fuego, aunque las llamas oscurecieron los pigmentos de la obra. La leyenda concerniente a los dos rasguños sobre la derecha del rostro de la Virgen Negra dice que un asaltante husita blandió su espada sobre la imagen y le infligió dos cortes profundos. Cuando el asaltante trató de infligir un tercer corte, cayó al piso y tembló en agonía hasta que murió. La leyenda cuenta que ha habido intentos de reparar los daños pero estos vuelven a reaparecer una y otra vez.

Otra leyenda señala que como el asaltante cortó la pintura dos veces, el rostro de la Virgen María empezó a sangrar, con pánico los asustados husitas retrocedieron y dejaron la pintura.

Debido a la Virgen Negra, Czestochowa es considerado como el más popular santuario de Polonia, por el peregrinaje que realizan cada año muchos católicos polacos. Con frecuencia, la gente se alinea a cada lado de la carretera dando provisiones a los peregrinos quienes caminan durante un día entero hacia Czestochowa y llevan pocas cosas para sí mismos.