Terminé mis ejercicios espirituales anuales de San Ignacio de Loyola el día 26 de septiembre en un pueblo de Valladolid. Vuelvo a casa y sobre mi mesa hay varias revistas y folletos: ¡independentismo, independentismo, etc., etc.! Leo el folleto publicado por “Cristians per la independencia.” Formidable manipulación.bandera cataluña y españa 454454

Entre otros textos, publican unas palabras del Beato Pere Tarrés del año 1932: “Porque nuestro idealismo es puro y cristiano, sin odios, ni rencores, ni prejuicios, en el momento en que esta Patria nuestra va camino de una nueva estructuración, no nos hemos descuidado de implorar la protección del Cielo, la gran Patria de todo el mundo, para llegar a la cual nos es necesario en primer lugar dignificarnos en la tierra en que Dios nos ha puesto viviendo un verdadero patriotismo.” Dignidad y patriotismo. Todos los españoles, los recobraron por Franco y sus cruzados.

La editorial Casals publicó en 1987 “Mi diario de guerra, 1938-1939” del Beato Pere Tarrés. 361 páginas que todo español debería leer, empezando por los catalanes. Leamos su último testimonio, escrito el día 26 de enero de 1939.

«26 enero 39.-Barcelona. ¡Qué pesadilla esta noche! ¡Qué angustia! He soñado que el capitán Arribas, del Estado Mayor, había descubierto mi deserción y que había venido a buscarme muy serio y con el brazo todavía amenazante. He soñado rocas, montañas, escondites y momentos de angustia. Heridos con llagas gangrenadas y fracturas… Sólo ha sido un sueño.

He experimentado un alivio al despertarme y encontrarme bajo la acogedora casa de los buenos amigos Casanelles.

Por la mañana temprano, noticias. Ha caído Solsona, como anotaba ayer, y continúa el avance hacia Barcelona. Por aquí están ya en San Pedro Mártir. Ahora justamente han llegado.

He oído la santa misa y he comulgado, mientras fuera continuaba el estruendo de los fusiles y los morteros y las bombas de mano, estruendo que había comenzado hace unos momentos.

La misma expectación de ayer, pero todavía más fuerte. Casi temblaba de emoción. ¡Dios mío, salva a la Patria! Cuando pienso que todo este ruido es el mismo que oía antes de ocupar los pueblos de Cataluña en los que hacíamos resistencia, y que ahora lo oigo a las puertas de Barcelona, no sé qué me ocurre de tanta alegría.

El ruido se acerca. Todos los están esperando. ¡Qué deseos de salir y de respirar a pleno pulmón el aire puro de la paz! ¡Se acerca la primavera y con ella la tan suspirada paz y el restablecimiento del Reino de Cristo! ¡Reino santo, de amor, de caridad!

Anoche hablaron los representantes de las juventudes antifascistas, de los partidos comunistas, socialistas, CNT, recomendando la resistencia, el levantamiento de barricadas, la defensa palmo a palmo, el levantamiento del pueblo, y mencionando los tópicos de la invasión extranjera, del nombre de Cataluña -ellos hablando de Cataluña en castellano, todos, qué cosa más exótica-, de sus libertades y de la República (?) Española y de las esencias del proletariado. Palabras que caían en el vacío, como gotas heladas en un corazón ya muerto. Sin calor, sin entusiasmo, sin vibración, convencidos del fracaso. Casi daba risa. En el mes de enero de 1939 no estamos en el19 de julio de 1936. ¡Quién quieren que se levante, si toda la juventud ha sido asesinada o ha muerto en la guerra! ¿Quién puede levantarse para defender un terrible régimen de tiranía y de terror bajo la estrella roja y la bandera roja y negra o encarnada, del odio a muerte y la lucha de clases?

Palabras que se lleva el viento y que no entran en el corazón de nadie. ¡Desgraciados! Estoy convencido de que se acercan para España horas de gloria y de luz y de reconciliación, de fuerza creadora.

Estoy convencido de que renacerá la llama viva del cristianismo, más viva que nunca.

Son las cuatro de la tarde. Vivimos momentos únicos. Momentos de emoción sublime. Saltaría de gozo. Lloraría de alegría. Radio Zaragoza ha dado ahora mismo la noticia de que Barcelona, ha sido totalmente rodeada y que ya han comenzado a entrar. Discursos. Gritos de «Barcelona» y «Cataluña». España y el mundo entero están pendientes de las noticias que se van dando. Barcelona reconquistada para España y para Cristo. Barcelona liberada del infierno rojo. El marxismo, bajo todos los aspectos, ha sufrido el golpe más decisivo. Cataluña, Cataluña está ya salvada. Horas históricas. Estamos conmovidos. Aquí con la familia Casanelles y con los amigos PallaroIs y el padre Evangelista estamos emocionados junto a la radio. Las ametralladoras todavía suenan. Algún cañonazo retumba en nuestro cielo. Radio Asociación da música. La aviación sobrevuela la ciudad, a baja altura.

Dios mío, ¿es posible que llegue la hora de la liberación? Benedicite omnia opera Domini Domino! Cuando todo parecía hundido, Tú has resurgido lleno de gloria. ¡Señor, es tu gloria lo único que me interesa, la única cosa por la cual late mi corazón! ¡Dios mío, Dios mío, gracias por haberme permitido presenciar tanto gozo, la alegría de un pueblo que resucita! ¡Dios mío, Dios mío! Laudate Dominum!

A las cinco de la tarde, en medio de una emoción indescriptible, Radio Asociación de Cataluña ha señalado la entrada del Ejército Nacional liberador de España en las Ramblas. Ha sido algo grandioso. A los gritos de «Arriba España» y «Viva Franco», con la voz fatigada, casi sin aliento, han anunciado a los cuatro vientos la conquista de Barcelona. Las lágrimas casi han asomado a los ojos. La emoción y el entusiasmo populares que se han lanzado a la calle han sido formidables. No he podido resistir la alegría; me he puesto el traje de paisano y hemos salido a la calle con los amigos Casanelles y Pedreral. La gente aclamaba por la calle a las tropas y las columnas motorizadas que iban llegando, aclamando a Franco y a la España única, libre y grande. Nos abrazábamos en plena calle. La gente te paraba en medio de felicitaciones y gritos de alegría. Abrazos, besos, lágrimas. ¡Dios mío, qué admirable! ¡Ha sufrido tanto Cataluña! ¡Ha llegado la hora de su liberación! He ido a casa y hemos rezado una estación al Santísimo. Hemos ido a casa de Pedro Llumá, mosén Pedro Llumá, y de allí con Rofy Bassols a casa del padre Torrents, que nos ha recibido lleno de alegría.

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo, Dios de amor!

¡Viva la Virgen de Montserrat! ¡Viva la Purísima e Inmaculada Concepción, patrona de España!

Me he sentido profundamente español y nunca como hoy me sale del corazón un grito bien alto de:

¡Viva España! ¡Viva Cataluña española! España está destinada a ser una gran fuerza. Ella será el nuevo hogar del cristianismo. Dios mío, ilumina a Franco y los otros dirigentes, para que todos sus actos estén informados por las doctrinas de amor y de paz cristianas, como hasta ahora.

¡Dios mío, salva a la Patria! Te ofrezco todos los sufrimientos y angustias padecidos hasta ahora. Por nada del mundo querría cambiar esta satisfacción de haber sufrido por amor a Ti. Que estos años de sufrimientos sirvan para tu gloria y para la santificación de mi alma. Los generales del Ejército han pronunciado ahora una alocución formidable, que ha encendido nuestro corazón, hablando de amor, de paz y de justicia. Virgen María, Madre mía, contempla la gloria de tu Hijo. Reina de España, continúa velando por nuestra Patria.

Reina nuestra, que pronto los templos canten tus glorias. ¡Aumenta mi vocación, auméntala mucho, mucho! Hazme un gran apóstol de tu Hijo y de tus grandezas. ¡Dios te salve, María! Madrecita mía, consuela a las familias a las que les faltarán tantos seres queridos que contemplan nuestra alegría desde el cielo. Que ellos continúen velando por la salvación de la Patria. Madre mía, consuela a tantas madres desoladas, tantas hermanas, tantas esposas viudas, tantos huérfanos…

Jesús mío, te ofrezco a Ti todo este sufrimiento, este sufrimiento colectivo, toda la sangre derramada, todo el dolor de tus hijos; y la vida de tantos inocentes y de tantos amigos…

Los desgraciados de la CNT-FAl están resistiendo todavía. Es cosa de pocas horas. Que Dios se apiade de ellos. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España cristiana! ¡Viva Cataluña española!

Y pongo fin a mi Diario de guerra.»

Hace un par de años escribí en contracorriente tres artículos: Franco ¿Asesino o Santo?, Franco Santo, Franco hijo predilecto de la Iglesia y otras chispicas y cosillas sobre el Caudillo de España. Nadie ha sido más incomprendido por los “buenos”, ni más calumniado por los ateos, antiteos y mamarrachos.

Ciertos independentistas han dicho durante muchos años: “España nos roba.” Ahora ya sabemos los que robaban.

Manuel Martínez Cano, mCR