Padre Jesús González-Quevedo, S.I.
Salamanca, 1971
Cuando dentro de la Iglesia se dan estas corrientes, aunque haya sido y siga oficialmente reprobada, como está dicho en nota; cuando se diviniza al hombre y al mundo, y se cree ciegamente en una fatal e irreversible evolución perfectiva como si los hombres no fueran libres para facer y desfacer las cosas, y la Providencia divino no dirigiera la historia; cuando se olvida a Dios y se desconoce la inmutabilidad de las esencias creadas, cuyo último fundamento, es la esencia divina; cuando fuera de la Iglesia todo conspira contra la vida del espíritu, y por la televisión controlada se ha metido el mundo más mundo en bastantes familias religiosas, en las que se ha acabado también con la obediencia por respeto «a la dignidad de la persona humana»; cuando se forma a los jóvenes religiosos con cine-forum y lecturas de Unamuno, Ortega y Teilhard primero, para pasar después a los teólogos protestantes de la teología de la muerte de Dios: Tillich, Bonhoeffer y Robinson, continuando con toda clase de humanismo heterodoxo (41), y terminando finalmente con Marx, Mao Tse-Tung y Marcuse, permitiendo al mismo tiempo que los verdaderos directores de esos jóvenes sean revistas como «Ciervo», «Cuadernos para el Diálogo» e «Índice»; Sigue leyendo →