Monseñor Celso Morga Iruzubieta, secretario de la Congregación para el Clero y arzobispo de Alba Marítima ha dicho que debemos: Llevar la gente a la luz de la fe, liberándoles de la pobreza de verdad, que es la verdadera tristeza y la verdadera pobreza del hombre. Asimismo, la Beata Teresa de Calcuta dijo que el mayor mal del mundo actual es que la gente no se siente amada. Amor y Verdad, dos atributos de Dios. Es una lógica aplastante: como los hombres se alejan de Dios, cada vez son más pobres en la verdad y en el amor.

En su mensaje a los jóvenes en el Monte del Gozo de Santiago de Compostela, yo oí decir al Beato Juan Pablo II lo siguiente: Estoy seguro de que a vosotros, como a casi todos los jóvenes de hoy, os preocupa la contaminación del aire y de los mares, es decir, la problemática de la ecología. Os indigna el mal uso de los recursos de la tierra y creciente destrucción del medio ambiente. Y tenéis razón. Hay que actuar, de forma coordinada y responsable, para cambiar esta situación antes de que nuestro planeta sufra daños irreversibles. […] Pero, queridos jóvenes, también hay una contaminación de las ideas y de las costumbres que puede conducir a la destrucción del hombre. Esta contaminación es el pecado, de donde nace la mentira.

Mentiras y pecados difundidos por los medios de comunicación, por el príncipe de este mundo, Satanás, padre de la mentira y el primero que pecó, revelándose, contra Dios. No es fácil encontrar hoy la verdad entre tantos errores y mentiras que circulan por los medios de comunicación y por los foros políticos. Sin embargo todos tenemos la obligación de buscar la verdad y vivir en la verdad. Porque la verdad existe en sí misma, es la realidad, opinen lo que opinen los hombres y digan lo que digan los partidos políticos.

No debemos confundir la mentira con la verdad. No podemos aceptar, ni decir, que dos por dos son cinco, ni que vemos con las narices. El entendimiento humano debe acoplarse a la realidad de las cosas que eso es la verdad: la adecuación de la mente a la realidad de las cosas. La verdad no la crea el hombre, el hombre tiene la obligación de aceptar la verdad y vivir en la verdad. Todos los progresos científicos se han conseguido estudiando profundamente la realidad de las cosas. Todas las desgracias y corrupciones modernas, nacen de la mentira y del pecado.

La verdad os hará libres, dijo nuestro Sumo y Eterno Capitán, Cristo Rey. El sumo tirano de los malos, el demonio, dijo, por boca de Lenin: la mentira será nuestra arma revolucionaria. La mentira más perversa es la de que la mayoría decide lo que es verdad.

¡Viva Cristo Rey!

P. Manuel Martínez Cano, mCR

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