Etiquetas
adán, alabanzas, alabar, andrómeda, arco iris, Beata María Pilar Izquierdo, beata teresa de calcuta, bondad, Calcuta, Casiano, criaturas irracionales, Dios, Dios nuestro, doctor de la iglesia, eclesiástico, eterna felicidad, fin último, fin próximo, galaxia, Gloria de Dios, hacer reverencia, hombre, Maestro, meditación, mujer, nebulosa de andrómeda, oficio divino, Salmo 19, salmos, san ignacio, san juan de ávila, Santa Faustina, Santa Maravillas de Jesús, santos de Dios, Señor, servir, tiempo ordinario, via láctea
El hombre ha sido creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, dice San Ignacio.
Es el fin próximo del hombre. El fin último es la eterna felicidad del cielo. ¡Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder! “El hombre y la mujer es el ser más maravilloso que Dios ha creado. Basta contemplar los ojos de un bebé, su luz, su transparencia, su sonrisa, para ver a Dios.
Sí. Hemos sido creados para alabar a Dios. Los Salmos están repletos de alabanzas al Señor, que debemos hacer nuestras, en todos los momentos de nuestra existencia; ¡cómo ensancha el corazón la alabanza a Dios! Alabemos a Dios.
La lectura del Oficio divino del jueves primero del tiempo ordinario, nos propone la meditación de unos versículos del libro del Eclesiástico. Alabar a Dios a quien nadie ha visto por la contemplación de todo lo que ha creado: “Voy a recordar las obras de Dios y a contar lo que he visto: por la palabra de Dios son creadas y de su voluntad reciben su tarea.
El sol sale mostrándose a todos, la gloria del Señor se refleja en todas sus obras. Aun los santos de Dios no bastarán para contar las maravillas del Señor. ¡Qué amables son todas sus obras!; y eso que no vemos más que una chispa.
Todas difieren…. unas de obras, y no ha hecho ninguna inútil. Una excede a otra en belleza: ¡quién se saciará de contemplar su hermosura ¡que glorioso espectáculo! El sol, cuando sale derramando su calor ¡qué obra maravillosa del Señor! ¡Qué grande el Señor que lo hizo! Sus órdenes espolean a sus campeones.
Las estrellas adornan la belleza del cielo, y su luz resplandece en la altura divina; a una orden de Dios ocupan su puesto y no se cansan de hacer la guarda.
Mira el arco iris y bendice a su creador: «¡qué esplendor majestuoso! Abarca el horizonte con su esplendor cuando lo tensa la mano poderosa de Dios”
Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y la alabanza, porque tú has creado el universo. El cosmos es inconmesurable. La Vía Láctea, nuestra galaxia, tiene cien mil millones de soles. Y se conocen cien mil millones de galaxias como la nuestra. La nebulosa de Andrómeda consta de doscientos mil millones de estrellas y está situada a dos millones de años luz de nuestra galaxia… las otras son aturdedoras. Leed el Salmo 19.
El doctor de la Iglesia, san Juan de Ávila nos dice: “Las criaturas irracionales no son capaces de ser amadas con amor de caridad; mas, tales cosas, como son los cielos, agua y tierra, animales y árboles, secundariamente se pueden amar, no por ellos , sino porque resplandece la gloria de Dios, que está en ellos; y así decís: “Bendito sea Dios, que crió tal árbol”. Y de quien bien queréis , aun la ropa que trae vestida la amáis, según que le es provechosa a aquél a quién queréis.
No es menester mirar los cielos ni la tierra ni todas las otras hermosuras para conocer algo de vuestra hermosura y bondad, sino mirar mis maldades y mi fealdad y allí veo vuestra bondad mejor que en todas las otras cosas. Señor; ¡que con todo eso me amáis! ¡que no me echáis delante de vuestros ojos, siendo yo cosa tan fea y leprosa de mi propia cosecha! Señor, ¡que a tales criaturas dais hermosura de vuestra gracia y amor! Verdaderamente más me amáis que nadie, y más que yo mismo, pues lo que yo no me supiera Vos me lo sufrís.
“Este es Dios; mayor en bondad que todos. Dios es amor y Dios es infinito”
Santa Maravillas de Jesús: “¡Qué importa todo más que Él sea glorificado! Nada tiene importancia fuera de la gloria de Dios, como nadie es nada fuera de Él, ni puede nada… lo único que importa es agradarle a Él y no que se entere la gente. ¡Qué buenísimo es nuestro Cristo, que hermosísima es su Iglesia! ¡Qué será el cielo!”
Beata María Pilar Izquierdo: “¡Qué bueno es Jesús nuestro divino Maestro! ¡Qué Corazón tan hermosos y que inmenso es el amor que nos tiene!” En todas las cosas vemos la mano de Dios; porque bien es verdad que las hojas del árbol no se mueven sin su voluntad”
Beata Teresa de Calcuta: “Una vez que comprendamos hasta qué punto Dios está enamorado de nosotros, ya solo podemos vivir la vida irradiando amor… Dios se nos ha entregado por completo. Pongámonos
nosotros por completo a su disposición”.
La Misericordia divina dijo a santa Faustina: “Proclama que la misericordia es el atributo más grande de Dios. Todas las obras de mis manos están coronadas por la misericordia.”
Casiano dice que: “alabar a Dios es narrar sus maravillas”. Lo primero que hizo Adán. Alabemos a Dios constantemente. Reconozcamos a Dios como nuestro bien supremo, como nuestro magnífico bienhechor. Vivamos estos ejercicios en la presencia de Dios, hasta llegar al conocimiento interno de tantos bienes recibidos del Señor. Así viviremos en continuas acciones de gracias y alabanzas a Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial.
P. Manuel Martínez Cano mCR
Pingback: Artículos semana (20/02/2013) | Blog del P. Manuel Martínez Cano