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“No es fácil ser superviviente del aborto en una sociedad que ha abrazado la cultura de la muerte”

Melissa Ohden es una de las 44.000 supervivientes de aborto que existen en EEUU. Intentaron Melissa_Ohden3-220x295envenenarla inyectando solución salina en el vientre de su madre y, aún así nació viva. La madre biológica de Melissa se some­tió a un aborto por envenenamiento salino. Tras nadar durante cinco días en un líquido amniótico letal, Melissa tendría que haber nacido muerta, por lo que el personal que la recibió la dejó a un lado para luego tirarla. De repente, una enfermera la escuchó llorar y, entonces, decidieron salvarle la vida.

Después de tres meses de cuidados intensivos en un gran hospital, Melissa fue dada en adopción: «Siempre me sentí muy amada por mis padres adoptivos, y tam­bién por mis padres biológicos, que habían hecho un plan de adopción para mí, pues no estaban en condiciones de cuidarme».

Pero, a los 14 años, la verdad sobre su nacimiento saltó en una discusión con su hermana mayor, y su madre tuvo que confirmarle la verdad: «Tu madre te abortó y sobreviviste».

Así comenzó un largo Itinerario por conocer los detalles de su nacimiento… Luchó mucho hasta que logró conseguir la historia clínica.

Allí encontró algunas explicaciones: cuando su madre, una estudiante universitaria de 19 años, acudió para que le practicaran el aborto, estaba convencida de llevar menos de cinco meses de embarazo, pero en rea­lidad estaba de siete meses.

Melissa no solo sobrevivió al aborto, sino que no padece secuelas de salud. «Soy una de las personas más bendecidas del mundo. Si alguien me ve hoy en la calle, nunca se podría imaginar que hace treinta y cinco años fui abortada.Solo verían en mí a la típica mamá y esposa».

Para llegar donde está, tuvo que recorrer un arduo camino interior: «No es fácil ser superviviente de un aborto en un sociedad que ha abrazado la cultura de la muerte durante tanto tiempo», asegura. Fue al conocer la historia de Glanna Jessen -en quien se basa la película October Baby-cuando su vida cambió. «Supe que había alguien más que entendía lo que se siente al sobrevivir a un aborto, y esto me dio la fuerza para salir del anonimato». En 2007 dio a conocer su historia. A partir de ese momento, empezó a encontrarse con muchos más supervivientes de aborto: «Ya conozco casi cien, la mayoría, en EEUU, pero también en Canadá, Australia, Europa y África».

En su trabajo, Melissa ha descubierto que los supervivientes que suelen contar su his­toria han sufrido consecuencias a causa del aborto, pero la gran mayoría son perso­nas, como ella, que no padecen problemas de salud, por lo que solo su familia cercana conoce su secreto. «Yo sabía que podía lle­var una vida ‘normal’ fuera de la mirada pública, pero no soportaba la idea de encontrarme un día delante de Dios y tener que decirle: ‘Lo siento mucho, pues nunca fui lo suficientemente fuerte para hacer aquello por lo cual me salvaste la vida'». Por eso fundó The Abortion Survivors Network, la Red de Supervivientes del Aborto (www.theabortionsurvivors.com), una plataforma para dar voz a otros supervivientes y ayu­dar a cambiar la mentalidad imperante: «Vivimos en un mundo que quiere deci­dir quién es digno de vivir y de ser amado, pero la gente no se da cuenta de que a ellos también se les podría haber considerado indignos de vivir».

 

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