Carta del Metropolitano Rumano Unido
Eminentísimo Príncipe:
Hemos recibido y leído con atención la Carta Colectiva enviada por el Episcopado español sobre la triste condición de la católica España, donde el comunismo domina sin trabas buena parte del territorio nacional y se ceba en el cuerpo de la noble nación española.
Estremécese el alma ante tanta ruina de tesoros de arte, de bibliotecas, de templos; mas principalmente ante los asesinatos de tantos sacerdotes, Obispos y centenares de miles de héroes intrépidos entre los seglares, cuyo único delito a los ojos de los verdugos consistió en permanecer firmemente adheridos a la fe de sus mayores, a la Iglesia y a Nuestro Señor Jesucristo, Soberano del mundo.
Mas lo que horroriza es leer como la furia Satánica de los perseguidores no respeta ni las imágenes de la Santísima Virgen y de Nuestro Señor, ni las reliquias y cuerpos de los santos mas insignes de vuestra nación: tamaña furia no puede concebirse sino pensando que el inspirador es Satanás en persona, en su rabia impotente contra Dios y contra todo lo que a Él se refiere.
Beati qui persecutionem patiuntur propter justitiam, Venerables Hermanos. El ejemplo magnifico de fortaleza que nos han dado millares y millares de mártires de la fe en esa vuestra gloriosa patria nos dan asimismo esperanza, mejor dicho, certidumbre, que la prueba pasara pronto y que de nuevo reinará sobre vuestra tierra la justicia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo, y que pronto podréis entonar el peán de la victoria final a los héroes de Cristo.
Nosotros rogamos a Jesucristo Nuestro Señor que otorgue esta victoria a todos los buenos, para que el adversario rabioso de la fe quede derrotado, y expulsado el extranjero bárbaro, heraldo del comunismo, que desgarra vuestra patria de tan gloriosos recuerdos.
Recibid, pues, Venerables Hermanos nuestros, toda nuestra compasión y simpatía, la del Episcopado rumano unido a Roma con los vínculos de la caridad, el cual os envía un saludo afectuoso y rogara por vosotros hasta que llegue la hora del triunfo final.
Blaj, Rumania, en la Conferencia Episcopal del Episcopado Rumano Unido, 14 de diciembre de 1937.
Firmado: Alejandro Niedescu, Arzobispo y Metropolitano de Alba Giulia y Fagaras, Rumania.
A Su Eminencia Rvdma. Isidro Goma y Tomas, Arzobispo de Toledo, España.
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