Pedro: Hoy se habla mucho de política. Política de izquierdas, de derechas, de centro derecha, centro izquierda, etc. Pero muy pocas veces se oye decir esta política es buena o esta política es mala. Para personas serias la política de partidos es mala, muy mala. No hay ética o moral a la que deben supeditarse. En el fondo es hacer siempre lo que les de la gana, lo que le sale de las narices.

Salomé: Es evidente que muchos políticos prescinden absolutamente de una moral trascendental, distinta o contraria a sus intereses inmorales. Ellos han creado sus propias normas morales que de morales no tienen nada, por mucho que las maquillen. Solo son intereses de casta y enriquecimiento propio.

Santiago: Los católicos aceptamos que toda autoridad viene de Dios, como dice san pablo a los romanos (Rom. 13, 1-5).

Pero para que aceptemos la autoridad de los gobernantes es necesario que sus leyes estén de acuerdo con la ley de Dios. No obedeceremos por temor a las represalias o castigos sino en conciencia delante de Dios.

Judit: La política y la moral son dos formas de conductas humanas que deben estar sometidas a la ley de Dios. La moral, tiende a la perfección humana, a la perfección personal y la política tiene como fin el bien común, la perfección comunitaria y debe facilitar la perfección personal de los ciudadanos.

Pablo: La política y la moral o ética, no se confunden, son distintas, pero tampoco vienen separadas. El bien y la verdad políticos son también, el bien y una verdad éticos, tanto la política, como la ética están subordinados a la religión del hecho que distingamos ética y políticas no se sigue sus separación; del hecho de ser diversas no se sigue que sean distintas como quieren hacernos creer las ideologías democráticas.

Rut: Hoy se entiende por políticas, el poder, la lucha por el poder; la política es poder y nada tiene que ver con la moral, como enseñaba Maquiavelo en su obra el “Príncipe”. La moral, por tanto, no tiene que ver nada con la política, pues eso supone ponerle condiciones al poder que desnaturalizaría el poder democrático.

Andrés: Lo que admite la partitocracia totalitaria y está imponiendo en las naciones es que solo desde la política puede construirse una moral. Moral que queda subordinada a la política y dependiente pro completo del poder, pues para el totalitarismo democrático es imposible la existencia de la moral sin el dominio político. Es la política la que crea la moral y la moral del asesinato de niños y del mal llamado matrimonio homosexual.

María: El fin del hombre es la salvación de su alma, fin sobrenatural que alcanza con los medios que Dios nos concede gratuitamente, los fines naturales del hombre como estudiar, casarme, etc. Están subordinados al fin sobrenatural; luego no podemos admitir una política al servicio de la salvación del hombre, la moral y la religión.

Mateo: Es cierto que no corresponde a la política alcanzar el fin último sobrenatural del hombre de modo directo, pero la política no puede ser un obstáculo para que el hombre se encamine a alcanzarlo y poseerlo. No se puede admitir una política autónoma, independiente de la moral o creadora de su propia moral laica y agnóstica, el capricho de los partidos políticos anticristianos.

José: Es evidente que existe una ética política especificada pro su fin, lo que no quiere decir que la política sea una actividad humana autónoma, separada de la moral. Las leyes morales son las mismas para el individuo, la familia y la sociedad, pero aplicadas a cada ámbito particular.

Sara: Se ha discutido mucho el tema de la moralidad política: si un político inmoral puede procurar el bien de la sociedad, mi modesta opinión es que el político corrupto no puede crear la salud pública en la sociedad, ni tampoco el político injusto puede establecer un orden político justo. Al menos eso es lo que estamos constatando diariamente.

Magdalena: Un ejemplo de política mala, es el que la Generalidad Catalana, gasta 150 millones de euros anuales en las 144 delegaciones autonómicas catalanas, llamadas embajadas (enchufes políticos), por otro lado, los jubilados tiene que pagar un tanto por ciento por las medicinas que necesitan. Con Franco no había que pagar nada.

 

Magdalena, Presidenta