VI. EDUCACION, ENSEÑANZA y LIBERALISMO
1 -¿ Qué se entiende por libertad de enseñanza?
Respondamos con claridad. Algunos entienden que se reduce a que la Iglesia y los católicos también puedan tener escuelas para educar cristianamente. Esto cuadra en mentalidades aptas para aceptar los totalitarismos rojos, pardos o masónicos. Pero no se trata de eso. La Iglesia está fundada por Jesucristo. Y Jesucristo es Dios. Por tanto, la Iglesia tiene derecho a impartir su enseñanza, aparte de cualquier Estado y en contra del mismo si es preciso, a los que son bautizados y también a los infieles.
2 -¿De dónde arranca este poder de la Iglesia?
Procede del mismo Dios. Jesucristo ha dicho: «Me ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra. Así que, vosotros, id, instruid a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todas las cosas que Yo os he mandado, y estad ciertos de que yo estaré siempre con vosotros, hasta la consumación de los siglos» (Mt. XXVIII, 18-20).Estas palabras expresan el derecho divino de la Iglesia a enseñar y al mismo tiempo el deber de hacerlo a costa de lo que sea.
3 –¿La Iglesia puede tener centros de enseñanza en los que se impartan disciplinas profanas?
Desde luego. El Estado no puede prohibir la enseñanza a cualquier sociedad que honestamente tenga garantías de hacerla con la debida preparación y competencia. Por tanto, fundados en el derecho natural sometido a lo que positivamente sea justo, el Estado no puede prohibir que haya instituciones docentes de la Iglesia preparando a sus alumnos en toda clase de disciplinas, y además, con validez jurídica para que sus estudios sean reconocidos en igualdad de circunstancias.
4 -¿ Cuál es la misión del Estado respecto de la enseñanza?
El Estado no puede despreocuparse de la enseñanza, de la educación. Pero nadie podrá demostrar que solamente el Estado deba ser educador, ni siquiera que deba él mismo realizar la educación. Esto cuadrará muy bien para un totalitario -un marxista, un masón, un nazi, un progresista-o Pero esto es incompatible con el derecho natural. Porque éste arranca del deber que tienen los padres de educar e instruir a sus hijos. Y, por tanto, en el orden de estos derechos, el Estado simplemente completa y, subsidiariamente, lo que los particulares no pueden realizar. «En efecto, en el orden natural, Dios comunica a la familia inmediatamente la fecundidad, principio de vida y, consiguíentemente, de educación para la vida» (Pío XI, «Divini illius Magistri»).
5 -Entonces, ¿cuál es la misión del Estado ante la enseñanza?
Lo declara Pío XI, en la «Divini illius Magistri», con estas palabras: «Estos derechos los ha comunicado a la sociedad civil el mismo Autor de la naturaleza, no a título de paternidad, como a la Iglesia y a la familia, pero sí en cuanto le ha conferido una autoridad para promover el bien común temporal, pues no es otro su fin propio … Ahora bien; este fin, el bien común temporal, consiste en la paz y seguridad que las familias y cada uno de los individuos deben gozar el mayor bienestar espiritual y material posible en la vida presente, mediante la unión y la coordinación de la actividad de todos. Doble, pues, es la función de la autoridad civil que reside en el Estado: proteger y promover; y no absorber a la familia y al individuo, o suplantarlos» . Y el Vaticano II, en la declaración sobre la educación cristiana de la juventud, se hace suya esta doctrina, advirtiendo que «da verdadera educación se propone la formación de la persona humana en orden a su fin último y al bien de las sociedades, de las que el hombre es miembro y en cuyas responsabilidades tomará parte una vez llegado a la adolescencia» .
6 -¿ Cuál es la postura del liberalismo ante la enseñanza?
La más maliciosa. Finge que puede darse una enseñanza, reducida a mera instrucción, sin referirse a los grandes problemas que plantea la vida humana, la moral personal y el destino del hombre, bajo el pretexto de neutralidad. Pero no hay tal neutralidad. Sino que la ausencia de Dios en la enseñanza es prácticamente una beligerancia, un amoralismo y un ateísmo práctico. Por esto la Iglesia, en el «Syllabus» y en continuados documentos ha condenado la escuela liberal.
7 -¿Qué consecuencias ha causado el liberalismo en la enseñanza?
Los más contradictorios a los que teóricamente pretende. Si el liberalismo, en sus principios, afirma la secularización de la enseñanza a fin de evitar coacciones, el resultado ha sido formar legiones de hombres escépticos, otros amargados, y finalmente, los fanáticos de la enseñanza única, laica y estatalizada.
8 -Los marxistas, ¿qué programa presentan referente a la enseñanza?
El marxismo siempre es dictatorial. En Lenin, la violencia y el terrorismo eran sus armas preferidas para apoderarse del Estado. En nuestros días, sin renunciar a estos medios, principalmente a través del teórico marxista Gramsci, el esfuerzo marxista se centra en apoyarse en el monopolio de la cultura. Y a través de la cultura, anulando la enseñanza privada, operar efectivamente en el control absoluto del Estado. Esto lo presentan con un lenguaje mentiroso y atractivo. Hablan de la escuela como servicio público, de la democratización de la enseñanza, de los negocios de la enseñanza privada, de la gestión democrática y de la planificación de las estructuras escolares. Pero todos estos biombos parapetan el verdadero objetivo: dragar las inteligencias con el ateísmo, con la sociedad de consumo materialista, y con una burocracia pedagógica al servicio de la dictadura comunista.