Muchos preguntan si fue verdadero el matrimonio de María y de José por estar ligados con el voto de virginidad; mas a esto diremos que el voto de virginidad no se opone a la realidad y verdad de su unión matrimonial, y la razón es ésta: porque lo que constituye la esencia del matrimonio. no es la unión de los cuerpos, sino la unión de los espíritus, o con otras palabras: la unión carnal o uso de los actos del matrimonio no constituyen la esencia del mismo.

 

Y esta es la opinión común de los teólogos que dicen: «Este uso o estos actos matrimoniales son una operación a la cual concede derecho al matrimonio, o sea, que le suponen ya constituido en su esencia. Antes de estos actos y sin ellos existe verdadero matrimonio, aunque no esté consumado…»

 

Ya lo dijo claramente San Ambrosio: «No es el desfloramiento de la virginidad lo que constituye el matrimonio, sino el pacto conyugal. Se realiza el matrimonio cuando la joven se entrega, no cuando interviene la acción del varón».

 

También San Juan Crisóstomo dice con expresión enérgica: «El matrimonio no lo constituye la unión carnal, sino la voluntad».

 

Bossuet, usando palabras de San Agustín, dice: «En el matrimonio existen tres lazos: el contrato, por el cual los cónyuges se entregan mutuamente y por completo; el amor conyugal, por el que se dan el corazón sin compartirlo con otros amores, y, finalmente, los hijos».