Si María y José se unieron bajo un mismo techo por vocación de Dios, esa unión no tuvo otro fin que preparar el hogar a Jesús, al Salvador del mundo, cumpliéndose así el fin principal de todo matrimonio. En consecuencia: María y José son verdaderos esposos, porque así lo testifica el evangelista al llamar a José el esposo justo de María (Mt. 1,19), y lo confirmó un ángel al disipar las dudas del atormentado esposo: «No temas recibir en tu casa a María, tu mujer». (Mt. 1,20), y también lo publicó la misma Virgen al hablar a Jesús entre los doctores: «Tu padre y yo, apenados, andábamos buscándote…» (Le. 2,48)… Ninguna razón tenía para llamar a José padre de Jesús, sino ser su legitimo esposo…
Paternidad de San José respecto de Jesús
La Sagrada Escritura afirma expresamente la paternidad de San José, pues en varias ocasiones llama a San José padre de Jesús como a María Madre, Así en el Evangelio de San Lucas leemos referente a la presentación de Jesús en el templo; «Y al entrar los padres con el niño Jesús…» (2.27). Siguiendo a la profecía de Simeón, añade: «Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de Él (2,33). Más adelante dice: «Sus padres iban cada año a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Y cuando era ya de doce años, al subir sus padres, etc. (2, 41-43). Además hallamos el testimonio de la Virgen, antes citado, cuando dijo al niño: «Mira que tu padre y yo, apenados, te buscábamos» (2,48)…
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