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consagración, Isaac, Jacob, obedecer, Rebeca, santísima virgen, verdadera devoción
191. En cuanto a Jacob, el menor de la familia: 1.º Era de una contextura débil, dulce y apacible, y generalmente permanecía en casa para granjearse el cariño de Rebeca, a la que amaba tiernamente; si salía alguna vez, no era por su propia voluntad ni por confianza en su habilidad, sino por obedecer a su madre.
192. 2.º Amaba y honraba a su madre, y por esto se quedaba en casa; evitaba todo lo que podía desagradarla, y hacía cuanto creía que la agradaba, todo lo cual aumentaba en Rebeca el amor que tenía a su hijo.
193. 3.º En todo estaba sometido a su querida madre; la obedecía en todo y por todo, pronta y amorosamente y sin quejarse; a la menor señal de su voluntad, el pequeño Jacob corría y trabajaba; creía todo lo que ella le decía, por ejemplo, cuando le dijo que fuese a buscar dos cabritos y los trajese para disponerlos para las comidas de su padre Isaac, Jacob no le replicó que tenía bastante con uno, sino que sin razonar hizo lo que ella le ordenó.
194. 4.º Tenía una gran confianza en su amada madre; como no confiaba en su propio saber, se atenía solamente a la solicitud y a la protección maternal; reclamaba su socorro en todas sus necesidades y la consultaba en todas sus dudas; por ejemplo, cuando le preguntó si en vez de la bendición no recibiría la maldición de su padre, la creyó y confió en ella apenas le dijo que ella tomaba sobre sí esta maldición.
195. 5.º En fin, imitaba según su alcance las virtudes que veía en su madre, y parece que una de las razones por la que permanecía tranquilo en la casa, era la de imitar a su querida madre; que era virtuosa, y así se separaba de las malas compañías que corrompen las costumbres. Por eso se hizo digno de recibir la doble bendición de su querido padre.
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