Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

Contracorriente

Archivos diarios: 5 noviembre, 2013

Página para meditar

05 martes Nov 2013

Posted by manuelmartinezcano in Padre Alba, Uncategorized

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VirgenDeFatimaEl 13 de Mayo peregrinará el Papa a Fátima, para dar gracias a la Virgen por haber sobrevivido al atentado que estuvo a punto de costarle la vida y para pedirle a la Señora, en cuyas manos ha puesto el Señor la salvación del mundo, que alcance para la Iglesia las gracias especialísimas que necesita en estas horas de apostasía y de impiedad.

¡Amor a la Iglesia, amor al Papa! He ahí dos características que han de cultivar todos los jóvenes de nuestra asociación.

Un corazón grande, generoso, sin barreras, para que quepan en él todos los anhelos de la Iglesia, todas las ansias misionales de la Iglesia. ¡Ah, cuando llegará el día feliz, en el que de nuestra asociación juvenil, puedan partir para tierras lejanas de misiones, jóvenes llenos de espíritu evangélico!

Cuando al obispo Fructuoso, camino del anfiteatro de Tarragona para ser quemado vivo con sus diáconos Eulogio y Augurio, le rogó un cristiano en voz alta que se acordase de él, oyó esta sublime respuesta del mártir Fructuoso: » Yo debo acordarme de toda la Iglesia Católica, esparcida de Oriente a Occidente.» Y añadió:

«No temas que no os faltará pastor, ni podrán salir fallidas las promesas del Señor en este mundo y en el otro. Lo que veis no es más que una hora de dolor.»

Sentir con la Iglesia; unidos a la Iglesia en Oriente y en Occidente. Unidos al dolor de la Iglesia y esperanzados siempre porque nunca nos faltarán las promesas del Señor, que de los males de hoy, va a sacar unos bienes para la Iglesia y todo el mundo, como no podemos ni sospechar.

Con el Papa, en el mes de María, en Fátima, en mi sagrario, en mi rosario y en mi deber, con la Iglesia en mi corazón, desde Oriente a Occidente, en súplica por la conversión de Rusia, de España y de todo el mundo.

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 59, mayo de 1982

La voz de los sin voz XLVI (46)

05 martes Nov 2013

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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Pedro: Lo hemos dicho otras veces, valga una vez más. En un mundo masificado, hedonista y egoísta, el catolicismo político, fiel al Magisterio de la Iglesia, debe ser el elemento unitivo de las familias, los municipios, los Estados. Debe ser la levadura que fomente la vida del Reino de Cristo en la tierra.

la-voz-de-los-sin-voz Salomé: Donoso Cortés, que al principio de su vida política fue liberal, en una de sus cartas a Montalembert, le dice: “Mi conversión a los buenos principios se debe, en primer lugar, a la misericordia divina y después al estudio de las revoluciones”. Leamos y estudiemos más. Podemos empezar por las obras de Donoso Cortés. Sobre todo, por su “Ensayo sobre el liberalismo, el socialismo y el catolicismo”

Santiago: El católico debe “restaurar todas las cosas en Cristo” como decía san Pio X. El católico sale al mundo a ordenar todas las cosas según la doctrina social y política de la Iglesia; no es partidista, ni sectario. Su ideal es el bien común, no el interés partidista de los demócratas actuales.

Judit: No hay dignidad humana, ni derechos humanos, sin el expreso reconocimiento de que el hombre ha sido creado por Dios a su imagen y semejanza. ¡Somos hijos de Dios! esa es nuestra dignidad.

Pablo: La persona humana “es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma”. Y, no precisamente por los méritos obtenidos por los hombres, sino sencillamente, porque Dios es amor.

Rut: El Señor nos mandó que nos amáramos los unos a los otros como El nos amó. El amor cristiano va mucho más allá que la solidaridad humana. Porque no busca solo el bien temporal del prójimo, sino que atiende, sobre todo, al bien sobrenatural de los hijos de Dios y hermanos nuestros.

Andrés: El amor cristiano, la caridad, es una virtud sobrenatural, infundida por Dios en el alma, que presupone la fe en Dios y en la Iglesia, fundada por Cristo. La solidaridad es el amor natural, es la caridad sin dimensión sobrenatural. La solidaridad es filantropía; la caridad es religión, amor de Dios y al prójimo por amor de Dios.

María: No es verada que el hombre es la medida de todas las cosas, como vocean los medio de comunicación demócratas. El hombre debe guiarse y regirse por la ley natural, grabada por Dios en nuestros corazones. Todas las cosas, y en primer lugar las personas, las naciones, deben regirse por la ley de Dios.

Mateo: Un católico, fiel al Magisterio de la Iglesia, no puede separar, en su vida privada y pública su apostolado en el orden natural y orden sobrenatural. Es la Ley divina la que debe gobernar el mundo, no las leyes democráticas por muy “humanas” que sean; el aborto, eutanasia…

Sara: La verdad es que hasta el más entendido puede confundirse con los términos laicidad y laicismo. Yo, para no confundirme, parto del principio fundamental, enseñado por la Iglesia, del Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo: ¡Nada sin Dios! El principio de las otras ideologías es: todo sin Dios.

José: Nadie como los católicos deben trabajar para conseguir un mundo más humano. Ahí están las misiones, las órdenes religiosas, con un apostolado con los pobres más pobres de las grandes ciudades; Cáritas etc. Ahora bien, la labor fundamental del cristiano es trabajar y luchar por un mundo más cristiano. La Iglesia no es una ONG, como ha dicho su Santidad Francisco.

Magdalena: El llamado Estado de derecho, moderno y democrático está fundamentado en la fuerza de unos votos emitidos, en la mayoría de los casos, movidos por las pasiones desordenadas, el egoísmo y los intereses materiales. La razón y la fe han sido dejadas de lado en el mundo democrático.

                                                                                                                                               Magdalena, Presidenta

Amor sobrenatural al prójimo

05 martes Nov 2013

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano, Uncategorized

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Dar limosna a los indigentes es una obra de caridad mandada por el evangelio de Cristo. Es una de las siete obras de misericordia que aprendimos en el catecismo: 1ª, visitar a los enfermos; 2ª, dar de comer al hambriento; 3ª, dar de beber al sediento; 4ª, vestir al desnudo; 5ª, dar posada al peregrino; 6ª, redimir al cautivo; 7ª, enterrar a los muertos. Pero también nos obligan las obras de misericordia espirituales. De tal manera que el bien sobrenatural del prójimo prevalece sobre el bien natural.

SAMARITANO2010  La virtud cristiana de la caridad nos manda amar al prójimo como a nosotros mismos, con amor sobrenatural. Distinto del amor puramente natural por el que amamos al prójimo por sus cualidades naturales, ya sean de tipo material, como la belleza o la fortuna; ya sea de tipo espiritual, como la ciencia, la simpatía etc. La virtud sobrenatural de la caridad ama al prójimo por amor de Dios.

El mandamiento de la caridad con el prójimo consta expresamente en el Antiguo y en el Nuevo Testamento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19,18). “Amarás al prójimo como a ti mismo” (Mt 23,29). También debemos amar sobrenaturalmente a nuestros enemigos como Cristo nos enseñó: “Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los Cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos y llover sobre justos y pecadores” (Mt. 5,43-45)

En la caridad sobrenatural con el prójimo hay diversos grados. La caridad no obliga a amar de la misma manera al prójimo. Hay un cierto orden de preferencias en el amor sobrenatural. Con amor de benevolencia -con el que queremos bienes para el prójimo- debemos preferir a los parientes, amigos, compatriotas, etc. Entre los familiares primero a los padres, los hijos, los hermanos, los abuelos y los demás familiares. Con amor de benevolencia debemos ayudar a los más pobres.

Amamos a los enemigos cuando rezamos por ellos, les decimos la verdad y, si nos necesitan para alcanzar su bien sobrenatural y natural, los ayudamos.

P. Manuel Martínez Cano, mCR

San José XX (20)

05 martes Nov 2013

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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Nacimiento de Jesús. «Estando allí, se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada» (Lc 2, 6-7).

nacimiento-de-jesusTodo este relato nos pone de manifiesto que José y María eran pobres y amaban la pobreza. Por no hallar hospedaje tuvieron que refugiarse en una cueva o establo y en él nació el Salvador del mundo, el que fue reclinado sobre un pesebre que allí había, y ellos se acostarían sobre una estera que llevaban consigo. La providencia de Dios se valió del decreto del emperador Augusto para dar cumplimiento a la profecía de Miqueas, que anunció siete siglos antes que el Mesías nacería en Belén.

Jesús podía haber nacido en uno de los palacios más bellos, por ser el dueño de todas las riquezas del mundo; pero quiso enseñarnos con el ejemplo y la palabra el gran valor de la pobreza y demás virtudes, porque estamos de paso en este mundo y el cielo lo hemos de comprar con el desprendimiento de las cosas terrenales.

—Adoración de los pastores y de los ángeles. Los habitantes del cielo y de la tierra son avisados para que adoren a aquel Niño, que es el Rey de la creación, y «por nosotros y por nuestra salvación descendió de los cielos». Primeramente a unos pastores que acampaban de noche al raso velando sobre su rebaño, se les apareció un ángel, y quedando sobrecogidos de temor, les dijo: «¡No temáis! porque os anuncio una gran alegría, que será para todo el pueblo: Hoy os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo, el Señor. Y ésta es la señal: Hallaréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2, 8-12)… Luego «fueron presurosos y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre» (2, 16).

Los pastores oyeron palabras de José y de María, y ¿qué palabras fueron las de José? El Evangelio no nos consigna una palabra. José es el hombre del silencio, él aparece obrando en los principales acontecimientos del nacimiento, infancia y vida oculta de Jesús… Él como jefe de la familia y a su vez responsable es el que recibe órdenes del cielo por medio de un ángel que le habla y le dice lo que debe hacer… San José nos da lecciones sobre el valor del silencio. «El silencio es el sello del hombre sabio y prudente» (San Bernardo). «En el silencio y el recogimiento el hombre hace progresos» (Kempis)…

A continuación multitud de ángeles descienden del cielo sobre el Divino Niño y entonan alabanzas diciendo: «Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad». Y ¿por qué tantas alabanzas? Porque Él es el Enviado de Dios, el Mesías, el Salvador del mundo.

Con José y María a Belén

05 martes Nov 2013

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano, Uncategorized

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Una vez rezada la oración preparatoria, leemos la historia que vamos a meditar:

jose-y-maria-sobre-un-burro_hacia_belen[1]“Aconteció que en aquellos días salió un edicto de César Augusto en que ordenaba que se inscribieran en el censo los habitantes de todo el orbe. Este primer censo fue ejecutado por Cirino, gobernador de Siria. Subió también José desde la Galilea a la Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse en el censo juntamente con María su esposa que estaba encinta” (Luc. 2, 1-6).

La composición de lugar es el camino de Nazaret a Belén en compañía de María y José. San Ignacio dice que veamos “con la vista imaginativa el camino desde Nazaret a Belén, considerando la longura, la anchura, y si llano o si por valles o cuestas sea tal camino”. Y vamos contemplando el encendido rostro de la Virgen María de Nazaret y la inmensa alegría de su esposo san José. San Ignacio dice que la Virgen María caminaba “como se puede meditar piadosamente, asentada a un asno con José y una ancila, llevando un buey para ir a Belén a pagar el tributo”. Y tú les acompañas, llevando lo que necesitan para su sustento. Eres su esclavo. Ciento veinte kilómetros separan Nazaret de Belén, unos cinco días andando. Descansarían un tiempo en Jerusalén y saldrían de la ciudad, atravesarían el valle de Hinnom hasta la llanura de Refaím donde David venció dos veces a los filisteos y de allí a los prados de los pastores de Belén hasta llegar a la “ciudad del pan”.

En las contemplaciones de los misterios del Señor san Ignacio quiere que estemos presentes, que lo vivamos de todo corazón y con toda el alma: “ver a las personas, es a saber, ver a nuestra Señora y a José y a la ancila… Haciéndome yo un pobrecito, un esclavito indigno, mirándolos, contemplándolos y sirviéndolos en sus necesidades, como si presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia; y después reflectir en mí mismo para sacar algún provecho”.

En el segundo punto san Ignacio nos dice: “mirar advertir y contemplar lo que hablan; y reflictiendo en mí mismo, sacar algún provecho”.

El tercero “mirar y considerar lo que hacen, así como caminar y trabajar, para que el Señor sea nacido en suma pobreza, y a cabo de tantos trabajos, de hambre, de sed, de calor y de frío, de injurias y afrentas, para morir en cruz, y todo esto por mí. Después reflictiendo sacar algún provecho espiritual”.

San Ignacio termina las meditaciones haciendo un coloquio y rezando el Padrenuestro.

Veamos cómo llegan  José y María a Belén y se ven rechazados por los de su tribu, los de su propia ciudad; nadie quiso darles posada. Vino a los suyos y los suyos no le recibieron. Lo dirá más tarde el Hijo que María llevaba en sus entrañas: las raposas del campo tienen cuevas y las aves del cielo nidos donde colocar sus polluelos pero el Hijo del Hombre y su Madre santísima  no hallan donde reclinar su cabeza. Y tú ¿quieres tener todos tus caprichos? ¿Qué nada te falte?

En este desamparo de los hombres José y María ven la mano de Dios y sufren con alegría ser desechados de los hombres por ser pobres. En sus corazones se unieron humildad y pobreza con paciencia y alegría. Escoge siempre para ti lo peor de tu casa, en la comida, en el modo de vestir. Ponte siempre en el último rincón como José y María.

Quédate a solas con la Virgen y trata con ella todas las cosas de tu corazón. Pregúntale que sentía en el suyo, sabiendo como sabía que sus entrañas eran templo vivo de Dios hecho niño. ¡El Hijo de Dios vive en el seno purísimo de la Niña Hermosa de Nazaret! De ella recibía toda su vida, de Ella dependía toda su vida ¡Qué misterio! ¡Dios depende de una humilde virgencita!

Hemos de entrar en lo más profundo de esta intimidad divina entre la Virgen María y su divino Hijo. Así aprenderemos a recogernos con Jesús y María en nuestra oración diaria y, como la Virgen, viviremos únicamente para Jesús y la salvación de las almas; gozándonos y alegrándonos de tanto gozo y alegría de María y Jesús. Y viviremos en la tierra como viven los bienaventurados en el cielo, en cuanto es posible a nuestra dañada naturaleza.

Otros viajeros caminaban junto a ellos criticando y maldiciendo aquella orden del César. La Virgen, que vivía intensamente su vida interior de amor divino, no dejaba traslucir nada al exterior: sencilla, simpática, alegre. Nadie sospechaba que esa jovencita era la Madre de Dios. Ni la vanidad, ni la soberbia, ni el amor propio, ni el deseo de alabanzas…le hizo manifestar su secreto. ¡Ella es la Madre de Dios! ¡Qué humildad! ¡Qué sencillez!

Un auténtico hijo de María Santísima jamás buscará las alabanzas de este mundo. Prefiere la oscuridad, el silencio, la sencillez, la vida interior de fervor y de amor a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y, como Jesús, se hace esclavo de la Virgen María.

P. Manuel Martínez Cano, mCR

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"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. (Salmo 127, 1)"

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"Id al mundo entro y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado" Marcos 16, 15-16.

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