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Tenemos grabadas en la retina y en el corazón las últimas horas que pasó con nosotros Isabel Borrull antes de que cerraran las puertas del nuevo monasterio, para empezar su vida de carmelita. Este año centenario de Santa Teresa, con su encabezamiento y su epílogo ha hecho la Santa una buena pesca entre nosotros: cinco carmelitas. Dichosos de nosotros que hemos visto a nuestro lado, como cinco chicas decían que SI a la llamada de Jesús. Dios quiera que siga habiendo entre nosotros almas generosas, que se vayan para siempre en compañía del Señor para salvar el mundo, ganándole innumerables almas.
¿Qué lección para vosotras las chicas? Primera, que no comencéis con amoríos sin estar seguras de que esa es la voluntad de Dios. Segunda lección: guardar vuestro corazón para escuchar la llamada de Dios si El habla en lo profundo de vuestra alma. Tercera lección: entregaros a la dirección espiritual y romped de una vez con la televisión y las salidas al cine y a las lecturas frívolas. Así escribió Santa Teresa en su época de resistencia a la llamada de Dios: «Parece que quería concertar estos dos contrarios, tan enemigo uno de otro, como es vida espiritual y contentos y gustos, con pasatiempos sensuales.» Cuarta lección: pedirle al Señor que nos mande nuevas vocaciones al Carmelo: muchos monasterios además de Tiana y Cuenca esperan. España se salvará por la oración.
Lo que seáis los chicos, eso será nuestra Asociación. Hay algunos de vosotros que aún no han entendido la enorme responsabilidad que tenemos en el mundo de hoy. Lo que no se haga se quedará sin hacer. Nuestra Asociación será lo que sea yo. ¿Acudo a subir hacia lo grande, lo noble y heroico? ¿Me entretengo en crítica de personas y de cosas restando ánimo y hermandad a la caridad que debe reinar entre nosotros? ¿Soy constante en la asistencia, el apostolado? Alguno de vosotros sois aún muy ligeros y después de bastantes años no tenéis aún verdaderas convicciones, verdaderas decisiones, verdadera personalidad. Leed lo que escribe un escritor actual: «Practicar una de las más nobles virtudes humanas, que es la fidelidad, y practicarla en los días buenos y en los días malos; sostenerse, resistir, ser fiel a un ideal generoso, estar dispuesto a sacrificar a ese ideal la comodidad del descanso, la popularidad…; he aquí las características de la verdadera personalidad». ¿Me puedo mirar en ese espejo? No os conformeis con la mediocridad. Jesús os quiere sus amigos. Sed hombres, sed amigos de Jesús. Sed nobles y generosos. Haced de nuestra Asociación una comunidad de caridad, de entrega y de fervor apostólico.
Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 62, octubre de 1982
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