La lucha política “democrática” es, en realidad, una lucha entre élites, entre grupos de precisión, que fomentan el resentimiento y la envidia, manipulando a las masas, sobre todo, a las jóvenes, para con ello alcanzar las élites el poder.
Salomé: Es evidente que la masificación democrática rebaja a la persona a puro instinto, a borrego. En nuestro tiempo es ya normal que la gente vea un inteligente donde no hay más que un idiota, o considere lo malo bueno, o a la mentira verdad.
Santiago: Muchos contemporáneos han abandonado el uso de la razón, no razonan, se han instalado en un sentimentalismo enfermizo; otros interpretan la libertad como ilimitación al actuar, eso sí, se han de respetar sus derechos; y no escasean los que en nombre del pacifismo destrozan escaparates, coches y maltratan a los ciudadanos.
Judit: Lo peor de todo es que religiosas como sor María Victoria, “Vicky” para los amigos, se declaren agnósticas, como suelen declararse muchos jóvenes que prescinden de Dios en su vida personal y social.
Pablo: Eso que los cursis llaman “humanismo” no es más que la expresión de que no hay ley superior a lo que diga el hombre, en solitario o en mayoría. Esos cursis humanitarios han asesinado ya a más de mil doscientos millones de personas humanas.
Rut: Los filósofos griegos distinguían perfectamente entre opinión y verdad. Los demócratas contemporáneos no se paran a diferenciar: Todo es opinión, todo es opinable, nada es cierto, nada es verdad. Vótame y podrás realizarte… como un animal.
Andrés: La revolución Francesa parió ideologías, construcciones mentales racionalistas, desvinculadas de la ley divina y la ley natural. El mal llamado matrimonio homosexual es uno de sus productos contemporáneos. Cada día se nos quieren presentar como normales las ocurrencias más bárbaras.
María: La tecnología moderna es un arma devastadora en manos de los contemporáneos sin Dios; es la más eficaz herramienta de manipulación masiva, que ha creado generaciones de hombres que no ven las cosas como son: “lo imaginario triunfa siempre sobre lo real en la sociedad de masas contemporánea” (Marcel de Corte)
Mateo: El hombre moderno ha despreciado la verdad, no hay nada objetivo que es la norma de todo conocimiento. Se ha encerrado en un relativismo impulsivo que lo esclaviza en sus instintos y sus opiniones. Se ha convertido en la medida de todas las cosas. Lo trascendente es, para él, un absurdo.
Sara: Los hombres y mujeres, masificados por la modernidad y sus partidos políticos agnósticos y ateos, viven sumidos en la inmoralidad y la mentira.
José: El filósofo argentino Alberto Buela nos ha recordado que en los primeros 20 años los conquistadores españoles de América cometieron injusticias, contraviniendo órdenes expresas de protección a la población nativa dadas por Isabel la Católica”. Pero que, en los siguientes 40 años, España realizó el esfuerzo más grande que haya realizado un pueblo en la historia de la humanidad.
Magdalena: Efectivamente, los hechos, hechos son. España descubre, conquista, civiliza, evangeliza y organiza política y económicamente un territorio de 20 millones de kilómetros cuadrados.
Magdalena, Presidenta

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