231. Al fin de las tres semanas se confesarán y comulgarán con la intención de entregarse a Jesucristo en calidad de esclavos de amor, por medio de María, y después de la Comunión, la cual procurarán hacer según el método que más adelante expresaré, recitarán la fórmula de su consagración, la que convendrá que escriban o hagan escribir, si no está impresa, y la firmen el mismo día que la hagan.

OurLady232. Bueno será que en ese día paguen algún tributo a Jesucristo y a la Virgen, ya por vía de penitencia de su infidelidad a los votos del Bautismo, ya para protestar de su completa dependencia del dominio de Jesús y de María. Este tributo será según la devoción y la capacidad de cada cual, como un ayuno, una mortificación, una limosna; aun cuando no diesen más que un alfiler, es bastante para Jesús, que sólo atiende a la buena voluntad.

233. Todos los años al menos, el mismo día, renovarán la misma consagración, observando las mismas prácticas durante tres semanas. Asimismo podrán todos los meses, y aun todos los días, renovar todo lo que han hecho con estas pocas palabras: Tuus totus ego sum, et omnia mea tua sunt: Soy todo vuestro, y todo lo que tengo os pertenece, ioh mi amable Jesús! por María vuestra Santísima Madre.

234. Segunda práctica. Recitarán todos los días de su vida, sin molestia alguna, la pequeña corona de la Virgen, compuesta de tres Padrenuestros y doce Avemarías, en honra de las doce prerrogativas y grandezas de la Santísima Virgen. Esta práctica es muy antigua y tiene su fundamento en la Escritura Santa. San Juan vio una mujer coronada de doce estrellas, vestida del sol y teniendo la luna bajo sus pies. Esta mujer, según los intérpretes, es la Santísima Virgen.

235. Hay muchas maneras de recitar bien esta pequeña corona, que sería largo enumerar. El Espíritu Santo se las enseñará a los que sean fieles a esta devoción. Sin embargo, para recitar esta corona con la mayor sencillez, conviene desde luego decir: Dignaos escuchar mis alabanzas, ¡oh Virgen Santísima!; dadme fuerzas contra vuestros enemigos; en seguida se recitará el Credo, después un Padrenuestro, y luego cuatro Avemarías y un Gloria Patri, y se repite el Padrenuestro, cuatro Avemarías y un Gloria Patri, y así lo demás. Al fin se dice: Bajo tu amparo, etc.