José Mª Pemán en su obra EL DIVINO IMPACIENTE pone en boca de San Ignacio hablando con San Francisco Javier, destinado ya a las Indias, unas palabras que vienen que ni pintadas para iniciar la presente apostólica.
San Ignacio comunica a los PP. Rodríguez, Ibáñez y Francisco su decisión de que este último vaya a las Indias.
El Padre Francisco suplica salir cuanto antes, pero los demás Padres ruegan a san Ignacio que deje pasar unos días antes de su marcha. La contestación del P. Ignacio es la de un Santo:»mejor que sea como dice el P. Francisco porque así se acortan blanduras de sentimiento. Las grandes resoluciones, para su mejor acierto, hay que tomarlas al paso y hay que cumplirlas al vuelo…».
Don Manuel, tan amante del Santo de Loyola, quiso seguir su consejo y en menos que canta un gallo estaba dispuesto para partir de la Jerusalén Alcarriense a la Babilonia catalana. Dios quiera y haga que los frutos sean los mismos o mejores que los del gran Santo Navarro.
Ni escogido podía ser mejor el día para la marcha de Don Manuel. Fue el domingo del Rosario. Hubo procesión y todo. Al terminar los actos religiosos y llegar a la Iglesia unas palabras de despedida de Don Manuel. Sorpresa y alguna que otra lágrima, según he podido saber después, entre los peralejos.
Y el Cura del pueblo ¿no dice nada ante la marcha de Don Manuel? Dice, cogiendo otra vez la obra de Pemán, lo que el P. Francisco al P. Ignacio antes de partir: «Vos que entendéis a las almas traducidme este silencio, que Vos me habéis enseñado con la lección y el ejemplo a ser de expresión más corta cuando es mas largo el afecto…».
Después de esta deseada y obligada introducción, deciros que la vida sigue, para algunos, en estas tierras conquenses. Para otros Dios ha dispuesto algo mejor: el cielo. En menos de 15 días he dado cristiana sepultura a Victoriano y Clementa. Con la llegada del otoño y los primeros fríos hay quien prefiere, y no se equivoca, la gloria del cielo a la «gloria» de la tierra. La estadística en presente, para dar lugar a algo nuevo. Una nueva humanidad, que viva libre y armónica en un mundo nuevo, hecho a medida del hombre, en el que el hombre sea dueño y señor, y no un esclavo de otros hombres o de las cosas.
J.- Bien; Veo que sois contestarios de todo. ¿No es así?
P.- No. Contestarios de un mundo que se ha apartado del proyecto inicial. De un mundo que no ha avanzado, sino que ha retrocedido hacia el terror de los primitivos hombres ante el incendio del primer bosque.
J.- Pues es civilización de la que abomináis a llegado a la luna.
P.- Si, y al suicidio nuclear. Ha fabricado también jabón de grasa humana en los campos nacis de concentración, ha frenado el crecimiento de población en Rusia en más de doscientos millones de seres. Es la civilización que se autodestruye con la droga y el descuartizamiento de los niños antes de nacer. Es en verdad el avance hacia el cementerio. Me ridiculizabas antes con lo de la catedral. Hoy hasta el Kremlin guarda celosamente las catedrales. ¿Que es mejor, construir la catedral de San Boleslao o de Reims o Burgos, o construir un Persing II a un SS. 20 con cabezas nucleares de mas poder que cien bombas de hidrogeno?
J.- ¿Entonces no hay nada que hacer?
P.- Empezar a reconstruir desde la verdad, al hombre, y luego vendrá lo demás.
J.- Y ¿dónde esta ese proyecto que decís, esta abandonado?
P.- A pesar de la persecución, a pesar de las marginaciones a que nos a sometido el mundo de las izquierdas y de las derechas, nunca le han faltado al pueblo, pensadores, santos, intelectuales, hombres fieles a la tradición, en último termino mártires. Ellos han mantenido el fuego sagrado y hoy por la gloria de Dios sabemos bien claro qua es lo que tenemos que hacer para esa reconstrucción. San Ignacio, Santa Teresa, San Pio X, el Beato Ezequiel, canonizado por Pablo VI, San Maximiliano Kolbe, canonizado por Juan Pablo II, nada tienen que ver con Lutero, Calvino, Robespierre o Stalin. Tampoco Vázquez de Mella, Donoso cortes, Menéndez Pelayo, Balmes y Pio XII nada tienen que ver con Hitler, ni con Bismarck, ni con Richelieu.
Y lo mismo te podría decir de contemporáneos nuestros. La derecha y la izquierda se han quedado como objetos inservibles.
J,- ¿No crese que todo eso es como un afán de hacer Historia Sagrada? No sé si me explico…
P.- Ante el enorme fracaso actual que es un fracaso en todos los órdenes, los hombres buscan reencontrarse de nuevo con la verdad, convencidos de que solo la verdad les ara libres. Eso no es Historia Sagrada, sino la verdadera historia de los hombres que por la bondad de Dios se hace sagrada al corresponder el hombre al ideal de Dios. Ten presente que hemos de hacer a este mundo primeramente humano y de humano divino.
J.- ¿Como llamáis a ese ideal que ya veo que más que político y social, es global, es por así decir de la totalidad de la dimensión del hombre como ser social y como persona?
P.- Es lo que llamamos trabajar para la realización de la soberanía social de Nuestro Señor Jesucristo.
J.- ¿Y en qué consiste, por así decir de una manera sintética?
P.- En que todas las naciones, todos los pueblos, todas las instituciones publicas, reconozcan a Jesucristo como fuente de inspiración de todos sus actos, y sean regidas por la doctrina de Jesucristo. Restaurar e instaurar todas las cosas de la vida de los hombres en Jesucristo.
J.- ¿Ocurrirá esto alguna vez? ¿No es un proyecto utópico?
P.- Como todas las cosas humanas, tendrá siempre en sí imperfecciones y limitaciones, porque no hay más que una Jerusalén sin defecto alguno que es la ciudad de Jerusalén del cielo. Pero es tarea nuestra preparar esos caminos y vivir ese ideal con ilusión. Este mundo no está abocado a su autodestrucción. Este mundo tiene una salida, y tiene remedios y soluciones a todos sus males. Hemos de trabajar para que Jesucristo sea Rey y Señor de toda la sociedad. Entonces vendrán la paz y la libertad que anhelan todos los hombres.
J.- Veo que tu estas ilusionado con lo que me dices.
P.- Te diré que muchas veces yo pienso: Si el Señor Jesús que me convirtió de mi vida de pecado, cambio mi pensamiento y mi corazón para pensar así, ¿por que no puede cambiar la sociedad por entera en su día, que tal vez no esta lejano? Lo que no es posible para los hombres, es posible para Dios.
J.- No con afán de quitarle importancia a lo que dices, sino por curiosidad: ¿Sois muchos los universitarios, y jóvenes obreros o estudiantes los que pensáis así?
P.- Sí, somos muchos. Nuestro Centro de Chicas y Chicos, de San Luis Gonzaga tiene está manera de pensar y esta ilusión. Pero te digo que son miles y miles en toda España y en todo el mundo y los que estamos unidos por esta idéntica forma de sentir y concebir las cosas. No hay diferencias de razas ni de pueblos o continentes. Trabajemos todos nosotros, seamos muchos o pocos, que eso no importa. Que el Reinado social de Jesucristo en la tierra, sea fruto de nuestro trabajo que para poco sirve, y sobre todo nuestra súplica y del regalo de Dios a nuestra incapacidad.
Pingback: Artículos de la semana (15/1/2014) | Blog del P. Manuel Martínez Cano