Pedro: La crisis que sufrimos los hombres y las mujeres del pueblo sencillo, es algo más que una simple crisis económica; es una crisis que hunde sus raíces en la inmoralidad, la mentira y la corrupción de una casta política y capitalista sin Dios y contra Dios.
Salomé: La crisis económica, la crisis del matrimonio, la crisis de la familia, la crisis de la sexualidad, la crisis política, la crisis de la identidad de España…es una crisis de fe. Hemos rechazado el evangelio de Cristo y la doctrina de nuestra santa madre la Iglesia católica.
Santiago: Niños y jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, exigen poder vivir y actuar como les de su real gana; y, al mismo tiempo, estáis convencidos que sus actos no tiene consecuencias sociales. Se puede asesinar niños a millones y dejar a los hijos sin padres, sencillamente porque “me lo pide el cuerpo”.
Judit: A partir de los años sesenta, la sociedad española, se fue haciendo cada años más irresponsable, alérgica al cumplimiento de sus deberes con Dios y con la patria y defensora de los derechos democráticos, antihumanos y antidivinos. Ahí está el aborto.
Pablo: Vivimos en una sociedad irresponsable y corrompida. A mi entender, esta corrupción que lo invade todo, tiene una raíz moral: el abandono de los mandamientos de la Ley de Dios y de la santa Madre Iglesia. Cada ciudadano puede hace lo que le apetece (emborracharse, drogarse, divorciarse) y exigir después que alguien le ayude para seguir con su tren de vida.
Rut: Muchos cayeron en la trampa del marxismo de que la culpa de todo la tienen los ricos. Otros en la trampa del liberalismo de que lo que decida la mayoría eso es lo bueno y lo malo, porque lo decidido democráticamente no puede equivocarse. Es el dogma esencial e irracional de la democracia moderna.
Andrés: Sartre convenció a muchos de que no existe nada bueno ni nada malo, lo importante es lo que decida cada uno. El decidió suicidarse, que Dios le haya perdonada su pecado, antes de dar el último suspiro.
María: Las filosofías modernas, agnósticas y ateas, han contribuido a crear un pensamiento débil, que se ha difundido por todas las capas sociales. El pensamiento que exalta la propia voluntad por encima de la realidad objetiva (la verdad) y a la revelación divina, manifestada en la Tradición y la Sagrada Escritura.
Mateo: Los causantes directos de la lamentable situación, en la que se encuentra nuestra patria, somos todos y cada uno de los españoles. Los que manipulan las conciencias y los que borreguilmente se dejan manipular. Cada pueblo tiene los gobernantes que se merecen.
Sara: Estoy de acuerdo. Durante estos años de democracia corruptora, hemos acostumbrado a los políticos que todo da igual, se endeudan de forma irresponsable, despilfarrando el dinero de todos, de la forma más bochornosa, y no pasa nada. Oímos mentir constantemente a la casta política, de forma desvergonzada, sin que apenas se molesten en disimularlo. Y no pasa nada.
José: El sistema democrático actual es malo; la democracia es el mal porque una minoría de desvergonzados impone sus ideologías en nombre del “pueblo”. Hoy se considera normal que las promesas electorales son falsas. Porque, con los votos apenas sacados de las urnas, los nuevos gobernantes declaran que no van a cumplir las promesas electorales ya que, de hecho, no tenían ninguna intención de cumplirlas.
Magdalena: Por otro lado, los demócratas falsos y mentirosos, han convencido a la masa de españoles de que el papa Estado cuidara de ellos y los mantendrá, sin que esto signifique ninguna partida por parte del ciudadano. Mientras tanto la pobreza y el hambre se van extendiendo como una mancha de aceite por muchos lugares de España.
Magdalena, Presidenta
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