El jefe del gobierno anterior, haciendo malabarismo lingüístico, dijo: “la autenticidad os hará verdaderos”. Efectivamente, los socialistas haciendo gala de su autenticidad, legalizaron el aborto, el mal llamado matrimonio homosexual, el desastre educativo, etc. Los políticos de todas las ramas y partidos están destruyendo la España histórica. El principio fundamental de la ideología democrática es: nosotros decidimos que es la verdad y el bien. Por extraño que parezca a estos embajadores del infierno, solo les preocupa cómo acabar con la Iglesia católica, que no es solo la Jerarquía sino todos los bautizados. El obispo de Cuenca, Monseñor Guerra Campos, se quejaba en su tiempo de que se predicaba poco la doctrina social y política de la Iglesia.

san_pablo_1Escribiendo a los Corintios, san Pablo dice: “Donde está el Espíritu del Señor está la libertad”, y a los Gálatas les dice: “Para que gocemos de la libertad, Cristo nos ha hecho libres… Habéis sido llamados a la libertad” (Gal 5,1-13). Señoritos políticos, lo que vosotros llamáis libertad es sencillamente libertinaje, un salvajismo que llega hasta asesinar niños y niñas inocentes, ancianos, enfermos. Seguimos con san Pablo: “Vosotros habéis sido llamados a la libertad, pero, cuidado con tomar la libertad por pretexto para servir a la carne, antes serviros unos a otros por la caridad” (La “carne” significa las formas de egoísmo sin Dios, también las sexuales).

San Pablo advierte a los discípulos de Cristo de ayer, de hoy y de siempre: “Andad en espíritu y no sigáis la concupiscencia de la carne… Las obras de la carne son manifiestas, a saber: fornicación, impureza, lascivia, idolatría, hechicería, odios, discordias, celos, ira, rencillas, disensiones, divisiones, envidias, homicidios, embriagueces, orgías y otras como estas; acerca de las cuales os prevengo que quienes todas cosas hacen no heredaran el Reino de los Cielos”. Y si no pueden ir al Cielo, irán al infierno a sufrir eternamente.

Los que no hacéis los pecados anteriores, irán al Cielo y, en la tierra, serán auténticamente libres. Sigamos a san Pablo:”¡Los que no los hacen son los libres que no están bajo la Ley (mosaica), los que conducidos por el Espíritu producen frutos de caridad, alegría, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, continencia”.

Nadie más libre que el hombre que vive de la fe. El que pretende emanciparse de la fe, termina por hacerse esclavo de sus instintos, supersticiones, modas tiránicas… El Concilio Vaticano II dice: “El hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente” (Gaudium et Spes, 16).

 

Y en el número 17, enseña: “Con frecuencia, sin embargo, fomentan la libertado de forma depravada, como si fuera pura licencia para hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección… El hombre logra su dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo crecientes”.

Busquemos a Dios en compañía de María Santísima.

 P. Manuel Martínez Cano, mCR