• No debe existir temor en proponer directamente a una persona joven o menos joven la llamada del Señor. Es un acto de estima y de confianza. Puede ser un momento de luz y de gracia (Aloc. 13-IV-1983).
• ¡Cristo tiene necesidad de vosotros! Responde da su llamamiento con el valor y el entusiasmo característico de vuestra edad (Aloc. 27-XI-1988).
• Cristo os llama de verdad. Su llamada es exigente porque os invita a dejaros «pescar » por Él completamente (…). Tratad de vivir sólo para Él (Aloc. 13-X-1979) .
• El amor verdadero es exigente. No cumpliría mi misión si no os lo hubiera dicho con claridad. El amor exige esfuerzo y compromiso personal para cumplir la voluntad de Dios (Aloc. 1-X-1979).
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