El que odia es esclavo de su pecado. El que miente es también un esclavo. Sólo la verdad nos hace libres. Hacer el bien llena de gozo. La perfección de la libertad está en amar a Dios y al prójimo. A más amor más felicidad. El que se esclaviza con el odio, vive desesperado. La obligación de hacer el bien no disminuye la libertad sino que la perfecciona. El que se deja arrastrar por el odio no descansa ni un momento. La elección arbitraria de hacer el mal rebaja a las personas al estado animal. El libertinaje no es libertad. La libertad hace al hombre imagen de Dios porque Dios es libre y hace libres a los que cumplen su ley de amor.

vaticanoLa libertad no es una autonomía para hacer lo que uno quiera. Una libertad sin normas que cumplir no sería libertad, sino la negación de la libertad. Los medios de comunicación social anticatólicos calumnian cuando dicen que ser católico es renunciar a la libertad, porque tenemos que cumplir muchos mandamientos y preceptos. Hacer el mal no es libertad. Libertad es hacer el bien. Y Cristo y la Iglesia nos mandan hacer el bien. San Pablo dice: “Para que gocemos de libertad, Cristo nos ha hecho libres… Habéis sido llamados a la libertad”.

Libertad no es anarquía, ni subjetivismo caprichoso. Anarquía y subjetivismo es libertinaje. Tanto si soy cristiano como agnóstico o ateo tengo que comportarme moralmente, según la norma de la ley natural grabada por Dios en los corazones. Pero siempre será más libre la persona que vive de fe, esperanza y caridad. Porque los que no quieren obedecer a Dios son dominados por las pasiones desordenadas que quitan la libertad. El libertinaje sin Dios es la esclavitud de los cuerpos y de las almas.

La Iglesia siempre ha defendido la libertad. El Evangelio de Cristo es un mensaje de libertad y una fuerza de liberación. Contra el protestantismo, que dice que el hombre no es libre psicológicamente, la Iglesia enseña que el hombre es libre psicológicamente. Contra el liberalismo, que enseñó que el hombre no es libre moralmente, la Iglesia enseña que el hombre es libre para hacer el bien. Contra los sistemas políticos totalitarios del siglo XX, la Iglesia enseñó que las libertades sociales del hombre no deben ser restringidas, sólo en la estricta medida en que sea necesario.

La persona más libre que ha pisado la Tierra es la Esclava del Señor, la Santísima Virgen María.

 P. Manuel Martínez Cano, mCR