Pedro: La democracia actual fomenta el desorden y la anarquía. Porque su principio fundamental es la igualdad, contra natura. Los ciudadanos, al constatar las grandes desigualdades personales y sociales, caen en la anarquía. Hacen lo que les da la gana.
Salomé: Efectivamente, el democratismo es un buen caldo de cultivo para las revoluciones más dispares. Porque la pretendida igualdad de derechos, junto con las grandes diferencias de poder y económicas, traen consigo las revueltas ideológicas o el borregismo.
Santiago: El narcisismo y hedonismo, que ha penetrado en todas las capas sociales, ha generado un sentimiento personal de injusticia y resentimiento que está envenenando la vida familiar, social y política.
Judit: La envidia tiene mucho que ver en el momento histórico que estamos viviendo. Porque no es verdad que todos somos iguales. “La igualdad -dice Alexis de Tocquevile- es una palabra adoptada por envidia. En el fondo de todo republicano (y de todo demócrata) significa: “nadie estará en mejor situación que yo”
Pablo: El dogma fundamental de la democracia es la “soberanía del pueblo”. Pues no, señores, la democracia es la dominación de la mayoría sobre las “minorías”, que, en ocasiones son mayores que la “mayoría”
Rut: En el fondo de todo está el maldito relativismo que dice que la opinión de la mayoría se convierte en bien y verdad. Pues no, la opinión de la mayoría no se convierte en verdad o bien, si no acepta la realidad de las cosas. El aborto es un crimen abominable.
Andrés: Me temo, que si seguimos por las sendas del democratismo agnóstico, ateo y materialista, renacerá el comunismo intrínsecamente perverso. Lenin afirmaba en 1917 que “la República democrática es el acceso más próximo a la dictadura del proletariado”. Y el proletariado está harto de mentiras y crímenes.
María: Está comprobado, una y mil veces, que la democracia actual es el gobierno de los mediocres y, en gran medida, de los corruptos. El gobierno de los mejores no llegará nunca, mientras haya partidos políticos envidiosos, que calumnian y desprestigian en sus campañas políticas, a los mejores.
Mateo: El mejor politólogo español del siglo pasado, Gonzalo Fernández de la Mora, decía que “para montar una respuesta efectiva al reinante igualitarismo de nuestra época es necesario, pero además suficiente, demostrar lo absurdo, la naturaleza anticientífica, contradictoria de la doctrina igualitaria, así como las desastrosas consecuencias del programa igualitario”
Sara: Volvemos a lo mismo, la democracia actual es el gobierno de los políticos mediocres, que solo procuran el bienestar de sus afiliados. Es urgente y necesario establecer el sistema político dedicado a la promoción del gobierno de los mejores ciudadanos y del bien común.
José: Es evidente que las mujeres somos más guapas que los hombres, pero también es evidente que los hombres tienen una fuerza física superior a la de las mujeres. La igualdad es extraña a la naturaleza, ya que esta es desigual. La igualdad democrática es un principio irracional e inevitable.
Magdalena: Si no reconocemos la idéntica dignidad de las personas humanas, pero sin dejar de reconocer las diferencias de calidad y aptitudes personales, caeremos en imponer la tiranía de no aceptar desigualdades que enriquecen la vida social. Independientemente del sistema de elección de los gobiernos, siempre habrá gobernantes y gobernados. En democracia hay que soportar a los gobernantes durante un periodo de tiempo en el que no ponen en práctica sus programas igualitarios, sino los intereses privados del partido en el poder.
Magdalena, Presidenta
Pingback: Artículos de la semana (19/3/2014) | Blog del P. Manuel Martínez Cano