Jornadas nacionales

Al término de las Jornadas Nacionales de las Uniones Seglares, que reunieron en el Colegio de Sentmenat a hermanos de tantos lugares de España; quiero recordar la frase que me dijo una valenciana en el momento de despedirse “Me vuelvo llena de nueva esperanza, con nueva alegría y con la nueva decisión de seguir avanzando por el mismo camino.”

Nuestra Asociación tiene su esperanza en el Sagrado Corazón de Jesús. Pese a nuestras limitaciones, imperfecciones y miserias, Él triunfará sobre todos sus enemigos, y establecerá en el mundo su reinado de amor y paz. Nuestra alegría es la Virgen MARÍA que es nuestra MADRE. Vivir en María y con María, cada hora, cada día el sentirse siempre embelesado por sus caricias y consuelos que nos llenan de felicidad. Avanzar sin volver la vista atrás, con el afán de aprender más, formarme mejor, y buscar la unión con los otros hermanos para un camino de piedad, de generosidad y de heroísmo.

Mirad al león rugiente

El demonio busca por todos los medios dividirnos: los defectos y las falsas ilusiones quieren minar la obediencia y la mutua caridad con pretextos de mayor perfección.

Atención al demonio de la discordia. La Asociación Juvenil y toda la Unión Seglar, no es una agrupación de Santos, ni de personas que aciertan siempre, ni que son “lo mejor de lo mejor”. Estamos sencillamente en la escuela de los que desean ser discípulos del Señor y aprender cada día a mejorar. La mutua caridad y unión, nos hará avanzar, no a lo burgués en solitario y en el regodeo de uno mismo, sino en un avance de apoyos compartidos y de ayuda fraterna.

Los Sagrados Corazones de Jesús y María

En la fiesta del Sagrado Corazón, profesará con los primeros de Carmelita Descalza Isabel Borrull. Al día siguiente fiesta del Inmaculado Corazón de María, entrará en Cartuja de “Aula Dei”, de Zaragoza Lorenzo Sanz, como novicio ¡Qué don más grande de los Sagrados Corazones!

Muchos entre vosotros no se han decidido aún a dar el paso definitivo del olvido propio para que reinen en su alma Jesús y María. Viven mediocremente, sin verdadera vida interior. Pero también es cierto, y puedo afirmarlo con verdadero conocimiento de causa que hay muchos hombres y mujeres, muchos jóvenes, muchas chicas que son muy santos, y que van sin sinuosidades a dar en todo gusto, a los gustos de Dios. Animémonos todos a lo más noble, e imitemos los ejemplos más generosos. Sólo así seremos felices. Dichosa nuestra Asociación donde han anidado chicos y chicas que se han entregado del todo al servicio de Dios: religiosos y religiosas, seminaristas y sacerdotes. Seamos humildes, sencillos y buenos. Tal vez el Señor nos depare en el futuro el regalo de los misioneros y de los mártires. ¡Arriba los corazones!

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 78, junio de 1984