Más de mil millones de asesinatos se han cometido en el mundo al amparo de leyes democráticas. Crímenes abominables que se cometen en el vientre de las propias madres. Es el genocidio democrático que está embruteciendo las conciencias de cientos de millones de personas. Hitler, Lenin, Stalin, etc. Fueron unos monstruos de la humanidad porque asesinaron a hombres inocentes en cámaras de gas, campos de concentración, checas… diabólicamente. En el aborto también interviene el diablo.aborto
No olvidemos que la Iglesia ha calificado el aborto de “crimen abominable” (Vaticano) y que nunca se puede legitimar la muerte de un inocente, como afirmó rotundamente en España el Beato Juan Pablo ll. Debemos hablar claro. Jesucristo les dice a personas que estaban junto a Él: “¡hipócritas! ¡Sepulcros blanqueados! ¡Raza de víboras! ¿Qué les diría hoy a los que por un lado dicen “todos tienen derecho a la vida” y por otro legalizan el aborto.
La gran herejía de nuestro tiempo es la democracia, porque el pueblo no es soberano, el único soberano es Cristo, Rey del Cielo y de la tierra. Por tanto, las leyes civiles tienen que estar fundamentadas en la ley evangélica de Cristo. La sociedad debe regirse por la ley de Dios y el Magisterio de la Iglesia. Pero Cristo ha sido expulsado de los parlamentos democráticos y de los partidos políticos. El peor enemigo de la realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo es la democracia contemporánea.
Debemos combatir los nobles combates de la fe. San Pablo nos dice: “Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, por su aparición y por su reino: Predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, vitupera, exhorta con toda longanimidad y doctrina pues vendrá un tiempo en que no sufrirán la sana doctrina; amontonarán maestros conforme a sus pasiones y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas. Pero tú sé circunspecto en todo, soporta los trabajos, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2ªTim 1-5)
Combatir los nobles combates de la fe. Rezad: Santa María, Madre de los niños asesinados, intercede por nosotros.

Manuel Martínez Cano, mCR