Quiero glosaros algunos aspectos de la carta a la Virgen María de nuestra peregrinación a Montserrat.
Por qué son tiempos difíciles.
Nuestra época puede definirse como «post-cristiana». Ha quedado en su vida social una multitud de inercias culturales, de prácticas, de hábitos sociales que tienen su raíz en la fe cristiana. Pero esa fe cristiana no es viva y operante en la gran masa social, ni en la autoridad de la sociedad. Por esa razón, después de dos siglos de liberalismo y de marxismo la vida social se ha configurado en su inmensa mayoría de espaldas a Dios, y se ha entronizado en su lugar la impiedad. Y como el hombre es esencialmente un ser social y si el contorno social es arreligioso, su vida personal se dificulta tan extraordinariamente que produce el abandono religioso de la mayoría. De ahí que se haga tan difícil la vida de gracia en la infancia, en la juventud, en la vida matrimonial, en el trabajo, la diversión, el ocio. Hay que ser un héroe para estar siempre luchando con uno mismo y contra todo el ambiente que le rodea. Por eso son tiempos difíciles, a los que sólo pueden sobreponerse y vencer los que han tomado la irrevocable decisión de ser cristianos cueste lo que cueste, contra viento y marea hasta el heroísmo.
Formarnos en la doctrina de la realeza de Jesucristo.
Le pedimos a la Virgen María que nos haga oír en lo más hondo de nuestra alma el grito del Papa Pio XII. “Es todo un mundo el que hay que reconstruir desde sus fundamentos”. Los hombres no pueden ser cristianos en su totalidad si la sociedad, en su autoridad y en todos sus organismos y en su vida política, económica y artística no es cristiana. La impregnación de materialismo, de liberalismo, de marxismo ha llegado a su cenit con la hipócrita teología de la liberación. Bajo el sagrado nombre de Teología se quiere justificar la lucha de clases, la lucha de clases marxista y el odio a la verdad natural y a Dios revelador.
Sólo la doctrina de que Cristo es el Rey de la Historia, de las naciones, de todas las sociedades y de las almas es la solución a todos los problemas del hombre como individuo y como ser social. Estudiar la verdadera enseñanza de la Iglesia sobré la soberanía social de Jesucristo y el reinado de los Sagrados Corazones de Jesús y de María ha de ser Sagrada obligación de todos los miembros de nuestra Asociación Juvenil. Estudiar, para más conocer y amar esta doctrina de la Iglesia, de cuya ignorancia se han seguido los males más terribles para la Humanidad y los peores tiempos de toda la historia de la santa Iglesia.
Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 81, Octubre-noviembre de 1984
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