Reunión de grupo

La reunión de grupo es la célula primera de toda la Asociación. Donde dos o tres 6C juntan en mi nombre allí estoy Yo en medio de ellos, nos dice el Señor. Jamás puede fallar la palabra del Señor. Plena aplicación tienen estas palabras en la reunión de grupo. Toda la reunión en la reunión con Jesús. Nos reunimos solo dos: allí esta Jesús para que oremos por nuestros hermanos. Dos eran los discípulos que ala marchaban a Emaús, separándose de la Comunidad, allí estuvo Jesús. Se enardeció su corazón y volvieron llenos de celo y afán de comunicar su vida a los demás hermanos. ¡Señor Jesús, que nunca abandone mi reunión de grupo! Si algún día solamente nos reunimos dos, procuraré vivir mi reunión con más Intensidad, seguro de que Jesús se me hará más presente aún. Y entonces lleno, daré nuevo calor a mis hermanos. ¿Qué es la Asociación? La reunión de los amigos de Jesús que comunican a los demás la intimidad de su caridad. Doce hombres íntimamente poseídos de esa verdad, harán de nuestra Asociación el jardín de los consuelos de Jesús. Harán santos a todos los demás. ¿No seré yo uno de esos?

cruzLa Cruz de la salvación

Al hacer la señal de la Cruz, trazo la Cruz sobre mi frente, sobre mis labios, sobre mi corazón. Porque Jesús ha de vivir en mi mente, en mis palabras, en mi amor. Pero Jesús reina en mí desde la Cruz. Reina en el mundo desde la Cruz. Huir de la Cruz es huir de Jesús. Llegará el día, y ya ha llegado en el que los siervos de la Cruz sufrirán desaires, injusticias, persecución. Frente a la Cruz que es la guerra de Dios contra el hombre sensual y mundano, frente a la Cruz que es la pobreza del espíritu frente a la riqueza del espíritu, se levanta arrogante la cátedra de humo de todas las sabidurías y razonamientos humanos que prometen la paz del mundo. Pero no, queridos míos, salgamos fuera de las murallas del mundo que nos asfixian llevando en nuestras manos alzadas el improperio de la Cruz: no a los hombres hemos de complacer, sino a Jesús Crucificado que nos resucitará un día por la fidelidad a nuestro deber, a la Santa Iglesia, a lo que quiere el Papa, a nuestra condición de miembros de una Asociación santa: S. Luis Gonzaga.

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 84, febrero de 1985