Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

Contracorriente

Archivos diarios: 7 mayo, 2014

Catecismo Social de la Iglesia 58

07 miércoles May 2014

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10 -Hay una preocupación a nivel mundial sobre la explosión demográfica, o sea, al temor de que si la población crece al ritmo estadístico actual, la tierra no tiene alimentos para la subsistencia de la misma.

-Esta es una campaña iniciada allá por el año 1950 y que no responde ni mucho menos a la realidad. En el Año de la Población, en 1964, se habló largamente de este tema. Desde ángulos tan contradictorios como la China comunista, cuyo representante afirmó que sólo ello por ciento de sus tierras están cultivadas, hasta el insigne Colin Clark, profesor de autoridad singular, y cuya obra «National Income and Outlay. y otras tienen un prestigio reconocido -lo demuestra que han sido traducidas a casi todos los idiomas-, rubricaba que con los actuales recursos técnicos se podrían alimentar 47 millones más de personas en un nivel semejante al de los Estados Unidos, y 150 millones con el padrón de vida asiático. Hay inmensas probabilidades de descubrir nuevos alimentos. El maíz se ha multiplicado catecismo socialcon un rendimiento cuadriplicado en los últimos años, se ha conseguido harina de pescado de enorme riqueza proteica para los animales, la clorela -alga de agua dulce- transforma en materia vegetal la casi totalidad de la energía solar que recibe, y así una superficie de 8 kilómetros de orilla puede producir lo suficiente para una ración adecuada de proteínas a 80 millones de personas, el zooplancton del mar, que se produce en Extremo Oriente, sólo en Tailandia alcanza las 5.000 toneladas.

Así la ballena suministra un promedio de 15 toneladas de aceite -tanta grasa como 500 cerdos y tanta carne como 72 bueyes-o Y así en varios aspectos, el aumento de energía, de producción agrícola e industrial, tiene capacidades maravillosas. Sólo lo que se pierde de comida a causa de los insectos y roedores, distribuida, permitiría alimentar a 300 millones de seres humanos, como se constata en el «Correo de la UNESCO», de julio-agosto de 1962.

11 -No obstante las propagandas de este neomaltusianismo contrario al crecimiento de la población, está muy divulgado. ¿Cómo se explica?

-Por diferentes razones Y no limpias. Colin Clark denuncia que esas campañas responden a diversos factores en juego. Entre los que «no se debe infravalorar la influencia del comercio de la píldora, que supone unos grandes beneficios económicos con la venta de anticonceptivo s orales». También la falta de justicia social, de distribución de la riqueza, de solidaridad entre las naciones. No menos la inmoralidad en los negocios, y en la política de los proveedores de la materia prima.

Colin Clark denuncia cómo «las autoridades del Mercado Común Europeo fijaron a un nivel excesivamente alto los precios de los productos lácteos, para acceder las presiones políticas de los granjeros, fuertemente organizados. La consecuencia fue la superproducción, y la acumulación de una montaña de mantequilla en stocks invendidos. En tales circunstancias consideraron que el único freno podría ser el sacrificio de ganado lechero, al considerar poco deseable hacer frente a las desagradables consecuencias políticas de una reducción drástica en los precios asegurados a los productos lácteos».

12- La opinión de muchos no responde a estos datos…

-Porque hay una manipulación sectaria en contra de la ley moral y de la familia tal como Dios la ha establecido. Ronald Butt, en el «Times», acusa así: «Es bien sabido que el brith control es un gran negocio, y no resulta aventurado afirmar que se está fomentando la actividad sexual en la vida de la sociedad, de igual manera que se estimula el hábito de fumar. Los historiadores del futuro tendrán que trabajar mucho si quieren clarificar las múltiples razones comerciales, sociopolíticas e ideológicas que se ocultan tras estas campañas en favor de la planificación familiar. Los investigadores podrán describir, por ejemplo, las operaciones de la F. B. Sales Ltd., que vende productos para el

brith control a la Family Planning Assotiation, y entrega luego sus propios beneficios a la misma Association.

Resulta evidente que la campaña en favor del control de natalidad está estrechamente ligada con la campaña en favor de la educación sexual en las escuelas, que es una de las principales misiones de la F.P.A. Los beneficios de la F. P. Sales Ltd. se destinan, por tanto, a un tipo de educación sexual polarizada fundamentalmente hacia el aprendizaje de las técnicas anticonceptívas, y, con los beneficios de su venta, se enseña a más jóvenes a consumir más píldoras».

 

Imitación de Cristo 64

07 miércoles May 2014

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Capítulo 27

Que el amor propio nos estorba mucho el bien eterno

Jesucristo.- 1. Hijo, conviene que lo des todo por el todo, y no ser nada de ti mismo.
Sabe que el amor de ti mismo te daña más que ninguna cosa del mundo.
Según fuere el amor y afición que tienes a las cosas, estarás más o menos ligado a ellas.
Si tu amor fuere puro, sencillo y bien ordenado, no serás esclavo de ninguna.
No codicies lo que no te conviene tener. No quieras tener lo que te puede impedir y quitar la libertad interior.
Maravilla es que no te entregues a mí de lo profundo del corazón, con todo lo que puedes tener o desear.

imitacion-de-cristo2. ¿Por qué te consumes con vana tristeza? ¿Por qué te fatigas con superfluos cuidados?
Está a mi voluntad y no sentirás daño alguno.
Si buscas esto o aquello y quisieres estar aquí o allí por tu propio provecho y propia voluntad, nunca tendrás quietud ni estarás libre de cuidados, porque en todas las cosas hallarás alguna falta, y en todo lugar habrá quien te moleste.

3. Y así no cualquier cosa alcanzada o multiplicada exteriormente aprovecha, sino más bien la despreciada y desarraigada del corazón.
No entiendas eso solamente de las rentas y de las riquezas, sino también de la ambición de la honra y deseo de vanas alabanzas, todo lo cual pasa con el mundo.
Poco defiende el lugar si falta el fervor del espíritu; ni durará mucho la paz buscada por de fuera si falta el verdadero fundamento de la disposición del corazón; quiero decir, si no estuvieses en mí, puedes mudarte, pero no mejorarte.
Porque, en llegando y agradando la ocasión, hallarás lo mismo que huías, y más.

Oración

Para pedir la limpieza del corazón y la sabiduría celestial

El Alma.- 4. Confírmame, Señor, con la gracia del Espíritu Santo.
Dame que la virtud se robustezca en mi interior y mi corazón se desocupe de toda inútil solicitud y congoja, y que no me lleven tras sí tan varios deseos por cualquier cosa vil o preciosa, sino que las mire todas como pasajeras, y a mí mismo, como que he de pasar con ellas.
Porque «nada hay permanente debajo del sol», adonde «todo es vanidad y aflicción de espíritu» (Qo 1,14). ¡Oh, cuán sabio es el que así piensa!
Dame, Señor, sabiduría celestial para que aprenda a buscarte y hallarte sobre todas las cosas, gustarte y amarte sobre todas, y entender lo demás como es según el orden de tu sabiduría.
Dame prudencia para desviarme del lisonjero y paciencia para sufrir al adversario.
Porque esta es muy gran sabiduría: no moverse a todo viento de palabras, ni tampoco dar oídos a la malamente halagadora sirena, pues así se anda con seguridad el camino comenzado.

La Verdad íntegra

07 miércoles May 2014

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Jesús dijo a los Apóstoles: «Como el Padre me ha enviado, así os envío Yo». «Enseñad a todas las gentes». «Seréis mis testigos en toda la tierra». «Quien a vosotros oye a Mí me oye». «Yo estaré con vosotros hasta la consumación del mundo».

El Magisterio de la Iglesia, ayudado por la luz del Espíritu, transmite y explica siempre ese testimonio de los Apóstoles. No es obligado que hagamos nuestro todo el contexto cultural del tiempo apostólico o de tiempos posteriores; pero sí el «testimonio»: lo que los Apóstoles y la tradición de la Iglesia han dicho como palabra de Dios, en el sentido en que la han expresado, que permanece para siempre.

guerra camposSi las interpretaciones teológicas, o las maneras variadas de exponer, suplantasen ese sentido, se desvanecería la fe. Y aunque muchos compartiesen las nuevas significaciones, ya no serían Iglesia; porque Iglesia es la comunidad de los llamados por Dios, que responden con la fe a esa llamada. Serían una sociedad por coincidencia de opiniones humanas.

Y así, vemos que se forman a veces grupos en los que la fe no es sino la expresión de actitudes subjetivas, no la correspondencia vital a la revelación de Dios. Y hasta hay quien propone que cada comunidad de éstas formule su propio credo. De ahí, la incapacidad misionera, la incapacidad de suscitar la fe. Ya lo había dicho un escritor del siglo II: estos grupos se preocupan no tanto de convertir a los que están fuera como de pervertir a los que están dentro. Y ahora mismo, aunque se pretende que el lenguaje equívoco acaso sea útil para acercar el mensaje cristiano a los alejados, es fácil comprobar, en general, que la confusión y la ambigüedad prevalecen allí donde se ha interrumpido la acción misionera o donde se difunde un mensaje vaciado de su médula cristiana.

Un modo especial de ser infiel al testimonio apostólico, según nos explica Pablo VI, se da ahora, más que con nuevas especulaciones, con una reducción o selección de las verdades. Reducción a un supuesto núcleo de verdades básicas, con exclusión y olvido de las demás.

Pero el que cae por una escalera está en peligro de no parar hasta la portería: la arbitrariedad cercena sucesivamente ese núcleo hasta terminar por vaciar la fe de todo contenido revelado. ¿Se pone -por ejemplo- el núcleo en la Santísima Trinidad? Alguien dirá que basta hablar genéricamente de Dios.

¿Se pone en que Cristo es Dios? Alguien dirá que basta ver en el hombre Jesús una manifestación indefinida de lo divino. ¿Se pone en la Resurrección de Jesús? Alguien dirá que no es necesario aceptar una resurrección corpórea; que basta creer en que Cristo vive. Pero ¿vive Él? ¿Vive sólo en nuestro recuerdo? ¿Vive sólo en cuanto que la «idea» o la «causa» sustentada por Él sigue siendo todavía interesante? De escalón en escalón, la revelación de Cristo ya no sería más que una expresión intensa del sentir o conciencia humana. Y al final, hasta la misma existencia de Jesús termina por ser indiferente. Otro escalón más: tampoco interesa ya la relación con Dios.

Esto es lo que a veces se llama espíritu moderno, aunque formulado hace dos siglos, que prescinde de la revelación de un ser personal superior a nosotros y afirma que lo que hay de divino, de más noble y valioso, en el mundo sólo existe y se manifiesta en la historia de la conciencia humana (en nuestros pensamientos, sentimientos, cultura, arte, acción y relaciones sociales). Y otros dirán: ¿Para qué hablar de lo divino?; todo esto es puramente humano. Y así llegamos al humanismo ateo.

Desde hace poco algunos pensadores protestantes -que encuentran mucha acogida entre nosotros- hablan de «ateísmo cristiano»; según el cual carecería de significado la religión o comunicación consciente con Dios; Cristo interesaría por lo que hace o dice de ‘las relaciones fraternas, no por lo que dice del Padre. Respetando los valores fraternales, no tendría importancia ya la diferencia entre ser creyente o ser ateo. Triste final: se ha vaciado la fe, hemos llegado al fondo de la escalera. (En cuanto al valor religioso que pueda haber en quienes de buena fe viven sin fe, hablaremos otro día.)

Es, pues, esencial a la fe acoger la verdad revelada en su totalidad.

Ahora bien, en un sentido es válida la distinción entre lo fundamental y otras verdades. Como recuerda el Concilio, existe un orden o subordinación orgánica entre las verdades. Éstas no significan sueltas; hay que entenderlas todas enlazadas, referidas a unos núcleos: por ejemplo, la virginidad de María, por relación a la encarnación del Hijo de Dios; la intercesión de los santos, enlazada con la mediación de Cristo. Esto es muy importante para no descomponer la realidad viviente que es el contenido de la verdad revelada.

Pero, precisamente porque es una realidad viviente, hay que tomarla siempre en su unidad y totalidad. No se trata, en modo alguno, de reducirla a los núcleos, excluyendo o despreciando lo demás. Distinguir en un edificio entre los cimientos y elementos sustentantes y las partes sustentadas no es lo mismo que desmantelarlo, quedándose sólo con los cimientos.

La fe pura comporta una adhesión total a Cristo y a su mensaje en la Iglesia, sin recortes arbitrarios. Sin embargo, es posible con distintos grados de comprensión del contenido de este mensaje. No es preciso que todos y cada uno posean un conocimiento desarrollado. En el pensamiento de los fieles no siempre han de estar presentes de modo expreso todas las facetas de la verdad. Hay fe purísima en personas de escasa cultura, como ya indicamos.

Se habla mucho contra la llamada fe del carbonero. No exageremos. Cierto que se ha de procurar, en el mayor grado posible, la ilustración en la fe; en este tiempo más que nunca. Con todo, siempre tendrá aplicación lo del catecismo: «Doctores tiene la Iglesia que os sabrán responder». Todos, sin excluir a los más cultos, nos remitimos a expertos. Aunque hayamos estudiado la estructura científica de la radiofonía o la electrónica, muchos no sabríamos dar razón de los aparatos que manejamos cada día.

La ventaja del creyente es que dispone, en el magisterio, de una garantía infalible para saber que se guía por la palabra de Dios, y no la de los hombres. Y, además, por la vía de la fidelidad y del amor, aun el menos docto alcanzará en la visión de Dios la luz que excede a toda sabiduría humana.

José Guerra Campos, obispo.

Jesucristo hombre

07 miércoles May 2014

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1. EL REDENTOR PROMETIDO

Apenas nuestros primeros padres cometieron el pecado original, Dios se compadeció de ellos y determinó que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, se hiciera hombre para redimir a los hombres: “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16).

 Mientras no llegaba el Redentor prometido, el pecado original se borraba por actos de fe y de esperanza en el futuro Redentor; los pecados personales se perdonaban por actos de perfecta contrición.

jesus-cristo-5814 La esperanza de la venida del Redentor empieza con el anuncio a Adán y Eva de parte del ángel. Sus hijos Caín y Abel, representan las dos tendencias opuestas ante la Religión que habían de seguir los hombres a través de los siglos. De la descendencia de Set, tercer hijo de nuestros primeros padres, saldría el prometido Redentor.

La multiplicación de la humanidad pecadora, la mezcla de buenos y malos, traerían la perversidad y corrupción de los buenos y la inmoralidad general de las costumbres, de tal manera que Dios castigó a la Humanidad con el diluvio universal. Sólo se libró el justo Noé con toda su familia. Dios bendijo a Noé y a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y les mandó lo mismo que a nuestros primeros padres: “Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra” (Gen 9, 1).

Los descendientes de Sem, Cam y Jafet se establecieron en Asia, Africa y Europa, respectivamente. De la descendencia de Sem formó Dios a su Pueblo: Israel.

2. EL PUEBLO ESCOGIDO

Entre los diversos pueblos de la Tierra, Dios escogió uno que llamó especialmente suyo, para que fuera depositario de su Revelación y el genuino representante de la verdadera religión.

Dios eligió a Abraham, descendiente de Sem, como patriarca para fundar el Pueblo escogido: “Yahvé dijo a Abraham…: De ti nacerá una nación grande y te bendeciré” (Gen 12, 2).

La promesa hecha a Abraham, la reitera Dios a los patriarcas Isaac y Jacob, a quien el mismo Dios le cambió el nombre por el de Israel.

Jacob tuvo doce hijos, padres de las doce tribus de Israel, con las que se formaría el Pueblo de Dios. De la tribu de su hijo Judá saldría el Mesías.

Moisés fue el primer jefe del Pueblo escogido. Condujo a su pueblo de la esclavitud de Egipto a la Tierra prometida. Recibió de Dios las Tablas de la Ley y toda la Legislación del Pueblo de Dios en el monte Sinaí.

Josué introdujo al Pueblo escogido en la tierra prometida, en el país de Canaán (Palestina).

A David le prometió Dios la perpetuidad del Reino mesiánico en su propio linaje; sus salmos cantan las glorias del futuro Mesías.

Los Profetas anuncian el tiempo, el lugar y otras circunstancias del advenimiento del Mesías Redentor, precisando sus características esenciales.

La expectación mesiánica era el alma y la vida del Pueblo de Dios, Israel, y esta expectación transcendió a otros pueblos. Por eso, el mundo entero presentía, esperanzado, un salvador.

3. LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS

“Llegada la plenitud de los tiempos” (Gal 4,41), Dios determina la Encarnación. La Segunda Persona de la Santísima Trinidad, sin dejar de ser Dios, se hizo niño en las purísimas entrañas de la Virgen María, para redimir a los hombres.

“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la Virgen era María. Y entrando donde estaba Ella, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaba aquel saludo. El ángel le dijo: ”No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.

María respondió al ángel: ¿cómo será esto, pues no conozco varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre Ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y está ya en el sexto mes aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel, dejándola, se fue» (Lc 1, 2638).

Nueve meses después, la Virgen dio a luz a Jesús, el Redentor prometido, en un pesebre de Belén.

“Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada” (Lc 2, 17).

El Redentor prometido es el Hijo de Dios hecho hombre. El Hijo de Dios, siendo Dios eternamente, y, sin dejar de serlo, se hizo hombre en las purísimas entrañas de la Virgen María y nació en Belén.

Jesús es una persona divina, la segunda persona de la Santísima Trinidad.

4. HUMANIDAD DE JESUCRISTO

Jesucristo tiene dos naturalezas: la naturaleza divina porque es Dios y la naturaleza humana porque es hombre.

La naturaleza humana de Jesucristo está constituida por un cuerpo y un alma.

El cuerpo de Jesucristo formado por el Espíritu Santo de las purísimas entrañas de la Virgen Santísima, se distinguió por su perfecta integridad y pureza, por su excelente salud y por su varonil hermosura.

El rostro de Jesús reflejaba las perfecciones de su alma y manifestaba al HombreDios; su mirada, sobre todo, era irresistible.

El alma de Jesús era perfectísima por la armonía de sus cualidades naturales y por los dones sobrenaturales de los que estaba adornada.

El alma de Jesús estaba adornada con la plenitud de la gracia: “lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 4). Santidad de Jesucristo “de cuya plenitud todos nosotros recibimos” (Jn 1, 16).

El entendimiento y la voluntad de Jesús animaban una psicología perfecta y espléndida, delicadamente sensible a las necesidades de los demás.

Por su ciencia infusa Jesús conocía interiormente todas las cosas creadas, naturales y sobrenaturales, de las que era Rey y Señor.

Por su ciencia experimental, Jesús adquirió conocimientos progresivos a semejanza de los demás hombres: “Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc. 2, 52).

Por la unión beatífica con el Padre, Jesucristo gozaba en este mundo viendo a Dios Padre y en Dios a todas las cosas. Jesús gozaba cuando hacía milagros.

Lo que mejor sintetiza la hermosura de la naturaleza humana de nuestro divino Redentor es su Sagrado Corazón. El Corazón de Jesús es como el símbolo de su maravillosa vida interior y especialmente de su puro e infinito amor a Dios Padre y a los hombres.

5. LA REDENCIÓN

Nuestro Señor Jesucristo consumó la redención del género humano con su vida, pasión y muerte. Con su vida nos enseñó el camino del Cielo; con su pasión nos animó a sufrir y hacer penitencia por nuestros pecados; y con su muerte en la cruz nos enseña a morir antes que pecar.

La vida mortal de Jesucristo fue digna del segundo Adán, del HombreDios. Su pasión fue la satisfacción exigida por la justicia divina a la cabeza de la humanidad culpable.

La muerte de Nuestro Señor Jesucristo fue un sacrificio inefable en el que nuestro divino Redentor se inmoló a sí mismo en el altar del Calvario y en el ara de la Cruz como víctima ofrecida a su eterno Padre por la salvación de todos los hombres: “Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y víctima a Dios” (Ef 5, 2).

Cristo quiso derramar hasta la última gota de su sangre para manifestarnos su amor y mostrarnos la malicia del pecado.

Jesucristo alcanzó para toda la Humanidad la salvación. Recuperó para nosotros los dones sobrenaturales, la amistad divina y la condición de hijos adoptivos de Dios y herederos del Cielo.

Pero para que los frutos de la Redención se apliquen de hecho a todos los hombres es necesario que los hombres correspondan a Dios con su fe, su amor, su obediencia, el arrepentimiento de sus pecados, la oración y la frecuente recepción de los sacramentos que nos transmiten la vida divina.

“Aunque Jesucristo murió por todos, no todos se aprovechan del beneficio de su muerte” (Concilio de Trento).

6. SUFRIMIENTOS DE JESÚS

Jesús sufrió terriblemente en su naturaleza humana. Transcribimos de los cuatro evangelistas los momentos más importantes de la pasión del Señor.

“Entonces va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní… y les dice: ”Mi alma está triste hasta el punto de morir, quedaos aquí y velad conmigo». Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y suplicaba así: “Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no se haga como yo quiero, sino como quieres Tú”… Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra».

“Pilato les contestó: ”¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?»… la multitud gritó “¡Crucifícale!” Pilato les dijo: “Pero ¿qué mal ha hecho?”… “¡Crucifícale!”… “Inocente soy de la sangre de este justo. Allá vosotros”. Y todo el pueblo respondió: “¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!” Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado».

“Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús dentro del pretorio y reunieron alrededor de Él a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; y trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña. Después, doblaban la rodilla delante de Él, y le hacían burla diciendo: ”¡Salve, Rey de los judíos!»; y le escupían y le quitaban la caña para golpearle en la cabeza. Y después de haberse burlado de Él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle».

“Tomaron, pues, a Jesús, y Él, cargando con la cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario. Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y lamentaban por Jesús. Él, volviéndose a ellas, dijo: ”Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos… Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué harán?» Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con Él. Llegados a un lugar llamado Gólgota, esto es, “Calvario”, le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero Él después de probarlo, no lo quiso beber».

7. CRUCIFIXIÓN DE JESÚS

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a Él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda… se repartieron sus vestidos echando a suertes. Y se quedaron allí para custodiarle. Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de la condena: ”Este es Jesús, el Rey de los judíos». Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: “Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a Ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!” Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de Él diciendo: “A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es: que baje ahora de la cruz, y creeremos en Él. Ha puesto su confianza en Dios; que se salve ahora, si es que de verdad le quiere, ya que dijo: ”Soy Hijo de Dios».

“Jesús decía: ”Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» Uno de los malhechores le insultaba: “¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!” Pero el otro le reprendió, diciendo: “¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino”. Jesús le dijo: “Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa».

8. MUERTE DE JESÚS

“Desde la hora sexta la oscuridad cayó sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: ”¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», esto es, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: “Tengo sed”. Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la hacercaron a la boca. Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: “Todo está cumplido”.

Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, la oscuridad cayó sobre toda la tierra hasta la hora nona. El velo del Templo se rasgó por medio. Jesús, dando un fuerte grito, dijo: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu”. Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron. Por su parte, el centurión y los que con él estaban guardando a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: “Verdaderamente, Éste era Hijo de Dios”.

“Como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado porque aquel sábado era muy solemne, los judíos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como le hallaron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. Lo atestigua el que lo vio (San Juan) y su testimonio es válido, y él sabe que es verdad, para que también vosotros creáis. Y todo esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: ”No se le quebrará hueso alguno». Y también otra Escritura que dice: “Mirarán al que traspasaron”.

Somos irracionales

07 miércoles May 2014

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano, Uncategorized

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Los llamados demócratas de toda la vida, los auténticos demócratas, afirman que fuera de la constitución todo es barbarie e irracional. Sobre todo los católicos, que aceptan dogmas aberrantes y costumbres inhumanas. No hay ningún dogma aberrante ni costumbres inhumanas en la doctrina y costumbres cristianas. La razón iluminada por la fe, los acepta y los vive. Lo aberrante, irracional e inhumano es asesinar, mediante el aborto, a 45 millones de niños cada año. Es más: es satánico.

feesperanzaycaridadLa fe es el asentimiento de nuestra mente a lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos enseña. Como los animales y los irracionales no pueden reflexionar no pueden hacer actos de fe. Los demócratas auténticos se pueden arrepentir, confesarse y salvarse.

Un católico ha de tener capacidad para razonar y rezar. La razón natural demuestra, con argumentos histórico-filosóficos dos hechos fundamentales de nuestra santa religión. La revelación de Dios al pueblo Elegido, Israel, y la fundación de la Iglesia católica por Cristo. Son hechos históricos que conocemos por la razón natural –no por la fe- y que demostramos con argumentos históricos. Además, aceptar una verdad sobrenatural, revelada por Dios, es completamente conforme con la razón.

Los motivos de credibilidad que los católicos tenemos para creer en Dios y en la Iglesia son razonables: si “todos tienen derecho a la vida”, con qué derecho se asesinan a niños inocentes.

Rogamos a nuestros queridos demócratas de toda la vida que lean las “cinco vías”, o argumentos racionales, con los que santo Tomás de Aquino demuestra la existencia de Dios. La ciencia dice que el mundo empezó a existir. Si no existía ¿Por qué existe? Dios eterno lo creó.

P. Manuel Martínez Cano, mCR

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Meditaciones y Pláticas del P. José María Alba Cereceda, S.I.

Varios volumenes de apóx. 370 páginas. Precio volumen: 10 €. Pedidos: hnopablolibros@gmail.com

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“Espíritu Santo, infúndenos la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente”. Padre Santo Francisco.

"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. (Salmo 127, 1)"

Nuestro ideal: Salvar almas

Van al Cielo los que mueren en gracia de Dios; van al infierno los que mueren en pecado mortal

"Id al mundo entro y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado" Marcos 16, 15-16.

"Es necesario que los católicos españoles sepáis recobrar el vigor pleno del espíritu, la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por el amor profundo al hombre hermano." San Juan Pablo II.

"No seguirás en el mal a la mayoría." Éxodo 23, 2.

"Odiad el mal los que amáis al Señor." Salmo 97, 10.

"Jamás cerraré mi boca ante una sociedad que rechaza el terrorismo y reclama el derecho de matar niños." Monseñor José Guerra Campos.

¡Por Cristo, por María y por España: más, más y más!

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