Nuestro Señor dice: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo se os dará por añadidura” (Mt. 6,31-33). Parece como si no debiéramos preocuparnos por trabajar, porque todo se nos dará gratuitamente. Y es exactamente lo contrario, como dirá San Pablo a los Tesalonicenses: “El que no trabaje que no coma” (1ªtes. 4,11-12) por tanto, lo que nos dice Jesús es que busquemos “lo primero”: el Reino de Dios y su justicia.
El Reino de Dios es el mismo Cristo; en la tierra, es la Iglesia y en el Cielo la Gloria eterna. Los que mueren en gracia de Dios viven eternamente felices con Cristo en el Cielo y con la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen y todos los santos. Afirma San Cipriano: “¡Cuál no será tu gloria y tu dicha! Ser admitido a ver a Dios, tener el honor de participar en las alegrías de la salvación y de la luz eterna en compañía de Cristo, el Señor tu Dios…gozar en el Reino de los cielos en compañía de los justos y de los amigos de Dios, las alegrías de la inmortalidad alcanzada”
Buscad primero el Reino de Dios y su justicia. Esta justicia entra “en lo primero”. Procurar el bien temporal de los hermanos, es parte de “lo primero”. Promover el bien temporal para los hermanos es practicar la caridad que predicó nuestro Rey y Señor. Hoy se habla mucho de humanismo, como nunca, se van comentando los “valores” humanos de nuestro tiempo: el salvajismo del aborto clama al cielo.
Trabajaremos apostólicamente para establecer en la tierra el Reinado Social de Jesucristo: “Los cristianos han de comprometerse en la construcción de un mundo más justo, más humano, más habitable.” “Pero sin contentarse con un mundo más humano. Hay que hacer un mundo explícitamente más divino. Según Dios” (San Juan Pablo II)
San Juan XXIII dijo: “En dar a conocer y cumplir el mensaje de Fátima está la esperanza del mundo”
P. Manuel Martínez Cano, mCR