Confesar a Cristo ante los hombres
Bastantes de vosotros os disteis cita ante el cine blasfemo en el que se proyectaba la película repugnante contra la Santísima Virgen. Aquellos rosarios intrépidamente rezados en plena vía pública y las pancartas alusivas a la defensa de los derechos de Dios y de la Santa Religión manifestaron ante los hombres que aún hay un resto de piedad y de fidelidad en el nuevo Israel, del que brotarán las flores de la gloria de Dios que un día no lejano cubrirá la tierra.
Algunos, aun bien intencionados criticaban vuestra postura, con el pretexto de que así se daba ocasión de publicidad al enemigo. Esto puede ser verdad tratándose a veces de pecados o escándalos privados, pero no cuando se trata de ofensas públicas a la Religión. Nuestro Señor desenmascaró siempre a los falsarios e hipócritas que engañaban al pueblo. También vosotros habéis ayudado a desenmascarar la traición a Jesucristo y a su Santísima Madre. Como el Papa a los procedieron igual en Italia os diré: seáis benditos por haber confesado vuestra fe en Cristo delante de los hombres. El os confesará un día delante del Padre de los cielos.
Campamentos 1985
Terminó la campaña de Campamentos de 1985 con gloria para Dios. Aquellos muchachos y muchachas se acercaron más a Dios y pudieron acercarse más al centro de su alma donde el Señor habita por el misterio de la gracia.
Todas los que habéis participado en el grado que fuese en esta empresa apostólica, debéis dar constantes gracias al Señor por haberos asociado con Él pata trabajar en la obra divina entre las divinas de la salvación de las almas. En el servicio de Dios no se es joven o viejo. Todo nuestro ser y tener siempre han de estar al servicio del Reino de Dios. Cada día más y más con toda nuestra gratitud al servicio de Dios para la salvación de los hombres.
Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 89, julio-agosto de 1986