Obispo de SANTANDER.
«En la homilía el Prelado invitó a los fieles a unirse en la oración por el ilustre fallecido, cuya vida fue un esfuerzo permanente por mantenerse fiel a la Iglesia en su vida personal como ferviente cristiano y en todas sus actuaciones como estadista».
(Boletín Oficial del Obispado de Santander, diciembre 1975, pág. 15.)
«…Hay muertes que son especialmente impresionantes. Son muertes históricas. El mundo entero ha sentido una sacudida ante la muerte de Francisco Franco. (…).
La liturgia no quiere que convirtamos la homilía en un elogio del difunto. No es necesario ¡Cuánto elogio, cuánto agradecimiento a Franco en España, hoy! Desde las manifestaciones de los dirigentes a las lágrimas de los pequeños. Yo quisiera, sin embargo, hacer notar su limpia confesión de fe en Dios y en la Iglesia. Desde siempre. El testamento ha sido la rúbrica de su postura. Cuando tantos cristianos confiesan su fe casi vergonzosamente, hasta en la hora de la muerte, el Jefe del Estado recibe los últimos Sacramentos con inmensa naturalidad. Y su testamento es una confesión de fe. Recuerda .el juicio de Dios que le espera, se gloría de ser católico, de ser hijofiel de la Iglesia, pide perdón y perdona a sus enemigos. Quiere en su último momento unir los nombres de Dios y de España.
La trayectoria cristiana de Francisco Franco nos recuerda que a la hora de la verdad lo que cuenta no es haber sido grande a los ojos de los hombres, sino a los ojos de Dios. Lo que importa es servir, cada cual en el lugar en donde le ha tocado vivir. Difícil el servicio en puestos de autoridad. Autoridad que quiere decir responsabilidad y seriedad. Francisco Franco ha servido a la Patria con responsabilidad y seriedad. En el fondo, Dios.
No puedo terminar sin pedirme a mí y a vosotros algo concreto. El Año Santo ha sido una gracia de Dios que nos ha ido repitiendo: Convertíos a Dios, acercaos a vuestros hermanos. El testamento del Jefe del Estado está enesta línea: «Os pido que perseveréis en la unidad y en la paz» (…).
(Homilía: Boletín Oficial del Obispado, 10 diciembre 1975,págs. 186, 187, 1SS.)
Obispo de TARAZONA.
Homilía: Boletín Oficial del Obispado, diciembre 1975, págs. 484-486. Cfr. supra Boletín de Calahorra.
Obispo de TENERIFE.
El Boletín Oficial reproduce el Testamento espiritual de Franco (diciembre 1975, pág. VII1-IX) y un artículo de G. Fernández de la Mora sobre Franco (ibid., p. 1X-X).
«El Boletín Oficial del Obispado de Tenerife, consciente de la labor religiosa que el católico Jefe de Estado supo siempre imprimir a todos sus actos, no escatimó oportunidades para destacar esta faceta de sus profundas convicciones religiosas que se traducían en obras, conlas que beneficiaba a la Iglesia española. Por esto también la caridad cristiana y la gratitud a su ingente labor se han traducido, en la diócesis, en oraciones por su alma y en funerales concelebrados en todas las parroquias…» (Crónica Diocesana: Boletín citado, pág. 1341.)
Obispo de TERUEL y ALBARRACIN.
El Boletín Oficial de estas Diócesis, diciembre 1975, reproduce el Testamento de Francisco Franco (págs. 389-90).
«… Caudillo de la Patria y cristiano ejemplar». (Telegrama del Obispado al Consejo de Regencia: Boletín citado, pág. 390).
…«Éste no es momento ni lugar para elogiar ni para enjuiciar». (…). «Aleccionados por el ejemplo de su vida sencilla y austera, dedicada, consagrada totalmente al servicio de la Patria, pedimos, agradecidos a su último mensaje, que el Señor acepte complacido y benigno la obra de su fiel servidor Francisco Franco, que ni en vida ni en muertese avergonzó ni disimuló su fe cristiana, que siempre se profesó creyente, privada ypúblicamente, e hijo fiel de la Iglesia, yquiso hacer la voluntad de Dios, que le destinó a tan altos y responsables puestos en su pueblo. (…).
«Ojalá que la muerte cristiana y ejemplar de nuestro Jefe de Estado sea para todos los españoles una fuerte llamada, una renovación interior, de conversión profunda, de reconciliación. Éste sería su último y perenne mensaje en las cercanías de la Navidad, ya que nos tenía acostumbrados a aquellos mensajes de fin de año. Atención, pues, españoles, con su muerte nos habla el Jefe del Estado español”.
(Homilía: Boletín citado, pags. 392, 393)
