Obispo de HUELVA.

…«Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísi­mo —nos ha dicho en una maravillosa y ejemplar lección de fe y de esperanza— y comparecer ante su inapelable juicio, pido a Dios que me acoja benigno en su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el nombre de Cristo me honro y ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a morir». Sumido en esa espera silenciosa estoy seguro de que Francisco Franco, cristiano creyente, iluminado cada vez más de cerca por la luz de la fe, habrá recordado… las palabras de San Pablo («Ninguno de vosotros vive para sí mismo y nin­guno muere para sí mismo»)… No sólo para evocar de nuevo la entrega que de su vida hizo tantas veces al servicio de su país, sino para saborear en todo su valor el sentido cristiano de la vida y de la muerte…».franco y familia

«Consciente de sus limitaciones y de sus prerrogativas, de los riesgos y las tremendas responsabilidades que sobre él recaye­ron, de las dificultades y de la gloria de regir un pueblo —y un pueblo como el nuestro— desde la plenitud de un poder perso­nal; de la grandeza de sus aspiraciones como timonel del país al que tanto ha amado, lo mismo que de la pequeñez de la nave que tenía que conducir en medio del oleaje imponente de ese mar proceloso que es la historia humana. ¿Cómo no vamos a mirar ahora, con profundo respeto, con reconocimiento sincero y desapasionado, su persona y su obra?»

(Homilía: Bol. Of. del Obispado, noviembre-diciembre 1975 págs. 192-93.)

 Obispado de JACA.                                      

El Boletín   reproduce   el   Testamento político   de   Francisco Franco.

En la homilía, el señor Obispo «desarrolló estas ideas fundamentales: «Unidos en el dolor», «Unidos en la gratitud», «Unidos en la esperanza» y «Unidos en la oración», y glosó el Testamento de Franco en sus tres partes: Testamento religioso, tes­tamento político y testamento social».

(Bol. Of. del Obispado, enero 1976, págs. 2-4.)