Primer retiro del curso
Nuestro primer retiro de toda la Asociación se dirigirá a renovarnos este año en la Guardia de Honor y en la vida comunitaria. ¿Cómo es mi Guardia de Honor? Sin Guardia de Honor vivida y saboreada no soy miembro vivo de mi Asociación, aunque se me vea mucho y haga bastantes cosas. La Asociación vive y yo vivo en ella por la Guardia de Honor.

adoración al santisimo

La vida comunitaria de la Asociación se enraíza en la reunión de grupo. Si aporto entrega, ilusión, sinceridad, mi reunión de grupo marchará bien. Si mi reunión de grupo cojea, es que mi entrega a mis hermanos es aún poco generosa y mi oración es tibia.

Hasta donde lo permita Dios

Ensombrecido el horizonte de todo el mundo, pero más aún en nuestra Patria, que ha dilapida­do el tesoro de gracias obtenido por los miles de mártires de nuestra Cruzada, se preguntan mochos: ¿Hasta qué límites de traición y desolación de cuerpos y almas permitirá Dios el avance del mal? La paciencia de Dios es infinita. Los impíos que se apoderan del pueble elegido, se lo llevaron cautivo durante siglos y arrasaron la ciudad santa. En el misterio del Calvario no sabe uno qué admirar más: si la condescendencia divina o el contraste de odios, crueldades, blasfemias, traiciones, ceguera, cobardías, deslealtades, rebeldías, apostasías… que se dieron cita allí. Y sin embargo, Dios toleró pacientemente toda esa inmensa manifestación de la malicia humana.

Pero no debemos preguntarnos eso, sino respondernos sinceramente si sabremos ser los hombres y mujeres de los nuevos tiempos. Abunda tanto la desolación y la ruina porque son muy grandes nuestros pecados y los pecados de nuestra Patria.

Sin perder tiempo comencemos a hacer oración y penitencia por todo ello, y con certeza acortaremos los tiempos de destrucción y castigo. Nada de la vida mundana y de las ideas liberales y marxistas que no a han traído el castigo, tenga lugar en nuestra vida. Viviremos ya desde ahora en los tiempos nuevos profetizados y subseguirán llenos de luz a la oscuridad del presente. La hora está cerca.

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 101, noviembre de 1986