Muy digna de meditarse es la vida de la Santísima Virgen en el Templo, pues es una continuación de su ofrecimiento al Señor y, por tanto, también en esa vida podemos encontrar grandes enseñanzas para nosotros.presentación Maria

Vida de oración. -El Templo es llamado con razón casa de oración. -En todo lugar podemos orar a Dios, pero el Templo es el sitio propio de la oración. -Por eso María no se contenta con aquella comunicación que con Dios tenía desde su casa, sino que quiere ir al Templo a llevar allí una vida más de oración. -Contempla a esa Niña toda pureza, inocencia, candor, postrada en el Templo y orando y hablando con Dios, ¡qué trato y qué comunicación tan íntima y tan mutua de Dios a Ella y de Ella a Dios! -¡Qué oración más fervorosa!

Examina ante ese ejemplo las cualidades de la oración: humildad, atención, confianza y perseverancia y recórrelas una por una ante esa Virgencita postrada en tierra y veras qué modelo mas acabado de oración encuentras en Ella. -Después, ponte a su lado, y compara tu oración con la suya. -¿En qué se parece? -¿Te das cuenta de que estás en la Casa de la oración y que vas al Templo a eso…, a orar, a tratar con Dios y únicamente a eso? -¿Sabes orar en compañía de la Santísima Virgen y tenerla a Ella por verdadera maestra de oración?

San Buenaventura dice que María oraba cada día siete veces al Señor y en esas oraciones le hacía siete súplicas: 1º, amarle con todo su corazón… 2º, amar al prójimo en Dios y por Dios… 3º, tener un odio Implacable a todo pecado ya toda imperfección… 4º, .una humildad profunda, y con ella las demás virtudes, especialmente la pureza inmaculada… 5º, la gracia de poder conocer al Mesías prometido… 6º, ser muy obediente a los sacerdotes representantes de Dios, y dejarse dirigir por ellos para así hacer siempre su divina voluntad… 7º, que el Señor mandara cuanto antes al Redentor para la salvación del mundo. -¿No te perece que también tú debes pedir con preferencia algo semejante? -Detente ante esas peticiones y veras como en todas ellas encuentras algo que pedir al Señor, a imitación de María…

Vida de santificación. -El templo es también casa de santificación. -Dios llevó allí a María para prepararla a su altísimo destino de ser Madre de Dios. -Más tarde Jesús, antes de su vida pública, también se retirará al desierto…, dejará su casa y se irá lejos del mundo, para allí tratar más con Dios. -Imagínate la vida de recogimiento interior y exterior, junto con la práctica de la mortificación, que llevaría la Santísima Virgen en el Templo. -Es imagen de la vida interior del alma. -¡Cuánto nos gusta la vida exterior!… Aunque sea buena, nos agrada más y creemos que hacemos más por la gloria de Dios cuando exteriormente trabajamos más, y nos movemos mas, y sin embargo, toda vida de apostolado que no se funde en esta vida interior, es completamente inútil. -Dios no la bendice y no fructifica. -Es muy hermoso trabajar por los demás, pero antes hay que trabajar por nosotros mismos. -Pide a María mucho amor al retiro, a la soledad, al vencimiento y abnegación propia, a la mortificación…, en fin, a esa vida interior del alma.

Vida de trabajo. -En Dios y para Dios. Siempre lo había hecho así, ahora en el Templo, especialmente, todo su trabajo iba a ser para Dios.

Mira también a esta Niña dedicada con afán al trabajo del aseo y limpieza de las cosas del culto; ¡qué amor y qué devoción no acompañaría a su trabajo! -Todas las cosas, aún las más pequeñas, que se hacen por Dios, tienen un valor inmenso. -Nada hay pequeño si se hace en servicio suyo. Aprende a elevar a Dios todo trabajo y toda obra de tus manos, para que así aumentes en amor y en méritos ante Él, sabiendo que nada de esto quedará sin altísima recompensa.

Tu vida en el Templo. -Recuerda el paso de Cristo arrojando a los profanadores del Templo… era la suma bondad y amor, y, no obstante, en esta ocasión, con grande energía, hasta con una santa ira y encendido celo, a latigazos purifica aquella morada de la oración que es la Casa de Dios. ¡La Casa de Dios! -¡Qué bien lo comprendió la Santísima Virgen! -¡Qué dignamente supo vivir en ella! -Pero tú ¿imitas siempre a la Virgen cuando estás en el Templo? … ¿O estás imitando a aquellos que tanto enfado y desagrado causaron al Señor? ¿No tienes nada que corregir en tu respeto a la casa de Dios, o en tu modo de hablar con Él? -¿Haces tus oraciones alguna vez, sin atención, trabajando poco por desechar las distracciones voluntarias que tengas?…

Piensa, además, en el otro Templo, en el de tu corazón, donde Dios quiere sobre todo vivir…, hablar contigo y ser adorado de ti. -Si está en los demás templos, es precisamente por morar en estos otros Templos vivos de las almas, que es donde El más quiere comunicarse con nosotros. -¿Sabes retirarte a la soledad del santuario de tu alma y allí conversar con Dios? -¿Te portas siempre con la dignidad debida a la morada del Señor a quien llevas en tu corazón? -Saca de aquí una gran devoción a este santuario. -Visita mucho a Jesús en sus Templos y Sagrarios…, pero no olvides y no dejes de visitarle con más frecuencia en tu propio corazón.