Desde los tres años vivió María en el Templo hasta los quince, en que por orden y disposición de los sacerdotes, según la costumbre judía, fue desposada con San José. -Como en María no hay nada vulgar y no hay cosa que no nos enseñe a nosotros algo, veamos cómo hay mucho que aprender, meditar y copiar en este momento de su vida.
1º Confianza en Dios. -He aquí la primera lección. -Inspirada por Dios había hecho la Santísima Virgen su voto de virginidad al Señor…, había renunciado a la misma posibilidad del matrimonio con ese voto, y todo por ser esa la voluntad de Dios…, ahora los sacerdotes en nombre de Dios la dicen que la voluntad divina es, que tome un esposo. -Medita qué hubieras hecho en semejante caso tú. -¡Cómo nos cuesta ceder de nuestro pensamiento! -¡Y, sobre todo, cuando estamos convencidos de que tenemos razón!
Sin embargo, medita en la conducta prudentísima de la Santísima Virgen. -Nadie más segura que Ella de que su voto de Virginidad era de Dios. Tampoco podía dudar, de que humanamente hablando, el matrimonio y el voto eran dos cosas completamente imposibles… ¿Qué hacer?… ¿Guiarse por sí misma?… ¿Empeñarse en su parecer y despreciar el de los sacerdotes?… Obedece y confía -Esa es la solución; una obediencia ciega…, una confianza ilimitada en el Señor… Él lo había hecho… Él ponía dificultades y hasta contradicciones verdaderas…, a Él le tocaba solucionarlas… ¡Qué ejemplo tan difícil de practicar y, no obstante qué hermoso y magnifico y qué agradable al Señor! -¿No te pones a discutir o a dudar o a juzgar a tu manera las disposiciones o consejos de tus superiores? -Mira en qué te pareces entonces a la Santísima Virgen.
2º La unión virginal. -Pero Dios, para quien no hay nada imposible, busco la solución de este conflicto, mediante la unión virginal de María y José. -María no podía quedarse sola, y mucho menos aparecer con su Hijo, sin esta desposada, pues ignorando el mundo su concepción milagrosa y la obra del Espíritu Santo, la hubiera tomado como una adúltera. -La sabiduría de Dios, encuentra el modo de salvar el honor de María, dándola un esposo y al mismo tiempo conservar su virginidad con un desposorio virginal… -¡Qué bien hace Dios todas las cosas! -¡Que infinita es su sabiduría y qué soberana su Providencia! -Necedad y locura la nuestra cuando queremos que todo nos salga en la forma, en el tiempo y en la medida que nosotros juzgamos o queremos, no confiamos en el desarrollo del plan divino que ignoramos.
Contempla ahora a aquellos dos esposos vírgenes. – San José fue elegido por los sacerdotes porque entre todos los aspirantes a la mano de María, sólo Él era virgen; así lo demostró el Señor haciendo que florecieran lirios y azucenas en la vara que con este fin habían colocado en el arca de la Alianza. -Sin embargo no es creíble que san José hubiera hecho voto de virginidad ni siquiera lo conocería… Por tanto, mira a la Santísima Virgen en el mismo día de su desposorio dar cuenta a San José de aquel voto que Ella hiciera al Señor, y cómo San José admirando la Virtud purísima de la Virgen, no quiso ser menos y él también, a imitación de su Esposa, consagró con otro voto su virginidad al Señor. -¡Qué pensamiento tan hermoso es éste, el de creer que el primero que por María hizo voto de virginidad fue San José!
Desde entonces, comprendió cuál era su destino… ser el custodio y guardián de la pureza virginal de María. -El Arca de la Alianza tenía un velo que le guardaba de las miradas curiosas ese velo fue imagen de San José, que así acuitó y guardó el gran: misterio que se encerraba en el Arca del Nuevo Testamento, que era María.
3º Conclusión práctica. -Afiánzate en la confianza en el Señor -Pídele perdón por tus muchas desconfianzas. -No dudes nunca de que, aunque no veas a donde van a parar las tribulaciones y pruebas a que somete, aquello es lo que más te conviene. -No te empeñes en saberlo todo y en conocer detalles el plan de Dios sobre tu alma. -Déjate guiar, aun cuando parezca que todo sale al revés de como tú crees debía de ser. -Mira a San José haciéndose más virgen, cuanto más se acerca a María; y no olvides que el mirar a María…, que el acercarse a Ella…, el abrazarla y el unirte a Ella…, será también para ti fuente de pureza, aumento de castidad, amor cada vez grande a la virginidad.