Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

Contracorriente

Archivos diarios: 7 noviembre, 2014

La Ley y sentido de la libertad ¿es amor?

07 viernes Nov 2014

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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Esta pregunta es la que empalma más vitalmente con el cristianismo. Fuera de éste no hay respuesta. Aun suponiendo y afirmando que la ley suprema del universo no sea necesidad, fatalidad, automatismo ciego o azar sino inteligencia, libertad o providencia, todavía falta saber si el plan universal está dispuesto para mi bien o no; si la clave del universo es amor para mí o no.José-Guerra-Campos-1

En virtud de la estimación que cada uno tiene de sí mismo por razón de la superioridad, dignidad y trascendencia de la persona humana, tiende uno a pensar que todo el universo tiene que estar planeado por convergencia hacia mí, al servicio del hombre; que el hombre tiene que ser la finalidad de todas las demás cosas: Y si no, se dice muchas veces, no hay derecho.

Pero decirlo no basta para convencernos. ¿Y si no fuera así? ¿Y si, aun habiendo en el mundo, como poder supremo, libertad e inteligencia y, por tanto, programa y providencia, y no mera fatalidad o casualidad, yo no fuese, a pesar de ello, más que un medio al servicio de otras finalidades, al igual que yo mismo utilizo tantas cosas como medio a mi servicio? ¿Quién me garantiza lo contrario? Así se plantea la cuestión del amor como sentido para la totalidad de la vida. No me basta que haya libertad e inteligencia; deseo, quizá exijo, que me ame a mí, es decir, que en último término ordene todas las cosas para mi bien.

Una respuesta podría ser la bondad de Dios. Pero, si no hay una revelación del mismo Dios, el modo de su bondad es oscuro para nosotros. Acaso no baste decir que Dios es bueno, para que tenga que ser bueno conmigo. Acaso Dios no dejaría de ser bueno, aunque la bondad se refiriese a un plan de conjunto, en el que me tocara únicamente ser medio, engranaje de la gran máquina. En todo caso, puede surgir esta duda, y, cuando surge, las manifestaciones de lo divino a través de la naturaleza o del razonamiento no parecen suficientes para disiparla. La bondad de Dios para los hombres a través de la naturaleza se ha manifestado siempre, por ejemplo, en forma de sol, de floración primaveral, de euforia vital, de salud, de mil sucesos gratos; pero ese mismo poder misterioso se manifiesta otras veces de formas diferentes: no siempre el sol reconforta, que a veces abrasa; no siempre el fuego es para calentarse, que a veces quema… Las manifestaciones de la naturaleza, en cuanto a la bondad, son ambiguas. Se explica que muchísimos hombres, incluso en las religiones puramente naturales, hayan apreciado con satisfacción esas manifestaciones, hayan sentido felicidad y gratitud hacia el poder misterioso que rige el universo. También se explica que otros hombres hayan llegado a posiciones más críticas, poniendo de relieve la ambigüedad. En el plano de la investigación humana esta ambigüedad, cuando se yergue como problema, parece insoluble, al menos en forma satisfactoria.

Conclusión de esta parte: no es posible un humanismo satisfactorio, sin relación con Dios, ni humanismo de acción sin contemplación.

A veces se habla de dos humanismos: el religioso y el ateo o, por lo menos, secularizado, sin referencia a Dios; como si el segundo fuese un escalón, inferior pero válido, hacia el primero. Sabido es que la posición de Pablo VI en la Populorum progressio, al hablar del desarrollo humano en la tierra, es la contraría. Un humanismo que, al menos, no esté abierto hacia lo divino no se queda en humanismo imperfecto, sino que deja de ser humanismo. El humanismo ateo es una contradicción, no por ser humanismo, sino por no serlo; por ser negación del hombre.

Esto equivale a la otra afirmación del título: «No es posible humanismo de acción sin contemplación.» No es posible una concepción o actitud vital del hombre que esté limitada a las posibilidades de acción del mismo hombre. Este es hombre por referencia a realidades que están fuera de su capacidad de acción y son objeto de contemplación y de esperanza.

Esta dimensión contemplativa es, según parece, una de las que vuelven a caracterizar de modo visible a ciertos sectores de la juventud contemporánea. Si no me equivoco, esto es lo que destacan, como valor positivo, tantos escritores al referirse a movimientos juveniles que, con maneras extrañas, están intentando redescubrir el valor de actitudes vitales que no se miden por su eficacia activa, por el programa que realizan, sino todo lo contrario: son una especie de evasión del programa, al menos en cuanto éste pretende absorber y acaparar; una evasión cordial hacía cosas un poco indeterminadas probablemente, cuando no ofrecen rostro religioso, que son objeto de contemplación pasiva y, sin embargo, beatificante, que llenan el espíritu más que la acción sola.

Un humanismo como el marxista no puede aceptar la contemplación, a no ser que se llame contemplación al estudio del plan quinquenal, que es lo que el hombre intenta hacer. Una auténtica contemplación, fuente de consuelo y de expansión íntima ante la totalidad de la vida, más allá del coto del quehacer humano, está descartada del marxismo. Por eso, los marxistas son coherentes cuando exigen un arte realista. Toda otra forma de arte resulta sospechosa, porque es un modo, más o menos extraño, de abrir brecha en un ámbito de realidad que trasciende lo que es técnicamente factible. Tal es la lógica del sistema. No se concilian el ser marxista, por una parte, y, por otra, cultivar formas de evasión, proyección de aspiraciones íntimas, que no se puedan encasillar en ningún programa quinquenal, porque el humanismo marxista es un humanismo de transformación y de eficacia en plazo histórico, y niega la realidad superior y envolvente que es el objeto de la contemplación.

José Guerra Campos

Imitación de Cristo 88

07 viernes Nov 2014

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Capítulo 49

Del deseo de la vida eterna,
y cuántos bienes están prometidos a los que pelean

Jesucristo.– 1. Hijo, cuando sientes que de arriba te infunden algún deseo de la eterna bienaventuranza, y deseas salir de la cárcel del cuerpo para poder contemplar mi claridad sin sombra de mudanza, dilata tu corazón y recibe con todo amor esta santa inspiración.Jesus-con-doctores
Da muchas gracias a la soberana Bondad, que así se digna favorecerte, visitarte con clemencia, moverte con eficacia, sostenerte con vigor, para que no te deslices por tu propio peso a las cosas terrenas.
Porque esto no lo recibes por tu diligencia o fuerzas, sino sólo por el querer de la gracia soberana y del agrado divino, para que aproveches en virtudes y en mayor humildad, y te prepares para los combates que te han de venir, y trabajes para llegarte a mí de todo corazón y servirme con ardiente voluntad.

2. Hijo, muchas veces arde el fuego, pero no sube la llama sin humo.
Así, los deseos de algunos se encienden a las cosas celestiales, mas aún no están libres de la tentación del afecto natural. Y por eso no obran puramente por la honra de Dios aún lo que con tan gran deseo me piden.
Tal suele ser tu deseo, el cual mostraste con tanta importunidad.
Pues no es puro ni perfecto lo que va inficionado de propio interés.

3. Pide no lo que es para ti deleitable y provechoso, sino lo que es para mí aceptable y honroso; porque si rectamente juzgas, debes seguir y anteponer mi voluntad a tu deseo y a cualquiera cosa deseada.
Conozco tu deseo, y he oído tus continuos gemidos. Ya quisieras estar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios; ya te deleita la casa eterna, y la patria celestial te llena de gozo; pero aún no es venida esa hora, aún es otro tiempo, tiempo de guerra, tiempo de trabajo y de prueba.
Deseas gozar del Sumo Bien, mas no lo puedes alcanzar por ahora.
Yo soy; «espérame -dice el Señor- hasta que venga el reino de Dios» (Lc 22,18).

4. Has de ser probado aún en la tierra y ejercitado en muchas cosas.
Algunas veces serás consolado, pero no te será dada satisfacción cumplida.
«Esfuérzate, pues, y sé valeroso» (Jos 1,6), así en hacer como en padecer cosas repugnantes a la naturaleza. Conviene que te vistas de hombre nuevo y te vuelvas otro hombre.

Es preciso hacer muchas veces lo que no quieres y dejar lo que quieres.
Lo que agrada a otros irá adelante; lo que a ti te contenta no se hará.
Lo que dicen otros será oído; lo que dices tú será reputado por nada.
Pedirán otros y recibirán; tú pedirás y no alcanzarás.
Otros serán grandes en boca de los hombres; de ti no se hablará.
A otros se encargará este o aquel negocio; tú serás tenido por inútil para todo.
Por esto se contristará alguna vez la naturaleza, y no harás poco si la sufrieres callando.

5. En estas y otras muchas cosas semejantes es probado el siervo fiel del Señor, para ver cómo sabe negarse y mortificarse en todo.
Apenas hay cosa en que más necesites morir a ti mismo que en ver y sufrir lo que repugna a tu voluntad, principalmente cuando parece sin razón y menos útil lo que te mandan hacer.
Y porque tú, siendo súbdito, no osas resistir a la ordenación de tu superior, por eso te parece cosa dura andar pendiente de la voluntad de otro y dejar tu propio parecer.

6. Mas considera, hijo, el fin cercano de estos trabajos, el fruto de ellos y su grandísimo premio, y no te serán pesados, sino muy gran consuelo de tu paciencia.
Pues por esta poca voluntad que ahora dejas de grado poseerás para siempre tu voluntad en el cielo, pues allí hallarás todo lo que quisieres y cuanto pudieres desear.
Allí tendrás en tu poder todo el bien sin miedo de perderlo.
Allí tu voluntad, unida con la mía para siempre, no apetecerá cosa alguna extraña o propia.
Allí ninguno te resistirá, ninguno se quejará de ti, nadie te impedirá, nada se te opondrá, sino que todas las cosas que deseares las disfrutarás juntas, y llenarán y colmarán todos tus deseos.
Allí te daré honor por la afrenta padecida, vestidura de gloria por la aflicción, y por el ínfimo lugar, la silla del reino para siempre.
Allí se verá el fruto de la obediencia, se alegrará el trabajo de la penitencia, y la humilde sumisión será gloriosamente coronada.

7. Inclínate, pues, humildemente bajo la mano de todos y no cuides de mirar quién lo dijo o quién lo mandó.
Sino procura con gran cuidado que, ya sea superior o inferior, o igual el que algo te exigiere o insinuare, todo lo tengas por bueno y cuides de cumplirlo con sincera voluntad.
Busque cada uno lo que quisiere; gloríese este en esto y aquel en lo otro, y sea alabado mil millares de veces; mas tú no te alegres ni en esto ni en aquello, sino en el desprecio de ti mismo y en sola mi voluntad y honra.
Una cosa debes desear, y es que, en vida o en muerte, sea Dios siempre glorificado en ti.

Mensajes de Fe 6

07 viernes Nov 2014

Posted by manuelmartinezcano in Mensajes de fe, Uncategorized

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ALGUNOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES

  1. La oración lo es todo.

Alguien podría objetar: «Sostener que la oración sea todo, es, además de peligroso, exagerado. ¿Acaso no se necesita también la predicación, los Sacramentos, las buenas obras y, sobre todo, la caridad para con el prójimo?»

Es útil precisar en qué sentido se ha de entender la frase: «La oración lo es todo»OXYGEN Volume 09

No se quiere decir que para salvarse baste orar, dejando y descuidando el cumplimiento de nuestros deberes, desde el momento en que Jesús mismo nos advierte: «No el que dice ¡Señor! ¡Señor! entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los Cielos».

Se quiere afirmar, por el contrario, que sólo con la oración se puede obtener la gracia actual eficaz, que es absolutamente necesaria para cumplir bien nuestros deberes, ejercitarla caridad con el prójimo, etc.

Por esto, cuando decimos que «la oración lo es todo» queremos decir que es un medio universal que se usa siempre. Es como la espada, que el soldado de Cristo nunca debe abandonar, sino llevarla siempre consigo para defenderse de los golpes de los enemigos del alma.

También, a propósito del campo, todos los campesinos dicen: «Para los campos, el agua lo es todo». Porque cuando están abundantemente regados producen en gran cantidad todo género de frutos. Donde, por el contrario, falta el agua, los .campos· son estériles, el trabajo del agricultor resulta inútil y el sol los .abrasa en vez de fecundarlos.

La oración ha de ser como la sal que debe ponerse en todas las comidas. Aún los Sacramentos tienen que ser precedidos, acompañados y seguidos de mucha y continuada oración y deben impulsar a hacer que aumente el espíritu de oración.

La Santa Iglesia nos lo enseña con sus ejemplos. La liturgia acompaña siempre la administración de los Sacramentos con mucha oración.

Notemos, pues, que orando se ejercen casi todas las virtudes, de modo que puede afirmarse que quien ora -como diría la gente sencilla- mata no sólo dos, sino muchos pájaros de un tiro. En efecto, orando se ejercita la fe en Dios nuestro Padre, la esperanza en su misericordia, el amor hacia Él, con el deseo de obtener su ayuda para servirle. Es también un acto de caridad cuando se ora por los demás.

Además, la oración es un acto de humildad en cuanto que nos reconocemos incapaces y absolutamente necesitados de Dios; .es un acto de abnegación en cuanto que, a menudo, hemos de imponernos algún sacrificio para orar, etc.

Y por esto, así como el maestro le dice siempre al alumno: «Estudia si quieres ser un hombre de provecho»; así como el padre repite con frecuencia al niño: «Come si quieres crecer, come si quieres hacerte robusto», así también debemos repetirnos continuamente a nosotros mismos: «Reza, reza, reza, si quieres salvarte».

***

  1. «Pero ¿el trabajo no es oración?», podría objetar alguno.

Esta frase, aunque contiene algo de verdad, resulta, con frecuencia, causa de ruina para muchos, porque se entiende equivocadamente.

Creer que el trabajo, como tal, pueda ocupar el lugar de la oración es un error. El engaño es evidente. Del hecho de que Ia oración es una obra buena se saca la consecuencia de que todas las obras buenas producen todos los frutos de la oración. Razonar de este modo es como sostener: ¡puesto que el vino es una bebida; todas las bebidas, incluso el agua, hacen el mismo bien que el vino!

Los campos donde no hay agua no resultan fértiles aunque se trabajen durante mucho tiempo con los sistemas más perfeccionados. Así también para el alma el trabajo sin oración le hará que resulte estéril para el bien.

Así como no se puede poner en gracia de Dios a un niño dando una crecida limosna a los pobres en vez de administrarle el Bautismo; lo mismo que no se puede obtener uva cuando no se cultivan las vides, sino las moreras; así como no podemos alimentarnos por llevar un vestido elegante en vez de comer, así tampoco podemos asegurarnos la perseverancia final con otras obras si dejamos la oración.

Ni siquiera el Sumo Pontífice puede dispensar de que se reciba el Bautismo y la Confesión para obtener la gracia santificante.

Así, ninguno, ni los ricos más acaudalados, ni los profesores más doctos, ni los que ocupan los puestos sociales más elevados, ni las personas dedicadas a las cosas más importantes y santas pueden obtener sin orar la gracia actual, eficaz en todo tiempo, en todo lugar, en toda circunstancia.

Esta verdad nos ilumina respecto al verdadero sentido que se debe dar a la frase: «Dejar a Dios por Dios». El que con el pretexto de atender a obras de caridad disminuye, descuida o, peor aún, deja las prácticas normales de piedad, interpreta esta expresión equivocadamente y va a la ruina

Meditación: La anunciación, la Virgen orando

07 viernes Nov 2014

Posted by manuelmartinezcano in Meditaciones de la Virgen, Uncategorized

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1º Cómo ora. -Con santa curiosidad atisba por la ventanilla de la casa de Nazaret y sorprende a María en su oración. -¡Qué espectáculo! Mírala en su porte exterior, sin exageraciones, ni dramáticas posturas…; de rodillas…, postrada hasta pegar con su frente en el suelo… las manos juntas o cruzadas ante el pecho…, los ojos bajos y modestamente recogidos o levantados para fijar su vista en el Cielo. -Penetra hasta ver su fervor interior; ¿habrá cabida en Ella para las distracciones, pensamientos inoportunos, cansancios, tibiezas, aburrimientos, etc.¡ etc. ? -Mírala bien, es tu Maestra de oración…, los ángeles se pasman y asisten regocijados a la oración de María. -Dios se complace en Ella, y se comunica a Ella, con un aumento de gracias…, de beneficios y concesiones que hace al mundo por la oración de María. -Y, tú ¿no aprenderás a copiar en ti algo de este fervor de tu Madre?…anunciacion_murillo

2º Qué ora. -Jesucristo más tarde nos enseñará que hemos de pedir «el reino de Dios y su justicia», y esto pide María…, que venga ya el Salvador…, que envíe Dios al Mesías…, que acelere cuanto antes la hora de la Redención…, tanto, tanto lo pide, que Dios complacido no lo sabe, no lo puede negar… y por la oración de María, acelera y adelanta la hora. -Recuerda las Bodas de Caná. -También allí dice Cristo «aún no ha llegado mi hora», pero por la intercesión de Ma­ría se adelanta y hace el milagro. -Piensa en Dios cambiando su plan y adelantando la hora de enviar a su Hijo…, la de manifestarse en Caná públicamente con su primer milagro…, la de redimir al mundo en la Cruz…, la de resucitar tan de mañana el domingo de Resurrección y todo…, porque María lo pide con su oración…

3º Por qué ora. -Porque la oración no es sólo útil, sino necesaria: -No tenía Ella necesidad para sí -ni la tuvo Cristo- y, sin embargo, la oración de Jesús y la de María es sin intermisión. -La primera vez que hablan los Evangelios de María, la presentan orando… y en la oración, recibe la visita del ángel.; la última vez que la mencionan los evangelistas, es para decirnos que en el Cenáculo era Ella la que enseñaba a los apóstoles a orar, y a prepararse para recibir con la oración al Espíritu Santo. -María comienza su historia orando y la termina la orando. -¡Qué ejemplos te pone Dios para imitarla! -Además, con la oración se prepara para ser la Madre del Me­sías, y por eso, en medio de la oración, recibe la visita del ángel. -Toda la obra de la Encarnación esta relacionada con la oración de María.

4º Tu oración. -En presencia de este sublime modelo piensa: a) Lo necesaria que es para ti la oración; las pasiones, los pecados, las imperfecciones y miserias propias, te recuerdan esto sin cesar. -b) Los frutos que tú podrías conseguir si fueras alma de oración…, la comunicación con Dios y el gusto de las cosas espirituales…, la mayor perfección y santidad de ahí depende. -c) Cómo oras y cómo debes de orar si te comparas con María…, falta de fervor…, atención interna y externa…, tus cansancios y rutinas…, pretextos para dejarla o acortarla quizá, cuando más falta te hace. -d) Examina tu oración vocal cómo rezas el Oficio Parvo…, la coronita, el Rosario…, tus oraciones marianas, etc.

Pide para ti un gran espíritu de oración; y para el mundo, que por la oración de las almas buenas dé el Señor vida, y forme muchos hijos de María.

El hombre nuevo y el infierno

07 viernes Nov 2014

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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He leído un estupendo artículo del que he sacado la conclusión que el hombre nuevo –demócrata él- es un todopoderoso que ha salido solito de la nada, hace pipi y caca como los toros y la vacas, y él solito, vuelve a la nada, sin nada. ¡Impresionante! ¡Supermachoytioytía!infierno

Sí, para los hijos de la Revolución Francesa y su supremo jefe, Lucifer, el hombre nuevo es el adulto sano y productivo. Si alguien no puede alcanzar el prototipo de hombre democrático, se le tritura en las entrañas de su madre y si está enfermo y viejo se le lleva a dar el “paseo”. No como lo hicieron los “rojos”, en cunetas y cementerios, ni los nazis en cámaras de gas, sino en lugares maravillosos y en confortables camas homologadas para asesinar “científicamente”.

No venimos de la nada, es un imposible metafísico y de sentido común. Venimos de Dios. Dios ha creado el Cielo y el universo. A los hombres y las mujeres, nos ha creado para que seamos felices eternamente con Él en su Reino. Dios es infinitamente misericordioso y siempre perdona a los pecadores que le pide perdón. Pero a los pecadores que no piden perdón, no los perdona y van al infierno. Jesús le dijo a Santa Faustina Kowalska: “Oh si los pecadores conociesen Mi misericordia no perecerían un número grande de ellos. Diles a los pecadores que no tengan miedo de acercarse a Mí, habla de mi gran misericordia”.

No es caridad, ni misericordia, ocultar a los hombres y las mujeres la existencia del infierno. Es diabólico dejar tranquilamente a las almas en una vida anegada de pecados. Van muchas almas al infierno. Lean el Evangelio, las apariciones de la Virgen en Fátima. La revelación del infierno a Santa Faustina Kowalska y a muchos santos. Y muchas almas están en el infierno, como escribió la embajadora de la Divina Misericordia, “porque no creyeron en la existencia del infierno”. Dios no miente, los santos no mienten. Satanás miente siempre.

¡Virgen Santísima, Madre de Dios y refugio de los pecadores! ¡Alcánzanos la gracia de ser hijos de Dios y herederos del Cielo

Manuel Martínez Cano, mCR

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"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. (Salmo 127, 1)"

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