Punto primero. –Tuvimos los sacerdotes y una representación nutrida de Uniones Seglares, las Jornadas Sacerdotales in la ciudad de Vic. Son las novenas Jornadas de la Hermandad Sacerdotal que nació bajo la onda de la inspiración del P. Piulachs, Creador de la Asociación de Sacerdotes de San Antonio María Claret.
Cerca de doscientos sacerdotes presentes y un largo millar unidos a nosotros en espíritu. Los achaques y la edad han ido clareando nuestros cuadros sacerdotales. A aquellos miles de sacerdotes de las primeras, Jornadas han sucedido los cientos actuales. Pero no importa, porque sigue el mismo espíritu y la misma ilusión. Además se anuncian ya los rayos de en nuevo amanecer: seminaristas y jóvenes de Cáceres, Burgos, Santander, Madrid, Cuenca, Sentmenat que están dando primaverales brotes para la próxima restauración de la Iglesia. El movimiento de Jóvenes por el Reino de Cristo, ha dado ya más de cuarenta vocaciones a la Iglesia. Dentro de unos años contemplaremos una nueva promoción de jóvenes sacerdotes, completamente diferentes de la deformación progresista que ahora tenemos con pena que ver. Había en el fondo optimismo en todos los corazones de los viejos sacerdotes.
Pero además, aquellos en su mayoría, venerables sacerdotes cargados de virtudes, méritos y persecuciones, que concelebraban gozosos en la Catedral vicense y ante los restos de San Antonio María Claret en Basílica, se dirigían esperanzados a nuestros jóvenes estudiantes y a nuestra Unión Seglar y a su Sección Juvenil, transfiriendo sin esperanzas en un futuro mejor, no solamente de la Hermandad, sino de la Iglesia y de la Patria.
Es un hecho comprobado, que en todas partes, nuestra Unión Seglar, nutrida en gran parte de nuestros grupos juveniles, levanta los ánimos y conforta a los corazones encogidos.
Punto segundo.- “Yo apartaré a mi familia de entre las gentes de los otros pueblos, la reuniré de diferentes regiones, y la llevaré a la nueva tierra para apacentarla en los montes de Israel”. Estas palabras del profeta, me traen a la memoria vuestros nombres y vuestras vidas. Dios Padre, en este mismo mes de Setiembre, acaba de bendecirnos con el nacimiento de tres nuevos hijos de tres cristianos matrimonios de nuestra Unión. Se han formado además dos nuevos matrimonios y Profesa con le profesión perpetua nuestra querida hermana Eulalia Sanchis, en la Carmelo de Cuenca. ¿Hay motivos para el pesimismo, regalándonos el Señor de esa manera? Pero también ¿podemos contentarnos con un nivel de mediocridad, de ir tirando, para dejar de hecho la aspiración a la que somos llamados de ascender a la perfección. Madres de nuestros hogares cristianos: de vosotras han de venir las nuevas vocaciones y los nuevos sacerdotes, que esperan los sacerdotes reunidos en la querida Vic, los sacerdotes que necesita la Iglesia, a la que quiere servir nuestra Unión. De vuestros hogares han de nacer generosas vocaciones a la vida virginal y a la vida religiosa. Yo llevaré a mi querida Unión Seglar y a todos sus jóvenes, a la nueva tierra, para que pueda apacentarse en los montes de Israel, dice el Señor. Israel es el monte de la Iglesia y el collado de la mirra, donde se encuentra el silencio de la unión con Jesús, de la que brota toda fecundidad espiritual.
Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 121, septiembre de 1988