Para recibir dignamente el sacramento del Matrimonio

QUÉ ES EL .MATRIMONIO. -El matrimonio es el sacramento que santifica la unión del hombre y la mujer y les da la gracia para que vivan en paz y críen hijos para el cielo.matrimonio

El MATRIMONIO ES UN SACRAMENTO. -Lo que quiere decir que no es un simple contrato civil. Es algo sagrado, que obliga a la fidelidad, a la unidad y a la indisolubilidad de los cónyuges. Aunque la ley civil legalizara el divorcio, jamás los que están unidos por el sacramento del matrimonio lo podrían aceptar los casados por la Iglesia que se divorciaran, y se unieran civilmente con otras personas, delante de Dios no estarían casados. Habrían caído en el tremendo pecado del concubinato. También es un pecado gravísimo delante de Dios la infidelidad, o sea, el adulterio. No hay pretexto que jamás pueda justificar faltar a la palabra sagrada de amor perenne entre los dos cónyuges.

DOCUMENTACIÓN NECESARIA. -La Partida de bautismo de los dos novios, teniendo que estar legalizada por el obispado correspondiente si son naturales de otra diócesis. 2. Fe de soltería, cuando hace poco tiempo que son vecinos de la parroquia.

FINALIDADES DEL MATRIMONIO. -El fin principal del matrimonio es la procreación de los hijos que Dios concede. No se puede usar el matrimonio quebrantando este fin, que está señalado por el mismo Dios. Tampoco se puede usar del matrimonio en forma inmoral, o sea, interrumpiendo el acto del matrimonio, con medios artificiales o en cualquier otra forma que sea antinatural. Dios lo prohíbe porque es un acto contra la naturaleza, perjudica la salud de los cónyuges y no fomenta el amor mutuo. En cambio, está permitido el uso del matrimonio normal cuando se hace en períodos agenésicos, pues entonces no hay ningún acto contra la naturaleza. Es un pecado criminal y horrible cuando los cónyuges, ya de común acuerdo, ya personalmente, aconsejan o perpetran un aborto, o sea, el asesinato de un hijo que ya está en las entrañas de la madre, aunque sea de pocos meses, pues ciertamente allí palpita ya su alma, y destruir aquel cuerpo en gestación es un auténtico asesinato.

También prohíbe la ley de Dios la esterilización, ya voluntaria, ya legal, y la que se procura a través de las llamadas píldoras anticonceptiva, que además de sus inconvenientes para la salud de la esposa, es en sí misma un atentado contra la finalidad procreadora del matrimonio,

DISPOSICIONES INTERIORES PARA RECIBIR BIEN EL MATRIMONIO. -No basta tramitar los papeles ni la misma ceremonia sacramental. Para que Dios bendiga el matrimonio, es necesario que los novios estén en GRACIA DE DIOS. Si están en pecado mortal, quedan casados, pero reciben el sacramento del matrimonio sacrílegamente. Mal comienzo para aquella familia… Los novios cristianos se disponen para su enlace con una confesión bien hecha, o sea, repasando bien su conciencia, sin hipocresías y acusándose de TODOS LOS PECADOS MORTALES, sin callarse ninguno expresamente. Si se calla un pecado mortal, a sabiendas, la confesión es sacrílega y también la comunión si se tiene el atrevimiento de recibirla con estas pésimas condiciones. Los novios cristianos han de querer confesarse bien, comulgar fervorosamente y asistir a la Santa Misa para que el Señor bendiga copiosamente su unión y el porvenir de su hogar.

DISPOSICIONES EXTERIORES. -1. La novia y acompañantes deben presentarse en la casa de Dios, o sea, en el templo, con vestidos decentes. 2. Tampoco las señoras y señoritas que acompañan a la pareja se pueden permitir la entrada en la iglesia con vestidos transparentes, escotes provocativos o sin mangas. 3. Es muy elegante y recomendable que las señoras y señoritas usen la clásica mantilla española, que tanto adorna y enmarca el rostro femenino.

PENSANDO EN EL FUTURO. -Los nuevos esposos han de empeñarse en lograr la máxima compenetración. La mujer distribuyendo bien y administrando correctamente el hogar y la economía doméstica. El esposo preocupándose de la esposa e hijos y cortando todo vicio, aunque sea oculto. Los dos han de procurar limar las asperezas de su carácter, los celos, las amistades sospechosas, los brotes de soberbia, las intemperancias y los egoísmos del orden que sean en los dos cónyuges.

La perfecta vida de matrimonio necesita la gracia divina. Por ello asegurarán la bendición de Dios, si ya desde el día de su matrimonio los nuevos esposos cada mañana y cada noche se encomiendan a la Santísima Virgen con las TRES AVEMARÍAS. Mucho mejor, si se acostumbran al Rosario en familia. También los esposos deben asistir a Misa todos los domingos y fiestas de guardar, y confesar y comulgar con frecuencia, a lo menos una vez al año en tiempo pascual. Sin este mínimo, no hay seguridad alguna en la felicidad cristiana de este matrimonio.

También es cosa buena y recomendable que en el nuevo hogar, en vuestras habitaciones y lugares más importantes, tengáis alguna imagen devota y artística del Señor, como el Sagrado Corazón o el Santo Cristo, y también de la Santísima Virgen, bajo la advocación que os sea más querida.

A los hijos que Dios conceda, hay obligación de bautizarles CUANTO ANTES, enseñarles el catecismo, educarles, darles siempre ejemplo de vida cristiana, y hacerles amar la pureza con una verdadera devoción a María.

Cuando en la familia hay algún enfermo grave, además de la asistencia médica y personal, hay que preocuparse de su alma. Los nuevos esposos han de empeñarse en que cuando sus respectivos padres estén graves, además del cariño y veneración de que se les debe rodear, procurarles que el sacerdote les pueda administrar los últimos Sacramentos. Será el mejor agradecimiento a cuanto se debe a los padres. A los nuevos esposos, en la jornada feliz y señalada de su boda, nuestra parroquia les desea las mayores bienandanzas y prosperidades. Sobre todo, aquellas que ni el tiempo ni los hombres pueden robar. En nombre de Dios, ¡adelante, novios y esposos cristianos!

VUESTRO PÁRROCO

« DOS REGALOS TIENE ESPAÑA QUE NO LOS TIENE NINGUNA OTRA NACIÓN: EL DESCENSO DE LA VIRGEN DE LA MERCED Y EL DE LA VENIDA EN CARNE MORTAL PARA CONSOLAR A SANTIAGO. ZARAGOZA SABE LO QUE PESA LA VIRGEN», escribía el obispo Manuel González. Por esto todo cristiano ama a la Virgen. Por esto, cada mañana y cada noche, a lo menos, se le deben rezar las TRES AVEMARÍAS para pedirle Ia salvación eterna.

Obra Cultural
Laura, 4 – Barcelona-10