Estamos celebrando el V aniversario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, la primera Doctora de la Iglesia, la gran mística de todos los tiempos. En su autobiografía, nuestra compatriota dice que «una de las mayores mercedes que el Señor le había hecho fue la visión del infierno: que en esta visión quiso el Señor que verdaderamente yo sintiese aquellos tormentos y aflicción de espíritu, como si el cuerpo lo estuviera padeciendo». Los visionarios democratistas dicen que el Estado de Bienestar es el paraíso. Sí, sí para ellos. Si no se convierten, vivirán eternamente en el infierno.

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                Laicismo y laicidad, es lo mismo: ateísmo político. Dicen los democratistas que Dios ni se ha revelado, ni se ha hecho hombre, ni ha fundado ninguna Iglesia. Dios no ha existido nunca. Han sido los clérigos quiénes ha aterrorizado al pueblo durante XX siglos. El hombre moderno, racionalista y científico ha credo al único dios: La democracia. Nuestra madre, esposa y nuestra inmortalidad terrena. Las demás religiones tienen que desaparecen (laicismo) o someterse a nuestra diosa democracia (laicidad). El laicismo y la laicidad democrática es el gobierno de Satanás en la tierra y en el infierno.

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                Decía San Agustín que «el pueblo será tanto mejor cuanto mejores sean las cosas para cuya participación se ha unido, y tanto peor cuanto pasen». Los democratistas se han unido para lo peor, lo pésimo. Para compartir vicios, pecados, asesinatos de inocentes, etc..

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                El primero que se reveló contra Dios fue Lucifer, Satanás. Todos los revolucionarios: girondinos franceses, comunistas, nazistas, democratistas, se han rebelado contra Dios y han luchado contra la única Iglesia de Cristo, bajo el influjo de Satanás.

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                Donoso Cortés decía que cuanto más intensa es la vida interior sobrenatural, mayor libertad tiene los hombres y las mujeres. El democratísimo es libertad sin límites, desenfreno exterior, consumismo, abortos. los democratistas viven en la esclavitud de las cosas y del demonio.

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                ¡Que no nos vengan con cuentos democráticos!

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                Hitler fue elegido democráticamente por la mayoría de los alemanes. Y los comunistas de Rusia, autodenominaron a sus gobiernos totalitarios y esclavistas, repúblicas populares democráticas.

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                Quien no cree en la veracidad, autenticidad e historiedad de los Evangelios, no puede aceptar como verdadero ningún hecho histórico. Jesús es el personaje histórico del que existen más pruebas, de la persona que más sabemos.

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                San Juan XXIII, después de oír el informe que daba, en su visita ad límina, el Vicario Apostólico de Fernando Poo, el 23 de julio de 1960, dijo: «Franco da leyes católicas, ayuda a la Iglesia, es buen católico, ¿qué más se quiere?». Yo quiero que el Vicario de Cristo en la tierra, inicie el proceso de beatificación y canonización del Generalísimo.

                                                                                                                                              Padre Cano, mCR