Me envían hacia un rincón de España, muy escondido, a predicar la Semana Santa. Total diez horas de viaje desde Sentmenat a mi destino. En la primera parada del tren, suben cuatro personas. La madre de una hija de unos cincuenta años y el padre de una hija, de idem. La matriarca me dice que hay que llevar clériman y no sotana. Le respondo: “voy mucho más elegante con mi hábito”. Me dice que ella reza el rosario todas las mañanas y que la Iglesia oculta muchas cosas. Con los nuevos evangelios que se han descubierto, se sabe que Jesús estaba casado pero que, en nuestro tiempo, es mejor que los jóvenes no se casen y vivan juntos ¡tomate! Le di la revista Ave María y a su hija le he manado un folleto de oraciones de su santa patrona.
Por los pasillos del tren hablé con una niña de ocho años que vive en Manresa. En su clase son 24 alumnos. De los cuales, sólo 5 tienen la asignatura de religión. Le di un librito del Rosario de Noticias Cristianas y se puso la mar de contenta, como dicen en mi pueblo.
La predicación de Semana Santa empezó a las 11 de la mañana del domingo de Ramos. Santa Misa y procesión con Jesús, en su borrico que dejó una familia gitana. Por la tarde, asistimos al auto sacramental de la Pasión del Señor en el pueblo vecino. Todos los artistas son del pueblo. Buena representación con un final desafortunado fatal, pura imaginación, antievangélico.
Lunes, martes y miércoles santo, celebramos la Santa Misa a las 11 de la mañana y a las 20:30 predicación siempre con imposión del escapulario. Por las mañanas y alguna tarde, visitamos a los enfermos, administración de sacramentos, imposición del escapulario de la Virgen del Carmen. Santa Maravillas de Jesús, decía que en el mundo hay muchas y grandes cruces. Yo vi varias. Un hombre lleva postrado en la cama 30 años por un accidente de tráfico.
En distintas casas, me dijeron que Franco era muy bueno y que se preocupó por los pobres. Aquella zona era un desierto lleno de alacranes, lagartos y serpientes. Franco les dio una casa y una parcela de terreno. Un anciano me dijo: yo era pastor de cabras en la sierra, apenas podíamos comer. Me enteré de lo que Franco estaba haciendo. Vine y me dieron una casa de 600 metros y una parcela de 4.000 metros para cultivar. Y así a todos. Franco fue muy bueno. De aquel desierto salen camiones diariamente con destino a toda Europa: tomates, pimientos, melones, berenjenas, pepinos, etc.
Una tarde sentado en un banco en la calle, hablando con unos ancianos, se acercó otro a saludarlos. Dijo que toda su vida había trabajado en el mar. Dicho y hecho. Le di un escapulario y se puso la mar de contento, con su patrona al cuello. Fui a casa de un matrimonio muy anciano. En el aparador vi, tres botellas de vino con la foto de Franco y estas palabras: “Franco nos dio de comer y de beber, una casa y una parcela y la paz durante cuarenta años”. Sus hijos y sus nietos lo saben muy bien, y no los van a engañar nadie. Me regalaron un llavero de Franco.
El Jueves Santo, a las 6 de la tarde, celebramos la Cena del Señor y el lavatorio de los pies. El Señor estuvo expuesto en el Monumento hasta las 12 de la noche. La adoración al Santísimo, se reanudó a las 8 de la mañana del Viernes Santo hasta las 12 de mediodía.
El Viernes Santo, a las 6 de la tarde, celebramos, con mucho fervor, los Oficios Santos. Por la noche la procesión de nuestra Señora de los dolores y Cristo crucificado. Una señora del pueblo, cantó las 14 estaciones del Vía Crucis y yo hacía una pequeña reflexión. La banda de tambores, acompañó a las sagradas imágenes por primera vez en la historia.
Con la Vigilia Pascual y la Santa Misa del domingo clausuramos esta pequeña misión en la que muchos fieles se acercaron al confesionario.
El paisaje es muy semejante a Marruecos, y no sólo geográfico. Muchos marroquíes, muchos negros con sus bicicletas, muchas musulmanas con sus chilaba, con sus velos y con sus hijos. En el único colegio estatal, hay 500 alumnos, trescientos extranjeros y 200 españoles; de los cuales, pocos piden la clase de religión católica. El maestro de religión dijo que, de seguir así las cosas, dentro de tres o cuatro años se queda en el paro. Unos setenta musulmanes, van a la mezquita; los católicos no llegan a diez los que van a Misa.
Siempre llevaba en los bolsillos libritos de Noticias Cristianas que repartí a niños y niñas y las Revistas Ave María y Meridiano Católico a los mayores. Que el Señor bendiga a España y la Virgen la proteja bajo su manto.
P. Manuel Martínez Cano, mCR