“La verdad engendra odio” (San Agustín). La cristofobia democrática y las persecuciones contra los cristianos en varias partes del mundo, lo demuestra palpablemente. “Yo soy la verdad”, dijo Cristo, pero muchos siguen al padre de la mentira, al demonio; y el demonio odia a Dios en nosotros, quiere encadenarnos con los pecados en esta vida y después eternamente en el infierno. Solo la verdad nos hace libres. “La verdad no sabe mentir” (San Gaudencio de Brescia). Vivamos en la verdad, seamos humildes como la Virgen Santísima, porque “humildad es vivir en verdad”, como dice Santa Teresa de Jesús
* * *
Cristo nos dice: “amad a vuestros enemigos, haced el bien. . . . Sed misericordioso como vuestro Padre es misericordioso” (Lc. 6, 35,36). Y la carta a Diogneto, decía: “Los cristianos aman a los que los odian”. Y lo estamos viendo y oyendo en las palabras de los familiares de nuestros mártires de Irak, Siria, Kenia y tantos lugares del mundo. Perdonan a los verdugos de sus seres más queridos y rezan para que se arrepientan y se conviertan a la fe de Cristo.
* * *
En la homilía que el padre Alba predicó en la primera Misa del padre Ignacio Borrull Puigarnau en Iniesta (Cuenca), el 13 de junio de 1993 dijo cosas muy profundas de Teología sobre el sacerdocio. Nos recordó también el siguiente hecho histórico: “Queridos míos, la sociedad cristiana anhelaba durante siglos tener en su propia familia sacerdotes, religiosos, misioneros. El Papa nos acaba de recordar en el quinto centenario de la Evangelización de América: miles de antepasados nuestros, miles de sacerdotes, miles de religiosos, miles de misioneros se volcaron en América y en menos de un siglo toda América era ya de la Iglesia. Fue fruto de las familias cristianas que suplicaron a nuestro Señor la abundancia de vocaciones y entonces se proyectó ese apostolado de la oración de las familias cristianas sobre todo el continente recién descubierto”.
* * *
La filosofía nos dice que la conservación de la creación es una creación continuada. Sabemos que hemos sido creados de la nada por Dios y que nos sigue amando en cada momento. Ahora mismo, somos de Dios, nos sigue amando cada minuto de nuestra vida. En este instante, Dios me sigue dando el ser y su amor. Yo no soy mío, soy de Dios. En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, recordamos sus palabras: “Vuestra soy para vos nací: ¿Qué queréis, Señor de mí? “.
* * *
Es verdad que el derecho de propiedad privada es un derecho natural, concedido por Dios. Pero también es verdad que no debemos hacer lo que queremos con nuestro dinero. Dios ha creado todas las cosas para los hombres y las mujeres. Todo nos lo da Dios, porque todo es de Dios. Y nos ha dado todas las cosas para que las usemos bien. No para hacer lo que yo quiera, sino para hacer lo que Dios quiere. No podemos enriquecernos y amontonar cosas en nuestra casa, las cosas han sido creadas para conocer a Dios, amar a Dios y servir a Dios. Y mediante este uso de las cosas, salvar el alma, para ser eternamente feliz en el cielo. Todo lo creado por Dios es bueno. Seamos buenos usando bien las cosas que Dios nos ha dado.
“Querido pueblo de España: Concluyo este mensaje subrayando una actitud de Santa Teresa: su fidelidad a la Iglesia, en cuyo seno ella vivió y murió. Ya desde ahora pongo mi visita bajo la protección de Santa Teresa de Jesús. Con ella os digo: Tened ánimo, vivid la esperanza, sed fieles a vuestra fe. ¡Hasta pronto, España, tierra de santos, tierra de Teresa! Te bendigo con toda mi alma, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (San Juan Pablo II).
Padre Cano m. C. R.