Querido amigo: Te vaya contar mi pequeña historia. De niño, como todos, en el colegio me enseñaron el catecismo, hice la primera comunión, mis padres eran buenos y cristianos aunque no muy practicantes. Después fui a trabajar. El ambiente me arrastró. Me olvidé completamente de todo lo que significaba religión. colegio-sevilla-pastoralNo tenía odio. a la Iglesia, pero no me interesaba. Un día, un compañero mío me habló de la Biblia. Yo, nunca la había leído. Prefería el cine, la TV, las chicas. Pero, aquel compañero me instó tanto, que me obsesionó con unos cuantos problemas, y finalmente, primero por curiosidad, después con mayor interés, y por último, fanáticamente, fui asiduo a cierto «Salón del Reino», participé en algunos actos, y también me dediqué al proselitismo. Me creía un enviado de Jehová. Sin ningún reparo, a todas partes, orgullosamente, me presentaba como testigo de Jehová. Incluso escribí una carta al párroco mío, dándome de baja de la Iglesia católica.

De esto han pasado cinco años. Ahora, he dejado de ser Testigo de Jehová. Lo fui -ahora lo comprendo -porque no tenía preparación de mi fe católica y confundía los curas con la Iglesia y Jesucristo. Ahora, con más reflexión, he vuelto a la Iglesia católica y he renunciado a ser Testigo de Jehová, por muchísimas razones. Algunas las apunto aquí:

  1. La Biblia que exhiben, titulada «La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras», está burdamente falsificada. Yo no lo sabía. Pero lo he comprobado. Comparándola con otras versiones de la Biblia -ya católicas, ya protestantes- se descubre cómo añaden, suprimen y cambian palabras que modifican el sentido a su favor. Por ejemplo: en la Carta a los Hebreos 7, 24, se lee: «Pero Él (Cristo)… tiene su sacerdocio SIN SUCESORES» (añadido). En la Carta a los Filipenses 2, 5, se dice: «Quien (Cristo) aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a un arrebatamiento, A SABER, que DEBIERA ser igual a Dios, NO, antes bien… tomó la forma de esclavo.» En el Evangelio de San Marcos 9, 44 y 46, faltan las palabras: «donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga». En el Evangelio de San Mateo 25, 46: «y éstos irán al CORTAMIENTO eterno y los justos a la vida eterna.» En San Mateo 26, 26 y 27, traducen: «Coman; esto SIGNIFICA mi cuerpo… Beban; esto SIGNIFICA mi sangre.» En el Evangelio de San Juan, Capítulo 1, 1: «En el principio la Palabra era y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era UN dios» (añadidos: un, y dios, en minúscula). En fin, no acabaríamos si tuviéramos que agotar las falsificaciones que hay en la Biblia «Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras». Aconsejo a quien quiera, objetivamente, enterarse de estas falsificaciones, que lea el libro «LA BIBLIA Nuevo Mundo», escrito por el profesor Vicente Amat, de la Universidad de Barcelona.
  2. Los Testigos de Jehová se jactan de bienhechores de la humanidad. He comprobado, cómo la señorita X murió por no admitir transfusiones de sangre. Y el matrimonio N.N. firmó la muerte de su hijito por lo mismo. Ellos, a estas monstruosidades las llaman heroísmos. También hay tribus salvajes que se suicidan o matan a sus hijos en honor de sus ídolos. Como dice el pastor protestante Eugenio Danyans, «la historia de los Testigos de Jehová está llena de casos dolorosísimos y horribles en los que seres humanos indefensos, menores de edad, han tenido que fallecer en hospitales por la prohibición de sus padres de permitir se realizara una transfusión de sangre que todos los médicos conceptuaban como esencial para conservar la vida del paciente. La indignación de los médicos y enfermeras, conocedores de que aquella vida se estaba extinguiendo por culpa de quienes se negaban a dar su consentimiento para un método curativo que en la inmensa mayoría de los casos resulta plenamente eficaz, se estrellaba en contra de la terquedad de quienes por sus insensatos prejuicios, que les habían sido imbuidos mediante un literalismo absurdo en la interpretación de las Sagradas Escrituras, consideraban su deber negar tan precioso recurso a sus propios hijos, haciéndose de este modo, indirectamente, transgresores del claro mandamiento de Dios que dice: «No matarás».
  3. El slogan más impresionante de» los testigos de Jehová es asegurar que San Pedro nunca estuvo en Roma. Hoy, científicamente, la historia, la arqueología y la misma Biblia atestiguan que San Pedro estuvo en Roma y que allí murió crucificado.
  4. Alardean de que ellos solos pertenecen a los 144.000 salvados de Israel, de que habla el Apocalipsis en el capítulo VII, 4-9, Y se descuidan de lo que desde el versículo 9 en adelante se dice de «una muchedumbre grande, que nadie podía contar, de toda nación, tribu, pueblo y lengua», que también se salvarán.
  5. Entre otras razone, también me molestaba que los Testigos de Jehova fomentan el Odio, calumnian espantosamente, niegan que Jesucristo sea Dios, se burlan de las devociones a la Virgen de Montserrat, del Pilar, de los Desamparados, que tanto han sostenido la fe cristiana en todos los siglos.

Todo esto me llevó a estudiar a fondo la historia de los Testigos de Jehova. Entonces caí en la cuenta: ¿cuándo se fundaron los testigos de Jehova? Sencillamente, a ultimas del siglo pasado, por Carlos Taze Russell, americano. Le sucedió otro americano, el juez Rutherford. Actualmente los dirige Nathan H. Knorr. Los Testigos de Jehová son una inmensa empresa americana. Su edificio central, en California en su tiempo, costó 75.000 dólares. Y son miles y miles que viven gracias a este gran negocio. ¿Cómo puede ser verdad una religión fundada por hombres vulgares cualesquiera? ¿Qué fuerza tiene una religión apartada de aquellos Apóstoles que escucharon del mismo Cristo cómo tenía que constituirse y gobernarse su Iglesia?

He leído mucho. De los Testigos de Jehová, me he tragado todos los libros. Pero, otros libros, claros como un vaso de agua, me han limpiado los ojos. Estos libros son: «Carta abierta a un testigo de Jehová», «Testigos de Jehová, errores y refutaciones», «Testigos… ¿de quién?», «La Ideología equivocada de los testigos de Jehová», y algunos más. Después, y esto es lo principal, he pedido a Dios que me ilumine, que me haga conocer donde está su Iglesia verdadera. Finalmente, he comprendido que en la Iglesia católica, aunque en ella haya católicos pecadores, sacerdotes que no cumplan y defectos humanos, es, en definitiva, la autentica Iglesia fundada por Jesucristo. Me ha hecho un bien inmenso el libro «La Biblia… entera», de Joaquín Tapies.

Estoy contento de ser católico. Diría qué si alguno tiene dudas de su fe católica, antes de cambiarse de religión, que no lo haga a la ligera. Que procure conocer a fondo su Iglesia católica y la Biblia, y entonces podrá Juzgar con verdadero juicio.

Yo hablo en nombre de las familias divididas por los testigos de Jehová, de los niños que han muerto porque sus padres, obsesionados, les han prohibido una transfusión de sangre que les hubiera salvado. De los jóvenes que tienen el corazón lleno de odio a los que no piensan como ellos, manipulados por los agentes internacionales de esta superpotencia americana que es la organización de los Testigos de Jehová, cuyas finalidades de odio nadie sabe hasta dónde pueden llegar.

En fin, yo he sido Testigo de Jehová. Triste experiencia, que no quisiera para nadie. Por esto, me he permitido escribir esta carta para que tantos hombres y mujeres, jóvenes y muchachas, no sean embaucados por los que a sueldo de capital extranjero, les arrancan la fe falsificando la Biblia y negando a Jesucristo lo que realmente es: nuestro Dios y Salvador.

RAMÓN POU VIVER

«LA VIRGEN MARÍA ES MUCHO MÁS QUE EL TERCER CIELO: ELLA ES EL CIELO TOTAL. EL CIELO ES LA COMUNICACIÓN DE DIOS. MAS DIOS ESTÁ EN MARÍA, POR ELLA SE DA AL MUNDO, POR ELLA SE COMUNICA A CUANTOS TIENEN LA DICHA DE CON-TEMPLARLE», escribe el teólogo de nuestros días P. Antonio Pacios. Con el rezo diario, cada mañana y cada noche, de las TRES AVEMARÍAS, nos aseguramos la protección maternal.

Obra Cultural
Laura, 4 – Barcelona-10