P.albacenaMientras otros que debieran hablar callan en defensa de un cristiano encarcelado injustamente durante ocho años, quiero haceros unas reflexiones a vosotros jóvenes sobre un cristiano y español, para que os sirva de estímulo y ejemplo: D. Antonio Tejero Molina.

Ejemplo de obediencia

El salió a la calle y se fue al Congreso en obediencia a las órdenes que le comunicaron sus Superiores, sin pensar en otra cosa que en el bien de la Patria. El sabía muy, bien que triunfara o fracasara la acción para la que se le habla requerido, al final todo se volvería contra él. Pero nunca miró el provecho de su persona o el legítimo interés de su familia, sino el bien superior del honor de la Patria. Obedeció y puso en práctica lo que se le dijo. No miró si era de su gusto el hombre que le mandaba, sino del gusto de Dios que a través del hombre le llamaba a darlo todo por la Patria. Su obediencia fue la genuina obediencia ignaciana.

Hay muchos que simulan obedecer, pero se buscan a sí mismos, no quieren perderse en las consecuencias de pobreza o persecución que trae consigo la imitación de Jesucristo. Es la caricatura del obediente.

Ejemplo de libertad

La libertad verdadera se consigue cortando con todos los afectos desordenados, con el desprecio del mundo, con huida de las ocasiones de pecado. Y al mismo tiempo con la entrega sin reservas a la propia vocación, en el seguimiento personal a la llamada de Jesucristo. D. Antonio Tejero me decía en la última visita: “Me tienen aherrojado entre cuatro paredes. Me han quitado una muy pequeña libertad horizontal que hace esclavos a tantos. Pero yo soy y me siento inmensamente libre hacia arriba; tengo un gozo inmenso en mi interior por esa libertad y esa libertad no me la puede quitar ninguno de los mandamases esclavos de la tierra. Me han quitado cosas y lo tengo Todo.”

¿Soy yo así de libre? A cuántos se nos tendría que caer la cara 4de vergüenza, sabiendo lo que somos y diciéndonos libres.

Ejemplo de religiosidad

Hay formas de religiosidad oportunistas: la de muchos aprovechados políticos. Otras beatas: las de los autoconvencidos de su perfección y su ritualismo externo. Otras son de circunstancias, según los fervorines de la temporada. Otras son untuosas de humanismo de buena educación. Todas ellas no son religión verdadera y no forman almas de vida interior preparadas para la adversidad, la persecución y la fidelidad hasta la muerte.

Antonio tejero ejecutó la acción que se le pedía por la religión. Mantuvo dignamente su postura, sin someterse a las presiones que se le hicieron para traicionar, por la religión. Lleva ya ocho años en la cárcel -se le ha condenado a treinta años- por religión. Prefirió la cárcel a un avión con doscientos millones de moneda 1982, por religión. Ha dejado a su familia, padre de familia numerosa de siete hijos, por religión. El no ha fallado al Amigo que no falla. Y el Amigo que no falla le ha regalado en la persecución con un hijo sacerdote y misionero.

Los hijos sacerdotes y las hijas santas, no se crean en la comodidad de todos los gustos y de la huída de los sacrificios. España volverá a ser de Jesucristo, no por los oportunistas, ni por los beatos, ni por los untuosos, ni por los fervorines de una semana. España volverá a ser de Cristo, como dijo la Madre Maravillas por la oración. La oración de la cárcel, de la rotura con el mundo y todo lo que es mundo, la oración en la acción de trabajar en medio de la incomprensión y del desprecio, para que España sea pedestal de la gloria de Jesucristo Rey.

¿Oro de esa manera, con insistencia, con fervor?

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 139, abril de 1990