Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

Contracorriente

Archivos diarios: 1 julio, 2015

Mensajes de fe 40: Eddy Merckx y José Ángel Iríbar tienen la palabra

01 miércoles Jul 2015

Posted by manuelmartinezcano in Mensajes de fe, Uncategorized

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eddy-merckx-world-championEddy Merckx, campeonísimo y «monstruo» de la bicicleta, tantas veces triunfador en las vueltas ciclistas, ha hecho unas declaraciones sobre religión que han rodado por todo el mundo. Merckx ha dicho: «Cristo es para mí una presencia continua, en toda mi vida. No, no le hablo en francés o en flamenco, no hago con Él contratos antes de los campeonatos: Tú dame la victoria, yo, en cambio, trataré de ser bueno, o bien daré dinero a los pobres, a la Iglesia. Creo profundamente en Cristo, en su historicidad y en su divinidad. Son absurdas las modas que hacen de Él un objeto de consumo. No soporto al Jesus Christ Superstar, no soporto a los hippies que cantan a Cristo, no soporto los parangones: Cristo y Marx, Cristo y Buda. Si hay necesidad de mí, de la popularidad de mi persona, para propagar la religión, yo estoy pronto. Es lo menos que puedo hacer. Si mi amor a Cristo le procura un poco de amor entre los demás, o al menos un poco de atención que se convertirá en amor, estoy dispuesto a hacer de apóstol en la bicicleta por todo el mundo. Cristo ha venido ya conmigo sobre las montañas y «ha desflorado en mi compañía los bordes de los precipicios. Yo espero poder llevarle siempre en vuelta por el mundo, en el mundo donde Él está, pero donde muchos de nosotros, falsos cristianos, tienen miedo de proclamar, felices, su presencia.»

Estas palabras de Eddy Merckx tienen valor no por ser suyas sino porque reflejan un conocimiento profundo de lo que es sentirse cristiano. Hay muchos que hablan de la Iglesia, de Dios, de Jesucristo, de la Biblia, completamente en ayunas de su conocimiento. La cultura religiosa -al alcance de todos- no es como discutir de política, de cine, de TV, de fútbol, de toras. Aquí cada uno puede decir la suya y, si conviene, desbarrar y opinar comoquiera. Pero con referencia a la religión es distinto. Es fatal equivocarse. Una cosa es pasearse por una avenida para tomar el sol, y otra andar ciegamente en un camino que está lleno de abismos. En materia religiosa hemos de encontrar la Verdad. Y la verdad únicamente se encuentra plenamente en la Iglesia fundada por Jesucristo la razón de Eddy Merckx está en las palabras pronunciadas por el famoso convertido Pitigrilli. Una señora le increpó por teléfono tras su conversión. La señora le decía: «Después de haber creído en el alma y en Dios, ¿por qué ha escogido la religión católica? ¿Es que las otras religiones no hablan del alma y de Dios? Se nos ha planteado este problema, a un grupo de amigas y amigos, en un cocktail que estamos celebrando, y en el que hubiéramos querido que usted estuviera presente.» Pitigrilli, inmediatamente, le contestó: «Sí, señora, usted tiene razón. En el alma creían los egipcios, los griegos, los romanos, y con sus seudónimos diversos honraban a Dios. Los antiguos persas creían en los ángeles y en los demonios. Los budistas, los mahometanos, los hebreos, creían en el alma y en Dios. En Él creyeron Confucio, Platón, Lao-tse, y creen a su modo los paganos. Pero la única Palabra que me convenció fue pronunciada por Aquel que nació hace casi dos mil años y vino a la tierra, no para abolir la ley y los profetas, sino para completarlos. Aquel que sustituye la teoría de la venganza con el principio del perdón. No han sido diez las razones, señora, que me han hecho convertir a la Iglesia Católica, Apostólica, Romana. No hay más que una razón, y es esta: Jesucristo no fue un fundador de religiones, Jesucristo es Dios.»

Lo que significa que para hablar de religión hay que enterarse. ¿Cómo? Por ejemplo, leyendo los libros «A Dios por la ciencia», de Jesús Simón. O «La Biblia entera», de Joaquín Tapies. Entonces, convencido por sus razones, se habla y se vive como Eddy Merckx.

***

José Ángel Iríbar es futbolista internacional, figura indiscutible del Atlético de Bilbao. Recientemente visitó un colegio de Indauchu, iribarcoincidiendo con los estudiantes que estaban en la capilla rezando el Rosario. Iribar se asoció a su oración, dirigió un misterio y después habló a los muchachos. Entre otras cosas, dijo: «Tenemos que parar las tentaciones como el portero para el balón y despejarlas lejos, muy lejos, hasta medio campo por lo menos. Si queremos ser algo en la vida, tenemos que someternos a duros entrenamientos y a llevar una vida austera, y tenemos que aprender a obedecer. A mí, a veces, me costó mucho obedecer al médico, pues cuando estaba en el hospital, el doctor me prohibió ver por tele un partido, porque me iba a poner nervioso… Hay que trabajar en equipo y no querer lucirnos nosotros, sin saber dar juego a otros, para que gane el equipo. Hay un equipo mejor que el Atlético, y es el equipo de los misioneros, cuyo seleccionador es Nuestro Señor Jesucristo. Y ese es el mejor fichaje. Lo importante es ganar esa final que no se repite, que es la salvación del alma, porque al final de la jornada aquel que se salva, sabe, y el que no, no sabe nada. La llegada al Ayuntamiento con la copa, cuando vencemos, me hace pensar en la entrada en el cielo ganada la victoria definitiva.»

Lo que añade José Ángel Iríbar es una consecuencia lógica de lo que primero nos ha dicho Eddy Merckx. Cuando se comprende el amor que Dios nos tiene y la finalidad de nuestra vida, entonces lo más importante es vivir preparados para esta hora de la muerte que tiene que llegar para, todos, que no es el acabamiento nuestro, sino el principio de la eternidad. «Ganar esta final es salvar el alma. Salvar el alma es el objetivo de nuestra vida. Quien salva su alma, lo salva todo. Y los medios de salvación están a la mano de todos. Para salvarse se necesitan tres condiciones: la fe, cumplir los Mandamientos, recibir los Sacramentos. Con ello se alcanzan todos los objetivos de nuestra existencia. Se cumple con la familia, con el prójimo, con la profesión, con la sociedad. La mayoría aplastante de problemas artificiales con que los hombres se complican, proceden de que, a pesar de que tienen cierta cultura, dinero y posibilidades, fallan en lo principal: su conciencia limpia y arreglada para con Dios.

Esto es lo quenas han venido a recordar Eddy Merckx y José Ángel Iríbar, dos deportistas que han triunfado en lo suyo. Pero que no son tan miopes de quedarse únicamente con los trofeos de sus equipos y sus carreras. Estos valen profesionalmente, pero el hombre, además de su profesión, tiene un ALMA INMORTAL de la que tiene que responder ante Dios. Lo piense o no lo piense. Aquí, en el mundo, podemos prescindir del álgebra, de la astronomía, de muchas materias ajenas a nuestro trabajo. Pero hay una asignatura que nos toca a todos: las relaciones personales con Dios. Estas no las podemos inventar a nuestro capricho. Jesucristo, que es Dios, nos enseña el camino de salvación. Cada hombre tiene una libertad que bien utilizada le lleva a la felicidad y a su salvación eterna. Es trágico pensar en tantos hombres y mujeres, que son inteligentes, que tienen buen corazón, que con un fondo de bondad natural demuestran una materia prima estupenda para ser cristiano de verdad. Pero están despistados…

Más despistados que el peatón que atraviesa la autopista con plena vorágine de coches disparados en cadena por todos los canales a más de 100 kilómetros por hora. Lo más fácil es que pronto se convierta en fiambre. Porque es una insensatez traspasar la autopista en tales condiciones. Pero todavía más disparatada es la vida del que disipa frívolamente su existencia gastando el tiempo en mil cosas, por importantes que le parezcan o sean para su bien material, pero de espaldas a las grandes realidades que nos han recordado Eddy Merckx y José Ángel Iríbar. Vale la pena de hacerles caso, para que no nos coja el momento definitivo fuera de juego.

«REUNID, SI PODÉIS, EL AMOR QUE TODAS LAS MADRES TIENEN A SUS HIJOS, TODOS LOS ESPOSOS A SUS ESPOSAS, TODOS LOS ÁNGELES Y SANTOS A SUS DEVOTOS, Y TODA ESTA SUMA DE AMOR NO IGUALARÍA AL QUE TIENE MARÍA A UNA SOLA ALMA», escribe San Alfonso María de Ligorio. ¿Qué menos que obsequiar a esta Madre que nos ama in-mensamente, que con el rezo diario, cada mañana y cada noche, de las TRES AVEMARÍAS?

Obra Cultural
Laura, 4 – Barcelona-10

Meditación 53: la vida de Nazaret II

01 miércoles Jul 2015

Posted by manuelmartinezcano in Meditaciones de la Virgen, Uncategorized

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_nazaretVida de trabajo. -Consecuencia de la vida de pobreza de la Sagrada Familia, es la vida de trabajo que allí tenía que reinar…; eran pobres y no tenían más remedio que comer de su trabajo…; San José, en su oficio…; Ma­ría, en sus ocupaciones domésticas…, y el Niño, ayudando a ambos…, todos allí trabajaban. Meditemos, que algo nos quieren enseñar con este trabajo.

1º Él trabajo es una ley de la creación: es, por tanto, algo natural en el hombre… La pereza, la ociosidad, es completamente irracional.: Como el ave para volar, así el hombre ha nacido para trabajar, dice. Job en la Sagrada Escritura. -En el mismo Paraíso, Dios quiso que el hombre trabajara y, para eso, para trabajarlo y cultivarlo, se lo dio el señor -Es, además, un castigo, y por eso tiene el carácter de tal, y ocasiona fatiga…; la fatiga, es propiamente el castigo del pecado, no el trabajo mismo. -Todos hemos pecado, luego nadie puede estar exento de esta pena. -Trabajos físicos y morales…, en el cuerpo y en el alma…, para comer y: para conservar la vida y hasta para gozar…, siempre hay que trabajar.

Convéncete que éste es tu deber, y que no puedes dejar de cumplirlo… Cuanto más trabajes, más racional eres…, más semejante a. Dios, que es la misma actividad por excelencia…, la más grande…, la que más produce.

2º La virtud. -Pero, sobre todo, es una virtud. a) porque el trabajo es una penitencia verdadera… y una penitencia muy santa y muy hermosa, porque ha sido elegida e impuesta por el mismo Dios… y porque, además, es universal para todos y en cada momento. -Quizá puedas eximirte de otras penitencias, pero no de trabajar…; aún el enfermo, en una forma o en otra, está trabajando; b) porque si la ociosidad es madre de todos los vicios, el trabajo lo es de las demás virtudes…; es evidente que al ocioso tienta mucho más y mejor el demonio el trabajo, cuanto más duro, y penoso, mejor sirve admirablemente para prevenir las tentaciones…, para debilitar las pasiones…, para quitar ocasiones al enemigo que se desconcierta ante un alma ocupada; c) en fin, es una virtud de expiación o reparación… Satisfacer por el pecado…, adquirir grandes méritos…, preservarte de las caídas, he ahí los grandes frutos del trabajo.

Da gracias a Dios que en una cosa tan necesaria como ésta, puso tantos provechos con que estimularnos… y a la vez endulzar la pena de este castigo. -¿Quién llamara castigo a una cosa tal provechosa como ésta? ¿Quién no se abrazara gustoso con el trabajo si ha de servirle de fuente de gracias y merecimientos incalculables?…

3º Él trabajo en Nazaret. -Por lo mismo, no es posible que falte el trabajo en Nazaret…, y el trabajo, en su más: estricto sentido… no solo es trabajo la ocupación…, el no perder tiempo… sino, sobre todo, trabajo significa una cosa laboriosa…, difícil., costosa…, ruda…, que requiera, esfuerzo…, sudor…, molestias grandes. -Así, así fue el trabajo en Nazaret…; nada de poesías ni de idilios en aquel trabajo… No era un trabajo para hacer algo para matar el tiempo…~ para pasar el rato era para comer…, ¡para vivir!-vivían del trabajo…, eran unos pobres trabajadores…, unos jornaleros.

Mira a San José y al Niño con el trabajo monótono…, pesadísimo…, aburrido de una carpinte­ría. -Y de una carpintería de aldea, donde no se hacen más que cosas toscas…, ordinarias…, vulgarísimas. -Mira a aquellas manos divinas, que fabricaron el mundo, encallecidas ahora, con el duro trabajo. -Y a la Santísima Virgen lo mismo…; También Ella, después de las labores de la casa, aún las más bajas y viles… lavar, barrer, fregar, etc., cogería el huso para hilar y ganarse hilando, también su jornalito. -Piensa y medita. ¡La Virgen a jornal!… No se ocupa en labores primorosas…; sus finas y delicadas manos no bordan en oro y se.das…, -ni trabajan en blondas v encajes sino en trabajos ásperos y mortificantes

4° Tu trabajo. -Así debe ser tu trabajo.-Bien está evitar la ociosidad, teniendo siempre alguna ocupación, pero no lo olvides, que no siempre toda ocupación es trabajo. -Distingue dos clases de trabajo en que has de ejercitarte: el espiritual y el corporal. -Hay que trabajar en el alma, para vencerlas pasiones…, dominar el genio y carácter…, pisotear el amor propio…, para no distraerse y hacer fructuosa la oración para ejercitarse en la práctica de las virtudes para llevar una vida intensamente espiritual… y, sobre todo, para, ser constante y perseverante en ella. Todo esto, es trabajo y sin él, nada se puede hacer. -Propón trabajar muy de veras en este trabajo, aunque te resulte pesado…, cansado…, molesto.

Además, el corporal, trabajando en el cumplimiento de tus deberes…, no buscando aquello que más te gusta, o te distrae…, sino lo que debes, según la voluntad de Dios y para la mejor gloria suya. Finalmente, esto mismo aplícatela a tus obras de celo y apostolado. ¿Buscas las que más lucen y brillan o las que más provecho causan en las almas?… ¿También en esto te gusta trabajar con comodidad?… ¿También aquí te guías por lo que te agrada o desagrada?… ¿También eres inconstante en este trabajo? Mira a Jesús…, contempla a Ma­ría ¡tantos años trabajando!, y aprende esta lección…, sigue ese ejemplo………Pídeles gracia para hacer con Ellos esa penitencia hermosísima del trabajo… diario…, costoso…. aburrido…, monótono…

Ildefonso Rodríguez Villar
Puntos breves de meditación
sobre la vida, virtudes y advocaciones litúrgica
de la Santísima Virgen María
26ª edición, Valladolid, 1965

Matrimonio y familia

01 miércoles Jul 2015

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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padre canoEs doctrina de fe divina católica definida, es dogma de fe, que el matrimonio entre un cristiano y una cristiana es un sacramento instituido por Cristo. El Concilio de Trento definió expresamente: “Si alguno dijere que el matrimonio no es verdadera y propiamente uno de los siete sacramentos de la Ley del Evangelio e instituido por Cristo Señor, sino inventado por los hombres en la Iglesia, y que no confiere la gracia, sea anatema” (D. 971).

“El sacramento del Matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna” (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1661).

El sacramento del matrimonio da a los cónyuges la gracia santificante, con los auxilios especiales, para cumplir santamente los deberes del matrimonio hasta la muerte.

Los fines del matrimonio son la procreación y educación de los hijos, la ayuda mutua, material y espiritualmente, y la satisfacción moralmente ordenada de la concupiscencia. El Concilio Vaticano II, ha recordado a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, especialmente a los católicos, esta doctrina siempre enseñada por la Iglesia.

Procreación y educación de los hijos: “Por su índole conyugal están ordenados a la procreación y la educación de la prole, con los que se ciñen con su corona propia” (Gaudium et spes, 48).

Ayuda mutua, espiritual y material: “El marido y la mujer, que por el pacto conyugal ya no son dos, sino una sola carne (Mt 19, 6), se ayudan y se sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y lo logran cada vez más plenamente por la intima unión de sus personas y actividades” (Gaudium et spes, 48)

Satisfacción moral de la concupiscencia: “Un tal amor, asociando a la vez lo humano y lo divino, lleva a los esposos a un don libre y mutuo de sí mismos, comprobado por sentimientos y actos de ternura e impregna toda su vida; más aún, por su misma generosa actividad crece y se perfecciona. Supera, por tanto, con mucho la inclinación puramente erótica, que, por ser cultivo del egoísmo, se desvanece rápida y lamentablemente” (Gaudium et spes, 49)

Estaba predicando una misión en un pueblecito y una buena señora exclama: “¡qué tiempos vivimos!, ningún matrimonio va bien, las familias se están rompiendo”. Una chica joven que estaba junto a ella le dijo: “Pues mis padres se llevan muy bien y en la familia estamos muy unidos”. Es verdad, su familia es una familia cristiana que viven su fe todos los días. Los que se divorcian y deshacen las familias, puede ser porque se han enfriado en la fe, o ya la perdieron.

San Juan Pablo II, dedicó mucho tiempo de su pontificado a escribir y predicar sobre el  matrimonio y la familia cristiana. Transcribimos algunas frases suyas: “La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por primera vez los valores que les guían durante toda su vida”. “El matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del matrimonio”. “La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración”. “El futuro depende, en gran parte, de la familia, lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad: su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz.”

Manuel Martínez Cano, mCR.

Página para meditar 145

01 miércoles Jul 2015

Posted by manuelmartinezcano in Padre Alba, Uncategorized

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P.Alba, SJ

P.Alba, SJ

En el año 1491 nacía en el castillo de Loyola, San Ignacio, el octavo hijo de una familia de once hermanos. Casi cincuenta años después el 27 de Septiembre de 1540 el Papa Paulo aprobaba en Roma la fundación de la Compañía de Jesús.

Entre estas dos fechas, 27 de Septiembre, con los 450 años de la fundación de la Compañía de Jesús, y el 31 de Julio, fiesta de San Ignacio celebramos en 1990-1991 el año ignaciano, que quiere poner ante nuestros ojos con renovada luz, la figura de aquel santo que a los 500 años de su nacimiento sigue siendo el maestro espiritual más común de la Iglesia en los tiempos modernos.

No fue San Ignacio un teólogo de profesión, ni un escriturista, ni un escritor ascético. Aquel hombre que vivió 30 años entregado a una vida mundana; que convertido al servicio de Cristo Rey, inicia su etapa de santidad hasta que entre mil visicitudes reúne los compañeros que habían de participar de su mismo ideal; aquel hombre que una vez aprobada su “mínima compañía”, querrá que no sea “suya”, sino “Compañía de Jesús”, tendrá en los dieciséis restantes años de su vida una actividad de gobierno y dirección impresionante como lo demuestran sus 6.500 cartas conservadas, y los mil jesuítas que de una forma u otra se habían agrupado en la Compañía a su muerte; aquel hombre, que aunque achacoso ya por su vida penitente, con una clarividencia del juicio admirable, escribe las Reglas y Constituciones de la Compañía, y encontraba tiempo aún para sus notas espirituales intimas y la atención a otros muchos asuntos de la Iglesia; aquel hombre irrepetible por la grandeza de su corazón, la visión universal de sus afanes, nos dejó, algo más importante aún, y fue un librito de apuntes de su primera época de conversión, en el que apuntaba las “luces que el Señor le comunicaba” y que podrían ser de “alguna utilidad” para otros y que luego a lo largo de su vida completó con muy ligeras añadiduras que en nada variaban el núcleo fundamental terminado en Manresa. Ese es el Libro de los Ejercicios, libro esquemático, sustancioso y personalísimo, todo él diríamos subjetivo, como fruto de su experiencia interior espiritual, pero universal, objetivo en el pleno sentido de la palabra, porque es la plasmación en sus cortas líneas de toda la ortodoxia católica y de toda la tradición dogmática y espiritual católica enmarcadas para emprender el camino de la perfección a la que es llamado todo hombre, según su estado y el nivel de gracia a que el Señor le tiene destinado.

Por los Ejercicios Espirituales, es San Ignacio el maestro indiscutible de la vida espiritual católica de los últimos cinco siglos de la Iglesia. Maestro espiritual, director de almas, organizador de conciencias y mentor más lejano o más próximo de cuanto ha sido y es en la Iglesia desde su conversión hasta nuestros días. Todo a través de sus Ejercicios Espirituales que a millones de hombres han santificado y han hecho surgir heroísmos de santidad en todos los grupos sociales y en todos los pueblos. Solamente en el cielo podremos contemplar el bien inmenso que han hecho los Ejercicios Espirituales.

Nosotros hijos espirituales de San Ignacio, todo se lo debemos también en el orden de la gracia a los Ejercicios Espirituales. Amemos los Ejercicios, practiquemos los Ejercicios, pongámonos como meta preparar un nuevo ejercitante para este año ignaciano, a fin de que siga en crecimiento el número de los que se salvarán y se santificarán por- los Ejercicios Espirituales. Y demos continuas gracias a Dios por habernos llamado a Ejercicios como camino seguro para amar a Dios en su servicio.

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 145, noviembre de 1990

 

Ateísmo hoy 5

01 miércoles Jul 2015

Posted by manuelmartinezcano in Guerra Campos, Uncategorized

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Guerra-Campos.5Deseamos una clasificación provechosa y suficiente de las formas y de los motivos del ateísmo. ¿Cuál? Caben varias, y todas valederas. Cada autor puede hacer la suya. En el campo de las clasificaciones ninguna satisface por igual a todos. Hay muchos aspectos y muchos puntos de vista y de referencia para ordenar y clasificar una materia dada. Dejando aparte otras,[1] me limito en este momento a releer la clasificación que utilizó el Concilio Vaticano II en los números dedicados al tema en la Constitución Gaudium et spes. Esta lectura, al ofrecernos una síntesis esquemática y enjundiosa, nos ayudará a situarnos, de entrada, ante una panorámica del campo que queremos explorar:

«La palabra «ateísmo» designa realidades muy diversas. Unos niegan a Dios expresamente. Otros afirman que nada puede decirse acerca de Dios. Los hay que someten la cuestión teológica a un análisis metodológico tal, que reputa como inútil el propio planteamiento de la cuestión. Muchos, rebasando indebidamente los límites de las ciencias positivas, pretenden explicarlo todo sobre esta base puramente científica o, por el contrario, rechazan sin excepción toda verdad absoluta. Hay quienes exaltan tanto al hombre, que dejan sin contenido la fe en Dios, ya que les interesa más, a lo que parece, la afirmación del hombre que la negación de Dios. Hay quienes imaginan un Dios por ellos rechazado, que nada tiene que ver con el Dios del Evangelio. Otros ni siquiera se plantean la cuestión de la existencia de Dios, porque, al parecer, no sienten inquietud religiosa alguna y no perciben el motivo de preocuparse por el hecho religioso. Además, el ateísmo nace a veces como violenta protesta contra la existencia del mal en el mundo o como adjudicación indebida del carácter absoluto a ciertos bienes humanos que son considerados prácticamente como sucedáneos de Dios. La misma civilización actual, no en sí misma, pero sí por su sobrecarga de apego a la tierra, puede dificultar en grado notable el acceso del hombre a Dios.»

«Con frecuencia, el ateísmo moderno reviste también la forma sistemática, la cual, dejando ahora otras causas, lleva el afán de autonomía humana hasta negar toda dependencia del hombre respecto de Dios. Los que profesan este ateísmo afirman que la esencia de la libertad consiste en que el hombre es el fin de sí mismo, el único artífice y creador de su propia historia. Lo cual no puede conciliarse, según ellos, con el reconocimiento del Señor, autor y fin de todo, o por lo menos tal afirmación de Dios es completamente superflua. El sentido de poder que el progreso técnico actual da al hombre puede favorecer esta doctrina.»

«Entre las formas del ateísmo moderno debe mencionarse la que pone la liberación del hombre principalmente en su liberación económica y social. Pretende este ateísmo que la religión, por su propia naturaleza, es un obstáculo para esta liberación, porque, al orientar el espíritu humano hacia una vida futura ilusoria, apartaría al hombre del esfuerzo por levantar la ciudad temporal. Por eso, cuando los defensores de esta doctrina logran alcanzar el dominio político del Estado, atacan violentamente a la religión, difundiendo el ateísmo, sobre todo en materia educativa, con el uso de todos los medios de presión que tiene a su alcance el poder público.»[2]

Para organizar de modo sencillo la exposición que sigue, reuniremos todas las formas de ateísmo en tres grandes grupos:

1º El ateísmo como desentendimiento de Dios por inmersión egocéntrica en lo inmediato.

2º El ateísmo como solución negativa del problema de Dios, que pretende demostrar que Dios no existe.

3º El ateísmo como «humanismo» o reducción de Dios al hombre. (Es la forma más característica de nuestro tiempo.) Sólo que esta reducción de Dios al hombre se hace de dos maneras bien diferenciadas:

  1. a) Reducción simplemente explicativa; puro reduccionismo: la realidad encubierta por la denominación «Dios» y la actitud «religión» no es más que el hombre mismo, alguna de sus fuerzas, ideas o aspiraciones (explicaciones psicológicas o sociológicas).
  2. b) Reducción exaltadora o humanismo ateo propiamente dicho: la reducción de Dios al hombre, como acabamos de ver en el Concilio Vaticano JI, antepone la afirmación del hombre a la negación de Dios; el móvil determinante de la negación de Dios no es porque no existe y porque haya que contentarse con lo humano; se niega a Dios porque se afirma al hombre, «divinizándolo», exaltando su capacidad de realizar por sí mismo todo lo que la religión atribuye a Dios o espera de Dios.

A estas tres agrupaciones de formas ateas se podría añadir esa postura extraña y balbuciente llamada ateísmo cristiano, que se ha formulado hace pocos años y parece un intento de recoger y en cierto modo asimilar, dentro de la «fe», las instancias ateas del proceso del «pensamiento moderno».

Ateísmo-Hoy
José Guerra Campos
Obispo de Cuenca
Fe Católica-Ediciones, Madrid, 1978

[1] He aquí, por ejemplo, compendiadas sucintamente las clasificaciones de algunos autores (las obras no citadas aquí véanse en la bibliografía final): A. DEL NOCE. Tres formas irreductibles: Ateísmo negativo o nihilista -Ateísmo positivo o político -Ateísmo trágico (Nietzsche).

  1. F. Sciacca (en la obra de Ricciotti): Ateísmo práctico y ateísmo teórico -Ateísmo absoluto o dogmático -Agnosticismo -Deísmo -Humanismo ateo -Panteísmo y monismo.
  2. FABRO: Monismo materialista y monismo espiritualista Ateísmo humanístico (incompatibilidad de libertades) -Ateísmo pesimístico (el mal).

Informe de la Comisión interprovincial de Jesuitas sobre ateísmo en España (1967): Ateísmo práctico o de masas (Indiferentismo naturalista -Protesta y reacción: anticlerical, por la injusticia; contra Dios, por el mal). -Ateísmo sistemático, de minorías: Agnóstico liberal -Humanista-existencialista -Ra-cionalista, por razones «científicas» -Marxismo.

  1. Grumelli (en IC.I, n. 379, 1 marzo 1971): Ateísmo cultural, por abandono de una cultura en la que estaba inserta la religión. Ateísmo ideológico, por convicción -Ateísmo sociológico, condicionado por el medio social -Ateísmo interpretativo, por protesta o rebeldía.
  2. Ayfre (cap. «El ateísmo en el cine contemporáneo», en la obra -colectiva «El ateísmo contemporáneo», ed. Cristiandad, vol. 1, tomo 2, pp. 785 ss.): Ateísmo práctico (ausencia de Dios por ignorancia o desentendimiento) -Ateísmo metafísico (ausencia como repulsa) -Ateísmo psicológico (comprobación de la ausencia) -Ateísmo idolátrico (ausencia que se distrae con pseudopresencias en las que no se cree de verdad) -Ateísmo epistemológico (ausencia con nostalgia de una presencia en la que no se confía).

[2] Gaudium et spes, 19y 20.

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Meditaciones y Pláticas del P. José María Alba Cereceda, S.I.

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"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. (Salmo 127, 1)"

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Van al Cielo los que mueren en gracia de Dios; van al infierno los que mueren en pecado mortal

"Id al mundo entro y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado" Marcos 16, 15-16.

"Es necesario que los católicos españoles sepáis recobrar el vigor pleno del espíritu, la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por el amor profundo al hombre hermano." San Juan Pablo II.

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