1º Vida de oración -Es la oración, la unión del alma con Dios…, la comunicación y el trato con Él. -Por eso no hay nada más esencial: Dios es el todo y tú la nada. -Él es el Señor y el Dueño inmensamente rico… poderoso lleno de bondad…; tú el pobre…, miserable reducido a la mayor impotencia Es natural, es indispensable, que acudas a Él, pues sin Él nada tendrás…, nada podrás hacer. -Ese acudir a Él, ese pedirle lo que necesitas, es la oración. -¡Qué amor tan grande el del Señor al darte un remedio tan fácil…, tan sencillo…, tan eficaz, para remediar tus debilidades y miserias. -Si los enfermos tuvieran una medicina tan fácil que con sólo acudir al médico ya se curaran, ¿habría enfermos en este mundo?
Piensa en nuestra locura inmensa, cuando no apreciamos en lo que vale, el medio divino de la oración… cuando no la utilizamos como debemos…, ni con la frecuencia que la necesitamos. –No ha habido santo alguno sin oración… y a mayor espíritu y vida de oración, mayor santidad. -Podrá haber, santos sin grandes y extraordinarias cosas de milagros…, profecías…, austeridades…, éxtasis y raptos -.., pero no sin oración. -Sin embargo, no mires a los santos;.., entra en la escuela de oración donde ellos aprendieron esta lección…, y la escuela es Nazaret.
2º Oración continua -Allí se vivía una vida continua de oración. -Por encima de todas las virtudes, destacaba ésta. -Más aún ésta es la que daba vida y carácter a todas las demás. -En muchas casas hay pobreza como en Nazaret…, hay oscuridad…, hay trabajo…, pero todo eso con aquel espíritu de oración, no lo hay en ninguna. -Todo se hacía en virtud de la oración y como fruto de ella…; de ahí que en Nazaret se oraba sin cesar ¡Cómo santifica.la oración las cosas más pequeñas!…; todo deja de ser pequeño e indiferente cuando se hace con este espíritu de oración.-El comer…, el dormir…, el jugar y el divertirse…, el sufrir o gozar…, el trabajar y el descansar, es entonces una verdadera oración -Y ¡cómo endulza esta todas las cosas amargas de la vida!
Contempla a María trabajando afanosa…, cansada…, fatigada…, abrumada…, sudorosa…, y todo para apenas poder darle de comer a su Hijo querido…, para no salir de su pobreza nunca…; mas no se enfada…, no se impacienta…, esa es la voluntad de Dios, y la acepta, no resignada, sino gustosa y contenta…, satisfecha…, alegre…; todo lo hace con Dios y por Dios…, es decir, todo lo hace orando todo lo convierte en oración. -Por eso es feliz no cambiada su suerte por nadie…, no dejarla su pobreza por las mayores riquezas y comodidades…, ¡Ah!, si conoceríamos bien cómo todo se transforma con la oración!
3º Oración fervorosa -Mira, además, y contempla a la Santísima Virgen en los momentos especialmente dedicados a la oración. -No ya sólo interrumpe su trabajo para levantar su corazón…, purificar su rectísima intención y renovar su incesante presencia de Dios, sino que varias veces al día dedicaba varios ratos exclusivamente a la oración y contemplación. -Mírala y examínala bien; ¡cómo oraría en su porte exterior y en su interior!… Levanta tu espíritu y tu imaginación al Cielo, y allí verás al Ciclo todo, y especialmente a Dios, gozándose con la oración de María…, recibiendo la gloria que esta oración le da…, comunicándose con Ella y aumentando sus gracias y merecimientos. -¿Será así tu oración?… ¿También darás con ella gloria a Dios…, alegría a los ángeles… y merecerás que Él se comunique contigo y te dé sus gracias y lo que necesitas? ¿Por qué sacas tan poco fruto de la oración?… ¿No debías ya tener mucha santidad?… ¿Es que tu oración es como la de María, fervorosa…, humilde y constante?…
4º Oración en común -Y no sólo María, sino todos en aquella casa oraban…, y oraban en privado y en común. -¡Qué espectáculo tan hermoso el de la Sagrada Familia en oración!… ¡Cuánto agrada al Señor la oración en familia… la oración en común… ¿Te persuades bien de esto? -Él mismo Jesús, después de practicarlo así en Nazaret, y más tarde con sus discípulos, claramente nos lo enseñó y aconsejó…: «donde haya dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy yo»
El hombre es social por naturaleza…, todo lo hace con los demás…, ha de vivir con la familia…, con la sociedad, ¿por qué no santificar esa vida con la oración? -Si tienes amistades para tratar…, conversar con ellas…, ¿por qué no para llevaros mutuamente a Dios? Si se dice que en la unión está la fuerza, y el hombre se une a los demás cuando quiere conseguir algo… o hacer un esfuerzo que solo no podría…, ¿por qué no ha de ser así en la vida espiritual? -Mira a la Iglesia cómo fomenta la oración y la vida espiritual en común.Las6rdenes religiosas no son otra cosa. -¿Por qué no tratas de hacerlo así y en lo que puedas fomentar la oración…, la mortificación la conversación y vida espiritual en la familia en las amistades…, en la sociedad que te rodea?
Ildefonso Rodríguez Villar
Puntos breves de meditación
sobre la vida, virtudes y advocaciones litúrgica
de la Santísima Virgen María
26ª edición, Valladolid, 1965