Sin duda murió poco antes de comenzar Jesús su vida pública, pues no vemos que aparezca vg. en las bodas de Caná, que parecía cosa lógica su asistencia, ni en tantas otras narraciones de milagros y hechos de Jesús, y sobre todo cuando El muere en la cruz. El hecho de encomendar el cuidado de su Madre a San Juan, es porque ya no existía San José, sino lo propio hubiera sido encomendársela a él.

No hay duda que Jesús y María lo asistirían en el momento de su muerte y que ésta fue la de un hombre verdaderamente justo y santo. Moriría cuando contaba con unos 50 ó 55 años de edad y aceptaría su enfermedad como enviada por Dios en el momento más preciso que vio que ya había cumplido en la tierra la misión que se le encomendó.

Jesús le animaría a esperar la felicidad eterna, prometida a los que le aman y le sirven en esta vida, y que sería muy corta la separación y que pronto se volverían a ver. Su muerte fue muy apacible y tranquila como la de los hombres justos.

Dice la tradición que el cuerpo de San José no sufrió la corrupción y resucitó el mismo día de la Resurrección de Jesús, como dicen varios teólogos como Gerson. Suárez y otros, quienes lo incluyen precisamente en el número de los resucitados en aquel día (Véase Mt. 27, 53-53). Todos estos honrarían la resurrección del mismo Jesús, y el día de la Ascensión subirían con El al cielo, y el primero de todos San José por ser el padre virginal de Jesús.