Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

Contracorriente

Archivos diarios: 27 septiembre, 2015

La voz de los santos 12

27 domingo Sep 2015

Posted by manuelmartinezcano in La voz de los santos, Uncategorized

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santos-catolicos“Casi todos vienen a Mí para que les alivie la cruz; son muy pocos los que se me acercan para que les enseñe a llevarla”

(Mensaje de Jesús al san Pío de Pietralcina)

“Nada hay mejor que la oración y coloquio con Dios… a aquella oración que no se hace por rutina, sino de corazón”.

San Juan Crisóstomo

“Quien ama con caridad a los demás es ante todo justo con ellos”

Benedicto XVI

“Dejémonos transformar en Jesús por la fuerza de su amor y su compasión”

 San Francisco de Asís

“En el silencio Él nos escucha; en el silencio Él habla a nuestras almas. En el silencio se nos concede el privilegio de escuchar su voz.”

Madre Teresa de Calcuta

“Sin cruz no tendrás llave para abrir las puertas del cielo”

San Pedro Poveda

“No hay camino más excelente que el del amor, pero por él sólo pueden transitar los humildes”

San Agustín

¿Quién es Jesucristo?

27 domingo Sep 2015

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Jesús de Nazaret, nacido judío de una hija de Israel de nombre María, en belén en el tiempo del rey Herodes el grande y de César Augusto I, es el Hijo eterno de Dios hecho hombre. Que ha “salido de Dios” (Jn 13, 3), “bajo del cielo” (Jn 3, 13; 6, 33) y “ha venido en carne” (1ª Jn 4, 2), una carne como la nuestra: de oficio carpintero, predica la conversión y el Reino de Dios, funda su Iglesia sobre una Roca (Pedro) y promete que el mal no la destruirá jamás, muere crucificado en Jerusalén por su amor hasta el extremo a todos los seres humanos, bajo el procurador Poncio Pilato, durante el reinado del emperador Tiberio. Resucita al tercer día, venciendo así a la muerte y convirtiéndose en fuente de vida eterna para todos los que creen en Él; y se queda sacramentalmente con sus discípulos todos los días hasta el fin del mundo. (Catecismo de la Iglesia Católica n. 423)Jesús-riendo-con-María

Jesús de Nazaret, nacido judío de una hija de Israel de nombre María, en belén en el tiempo del rey Herodes el grande y de César Augusto.

Jesús nació en el pueblo judío, el pueblo elegido por Dios para dar su salvación a todas las naciones (cf. Jn 4, 22): su nacimiento había sido anunciado por la Ley (cf. Dt 18. 15) Y por los profetas (cf. Is 7, 14). Su nombre significa «Dios Salva» y fue el mismo Arcángel Gabriel Quien -por mandato de Dios-le dio el nombre a María su Madre, Jesús nace en Belén porque así lo había anunciado Dios (cf. Mi 5, 1-3), es la ciudad del Rey David a Quien el Señor promete un Mesías, un salvador. Y así se cumple la profecía, porque Dios es fiel a sus promesas.

Es el Hijo eterno de Dios hecho hombre. Que ha “salido de Dios”, “bajo del cielo” y “ha venido en carne”, una carne como la nuestra.

El Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad, no quiso ser un Dios lejano, sino que para cumplir la voluntad de su Padre “se hizo hombre”, tomó una carne como la nuestra para poder “Tomar nuestras debilidades y cargar con nuestras enfermedades” (Mt 8, 17).

El Hijo de Dios al hacerse hombre, toma forma de esclavo y así aparece en su porte como hombre: siendo Dios sin dejar de ser lo que era se hace hombre verdadero (cf. Fil 2, 6-7). Él no sigue el camino de Adán que codició ser como Dios, sino que siendo Dios se hace hombre por el camino de la obediencia y de la humillación hasta la muerte en la Cruz, para salvarnos.

De oficio carpintero, predica la conversión y el Reino de Dios.

En la antigüedad lo más normal era que los hijos aprendieran el oficio del padre y como San José, que era el padre adoptivo de Jesús, era carpintero, él también lo fue. Gracias a Jesús, el trabajo humano adquiere una nueva dimensión: santifica al hombre y con él, se une también a la obra de la Redención de Jesucristo. Después de ser bautizado por Juan en el Jordán (cf. Mc 1,9-11: Mt 3, 13-1 7; Lc 2. 21-22), Jesús empieza su predicación anunciando que: «El Reino de Dios estaba al alcance de la mano y que había que convertirse» (cf. Mc 1, 15; Mt3, 2). El Reino de Dios tiene 3 dimensiones: La primera, es que Jesucristo es el Reino de Dios. La segunda es la presencia de ese Reino en el corazón de todos los que creen en Jesús. Y por último el Reino de Dios también es la Iglesia ya que ella es el Cuerpo de Cristo (cf. Ef 5, 23). La conversión produce un cambio de mentalidad, es tener en nosotros la «mente de Cristo» (cf. 1ª Cor 2, 16).

Funda su Iglesia sobre una Roca (Pedro) y promete que el mal no la destruirá jamás.

Jesús escogió a 12 discípulos, como 12 fueron las tribus de Israel con las que Dios estableció su Alianza y fundó una nación santa y sacerdotal (cf. Ex 19, 6); ahora el Señor Jesús con 12 pilares funda el nuevo pueblo de Dios: Su, Iglesia, y la va a purificar y santificar con la Nueva Alianza sellada con su Sangre en la Cruz. Y al fundar una Iglesia con un vicario que le representara y que fuera nuestro punto de referencia en la fe y en la moral, hizo realidad esta promesa, con la Iglesia católica y en la Iglesia católica, Jesús está con sus discípulos siempre.

Muere crucificado en Jerusalén por su amor hasta el extremo a todos los seres humanos.

Jesús tuvo que cargar sobre sí los pecados de todos, su alejamiento de Dios como diría San Pablo: “A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser santidad de Dios en Él” (2ª Cor 5, 21). Ahora a nosotros cristianos nos queda, de manera personal, vivir como lo dice San Pablo: “Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi. Esta vida en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Ga 2, 19b, 20).

Resucita al tercer día, venciendo así a la muerte y convirtiéndose en fuente de vida eterna para todos los que creen en Él.

La Resurrección de Jesús no es obra humana y consistió en que el cuerpo y el alma humanos de Jesús, se vuelven a unir en la única persona de Jesús, una persona divina: El Hijo eterno del Padre. El cuerpo con el que resucita Cristo es el mismo en el que se encarnó, el mismo con el que fue crucificado, pero no es lo mismo: Su cuerpo es glorioso, es decir, está penetrado de su divinidad y ya no está sujeto ni al tiempo, ni al espacio, Jesús conserva las llagas de la Cruz, para mostrar que el Crucificado ha Resucitado y es el mismo (cf. Jn 20, 27).

Se queda sacramentalmente con sus discípulos todos los días hasta el fin del mundo.

Los sacramentos son ritos litúrgicos instituidos por Jesús, como canales para dar su salvación eficazmente al mundo. El término sacramento en latín traduce la palabra bíblica griega «misterio» (cf. Ef 5. 32). Estos «misteriosos» canales de la gracia de Jesucristo son 7:

Bautismo: Es el sacramento que realiza eficazmente el nuevo nacimiento en Cristo: «el que no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios» (Jn 3, 3-5) y nuestra incorporación en la vida divina, en la vida eterna, la vida de la Trinidad (cf. Mt 28, 19).

Confirmación: Es el sacramento que perpetúa y fortalece la gracia de Pentecostés, de la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia (Hch 2, 1-4), esto se realiza por la imposición de las manos y la unción con el Santo Crisma (Hch 8,14-17; Heb 6, 2).

Eucaristía: Es el sacramento en el que se hace presente el cuerpo y la sangre de Cristo bajo las especies o apariencias de pan y vino, así como Jesús mismo lo instituyó en la última cena (cf. Mt 26, 26-29: Mc 14. 22-25; Lc 22, 14-23; 1ª Cor 11. 23-25).

Confesión: Es el sacramento del perdón, Jesús resucitado dio su Espíritu a los Apóstoles, y con ellos a los ministros del Perdón (sacerdotes válidamente ordenados en la Iglesia católica) para que «perdonaran y retuvieran los pecados con su poder» (cf. Jn 20, 22-23).

Unción de los enfermos: Es el sacramento de sanación y de preparación a la muerte, sanación que Jesús confió a los Apóstoles. Quienes «ungían con aceite a muchos enfermos y se curaban» (Mc 6, 7. 12-13).

Matrimonio: El sacramento que eleva y enriquece la unión entre hombre y mujer haciéndola un signo vivo de la unión entre Cristo y su Iglesia (cf. Ef 5, 21-33: Ap 19, 6-8). Es unión indisoluble y exclusiva, porque «lo Que Dios unió que no lo separe el hombre» (cf. Mt 5, 32: 19, 1 -9: Lc 16, 18; 1ª Cor 7, 10-11).

Orden Sagrada: Es el sacramento del ministerio unido a Cristo Cabeza de la Iglesia, que capacita a los ministros a actuar «en- personando a Cristo”, en la persona de Cristo. Ellos son los encargados, de manera especial de predicar la Palabra de Dios (Hch 20, 28¬32) y celebrar la Eucaristía (1ª Cor 11, 23-25).

Opus Christi Salvatoris Mundi
Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer Mundo

Pensar es sano 19

27 domingo Sep 2015

Posted by manuelmartinezcano in Pensar es sano

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pensar-657x360El partido es fuente de bienestar para sus militantes y amigos y el consenso es el consenso.

Dalmacio Negro

El pueblo no manda ni gobierna ni controla nada. El pueblo carece de elementos de juicio suficientes y, por tanto, de capacidad de controlar políticamente a nadie.

Felipe Giménez Pérez

En el sector privado trabajan catorce millones y diecisiete millones cobran de las arcas del Estado.

Enrique de Diego

El aborto libera al hombre para explotar sexualmente a la mujer.

Richard Stith

No está en la miseria el germen de las revoluciones; el germen de las revoluciones está en los deseos sobreexcitados de la muchedumbre por los tribunos que los explotan y benefician.

Donoso Cortés

La persecución a la Iglesia Católica se ha desatado en los países que componían la “Cristiandad”, dirigida por miembros de la Democracia Totalitaria que domina el mundo del modo absoluto, y constituye la mayor tiranía de la historia.

Carlos de Meer de Ribera

 Es paradójico que la inmensa mayoría de los abortos de España se realicen con la excusa de “preservar la salud psíquica” de la mujer cuando la verdad es que la empeora genuinamente, como demuestran estudios científicos, hasta de científicos ateos como David Fergusson.

José Alberto Palma, médico

Yo no soy tolerante, porque es estúpido creer que la verdad y el error tienen iguales derechos. Pero mi intolerancia no se trata de una agresividad hacia el adversario. La intransigencia con el error, no sólo es incompatible, sino que obliga al amor hacia la persona equivocada. ¿Cuántas almas habilísimas están llenas de buena fe en una postura errada? ¿Cómo darles a ellos la verdad, si levantamos frente a las mismas una muralla de rencores y prejuicios.

Jaime Eyzaguirre

Mis peores momentos en el Consejo General del Poder Judicial han sido los que han venido de la mano de la politización del Consejo, al constatar que no se atiende a razones, sino a la fuerza de las mayorías y minorías.

Nada hay más corporativista que un juez estrella, o el militante de una ideología que ejerce con la toga puesta.

José Luis Requero, magistrado de la Audiencia Nacional

La política sexual del feminismo socialista es silenciosa. Quieren acabar con el matrimonio y con la familia. Ahí están el matrimonio homosexual y el aborto. Quieren acabar con la naturaleza de la mujer, que sea como el hombre, eliminar la feminidad y la maternidad. Zapatero es un ligue fácil para las feministas.

Jesús Trillo-Figueroa, abogado

 

Mensajes de fe 52: milagro de Calanda

27 domingo Sep 2015

Posted by manuelmartinezcano in Mensajes de fe, Uncategorized

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milagro_calanda--644x362No hay que ser fanático, pero tampoco cerrar los ojos a los hechos históricos. No hay que ser crédulo, pero sí aceptar lo que tiene pruebas irrefutables para quien no sea analfabeto. Un hecho, realmente digno de ser considerado, fue lo que sucedió en la villa de Calanda, cerca de Alcañiz, a 120 kilómetros de Zaragoza. Una familia, el matrimonio Pellicer-Blasco, tuvieron su primer hijo al que pusieron por nombre Miguel. Era una familia pobre las apreturas económicas crecieron con el hijo. Familiares suyos, de Castellón de la Plana, para aliviarles, invitaron a Miguel Pellicer a ir a trabajar las tierras de su tío. Entonces, Miguel abandonó Calanda.

En su nueva vida trabajaba con el mayor éxito. Pero tuvo un grave accidente de trabajo: una rueda de carro le pasó por encima de su pierna derecha, destrozándola de tal forma que, internado en el Hospital de la Esperanza, y trasladado después al Hospital de Zaragoza, se la tuvieron que cortar cuatro dedos más abajo de la rodilla. Esta operación, en aquellos tiempos, se practicaba aserrando la parte gangrenada, sin otra anestesia que alguna bebida alcohólica. Con la pierna amputada, después de horribles sufrimientos, le ataron la carne cortada y los nervios adaptándole la pierna de palo, con lo que quedaba para siempre inválido para el trabajo. Desde el Hospital, al salir, su primera visita, casi arrastrándose, fue para visitar a la Santísima Virgen del Pilar, en donde confesó y comulgó. Los canónigos del Pilar le dieron plaza «como de plantilla», para que a las puertas del templo pudiera pedir limosna. Por medio de sus paisanos preguntó si sus padres lo aceptarían en su casa. Llegó a ella, y allí ayudaba a sus padres, pidiendo limosna. El 29 de marzo de 1640 se hospedaban en su casa soldados de los que cruzaban Aragón. Miguel Pellicer también se retiró a descansar, y profundamente dormido, mientras soñaba que se untaba el dolorido muñón con aceite de la lámpara de la Virgen, cual hiciera en aquellos dos, años de pordiosero del Pilar, aun soportando riñas del médico que creía pudiera serie perjudicial, sus padres notaron un olor muy agradable en toda su casa. Con. el candil se acercaron a su hijo, que estaba dormido, y con estupor, vieron que tenía las dos piernas cruzadas, perfectamente normales. Téngase presente que cuando le cortaron la pierna en Zaragoza, ésta fue enterrada en el cementerio.

ARGUMENTOS SÓLIDOS

Se han escrito muchos libros, en todos los idiomas civilizados, sobre él. Las actas notariales, con abundancia de testigos de todo el pueblo, que se conservan perfectamente, hacen imposible que pudiera tratarse de ninguna fantasía. La fama de la recuperación de la pierna de Miguel Pellicer llegó a todas partes. La poesía, el arte, los médicos, los notarios, durante un año entero investigaron y certificaron finalmente la verdad de lo sucedido. Viajó mucho, pues en todas partes querían conocerle y contemplar su pierna prodigiosa. También el rey Felipe IV, le llamó en Madrid, y el monarca se postró para besar la pierna en la cicatriz que siempre se conservó.

Cuando hay un milagro se significa siempre algo que está por encima de las fuerzas y de las posibilidades de la naturaleza. La naturaleza no es otra cosa que el conjunto de seres, ya del orden mineral, vegetal, animal y humano. Pero Ia naturaleza tiene un Autor que es Dios. Y Dios, Todopoderoso, puede superar las leyes de la naturaleza, mejorarlas, cambiarlas, y realizar maravillas imposibles para las fuerzas naturales. Cuando sucede un hecho así, que se puede comprobar con los ojos, que no admite discusión de que sea algo fantástico, que no intervienen los nervios ni las alucinaciones, es que Dios interviene directamente. Y Dios nunca obra porque sí, arbitrariamente. Siempre que hay un milagro, Dios lo realiza para afirmar su bondad y su misericordia.

A veces hay personas que ven milagros por todas partes. Y dicen tonterías. Pero también dicen barbaridades los que niegan milagros que se pueden comprobar. Es cosa cierta que en la Biblia se narran milagros de verdad. También lo es que en el decurso de los siglos se han registrado, con certificados médicos, con radiografías, con pruebas científicas de todo rango, milagros de verdad. Los milagros auténticos solamente se dan dentro de la Iglesia católica. No hay ninguna confesión religiosa -ni el budismo, ni el mahometismo, ni el protestantismo en ninguna de sus variantes, ni los testigos de Jehová- que puedan presentar UN SOLO MILAGRO que pueda discutirse científicamente en una Academia de Medicina.

LOS MILAGROS SIEMPRE SON OBRA DE DIOS

Si los milagros siempre son obra de Dios, y no de los hombres, ni siquiera de los santos ni de la Virgen, ya que los santos y la Virgen interceden pero el que realiza el milagro en definitiva siempre es Dios, aunque sea por la plegaria más eficaz, de los santos y de la Virgen, que por su pureza convierten su oración en irresistible para el Señor, es que la Iglesia católica es VERDADERA, la única que es auténticamente bíblica, la única que tiene la plenitud de toda la Verdad Revelada, la única que tiene los Sacramentos instituidos por Jesucristo, la única que nos ofrece todas las garantías para salvarnos. Y es que no basta que cada uno, aunque lo haga «de buena fe» o «siguiendo su conciencia», escoja la religión que mejor se acomode a su capricho. Figurémonos que en la vía pública, los conductores de coches «de buena fe» y «siguiendo su; conciencia» maniobran prescindiendo del código de circulación; de las señalizaciones reglamentarias y de los semáforos. Y que cada uno se excusara en su «buena fe» y «conciencia». Los choques, las muertes, los atropellos, serían incalculables. Porque no podemos fabricarnos caprichosamente un código de circulación, y hemos de aceptar lo que está establecido para la máxima seguridad personal y ajena. Si en algo tan sencillo, no podemos inventarnos la manera de portarnos, Dios no quiere que en la vida religiosa cada uno se imagine una religión inventada por los hombres.

SOLAMENTE HAY UNA RELIGIÓN VERDADERA

La que instituyó Jesucristo, que está continuada por la Iglesia católica, apostólica y romana. Esto no significa que todos los miembros de la Iglesia sean santos ni perfectos. Pero aquí no se trata de cosas personales, sino de encontrarnos en la Iglesia auténticamente instituida y asistida por Jesucristo. El milagro de Calanda, que no puede negar nadie que estudie el caso -léase, por ejemplo, el libro «El milagro de Calanda a nivel histórico», de Leandro Aina Naval- certifica que la devoción a la Virgen mereció que el Señor alcanzara a Miguel Pellicer Blasco la pierna restituida. Si Miguel Pellicer Blasco hubiera sido budista, mahometano, protestante o testigo de Jehová, aunque hubiera llevado buena conducta y amado a Dios a su manera, el milagro no hubiera sucedido, como nunca han ocurrido en ninguna de estas confesiones.

Porque sólo la Iglesia católica es la Iglesia de Jesucristo. Quien pertenece a ella y la sigue, se salva. Quien pierde la fe católica voluntariamente, está en camino de perdición. El que está en otra religión y por falta de conocimiento e ignorancia, practica honradamente, el Señor le concederá la verdadera fe o le salvará por imposibilidad de haber llegado al lugar en donde Dios es conocido más plenamente. Vale la pena que cada uno examine si practica o no practica la verdadera religión, pues en ello nos jugamos la salvación eterna.

«LA VIRGEN NUNCA FALLA», decía Teresa González Quevedo, una muchacha madrileña, jovencísima, camino de los altares. Y no falla, si cada mañana y cada noche, de corazón, la honramos con las TRES AVEMARÍAS.

Obra Cultural
Laura, 4 – Barcelona-10

Meditación 64

27 domingo Sep 2015

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MA­RÍA EN LOS TORMENTOS DE LA PASIÓN

La_pasion_de_cristo1º En la flagelación. -Pasada la noche en oración…, confortada y alentada con la misma con los ojos llorosos y el semblante desencajado al ser ya de día, sale la Santísima Virgen de su retiro para ir en busca de su Hijo. -No la sufre el corazón asistir a sus sufrimientos desde lejos,.., quiere ir con Él a donde Él vaya. -No sabemos detalles de este paso, ni cuándo ni en dónde, encontró a su Hijo. ¿Fue ya en casa de Pilato?… ¿Quizá al ir o al volver de Herodes?… ¿Cuando le estaban posponiendo a Barrabás? -Fuera cuando fuese, tuvo que ser un encuentro violentísimo para su corazón. -Apenas si conocía a Sil Hijo…; mentira le parecía que en tan pocas horas hubiera podido perder tanto… y desfigurarse como estaba. -La cara hinchada por la horrible bofetada en casa de Anás… y por los golpes que durante la noche le dio la soldadesca, no dejaba entrever la belleza divina del «más hermoso de los hijos de los hombres»

Y, sin embargo, todo aquello había sido el comienzo…; los tormentos horribles y bárbaros Comenzaron en la flagelación. -Consta por revelaciones particulares, por ejemplo a Santa Erígida, que la Santísima Virgen asistió personalmente a este tormento.-Párate y detente a considerar lo que este paso diga a tu corazón… y ante todo pregúntate: ¿qué sentiría la Santísima Virgen cuando oyera la sentencia de azotes?… ¿Cuando viera los preparativos para ejecutarla en seguida… y escuchase los gritos salvajes con que aquellos sayones se animaban unos a otros… y hacían apuestas sobre quién lo iba a azotar mejor y más bárbaramente? -Ponte junto a la Virgen…; mírala, intensamente pálida…, con el corazón queriendo saltar del pecho por la violencia con que late…, apartando los ojos por no ver aquello… y abriéndolos sin acertar a dejar de mirar lo que tanto la interesaba…, en lo que la iba la misma vida.

Y, efectivamente, ve traer, entre empellones y golpes, a su Hijo y con violencia y desvergüenza inaudita le comienzan a desnudar. Nunca llegarás a comprender lo que pasó entonces por el Corazón de María. -Sería necesario que supieras lo que era para Ella, la modestia y la pureza… para que pudieras rastrear algo, de lo que sintió al ver a su Hijo desnudo ante aquella muchedumbre… y si encima, al verle así, le insultaron…, se mofaron y rieron de Él…, si le acompañaron con bromas groseras…, con chistes soeces… ¡imagínate qué sentiría la Santísima Virgen y cómo aumentaría su dolor!

Ya está atado a la columna… y los sayones a ambos lados…, a una señal, empiezan uno tras otro a descargar golpes con toda su fuerza.-Jesús se estremece…, aprieta sus labios para no romper en gritos de dolor…, levanta sus ojos al Cielo con una mirada de indecible sufrimiento… y María lo ve todo… y ya no puede más. Según las revelaciones, a los primeros golpes cayó desmayada, sin sentido… Acércate a Ella…, sostenla en tus brazos, pero a la vez no dejes de mirar a Jesús y admírate de cómo no te desmayas tú y mueres de pena al ver esto.-Ya han pasado dos…, cuatro…, seis verdugos…; ya se han cansado de azotar a Jesús…, ya su cuerpo es una llaga continua y horrorosa que deja ver los huesos… Mira, mira mucho ese cuerpo deshecho y piensa: ¿por qué… y por quién está así Jesús? -Recuerda los pecados de impureza y pregúntate: ¿quién merecía ese castigo?…, ¿sobre quién debía haber descargado esta espantosa y durísima disciplina?

2º Coronación de espinas.-Jesús trata de descansar y tomar algún aliento, pero…, no era día de descanso y tenía que sufrir aún mucho más. -El infierno inspira a aquellos soldados la burla de su coronación. -Oye las carcajadas y aplausos con que es acogida la idea, y mira cómo todos se dan prisa a ponerla en práctica…. Uno trae un pedazo de púrpura sucio y roto…, otro prepara el cetro de caña…, los demás tejen la corona… y otra vez desnudan a Jesús. Contémplale sentado en aquella piedra…, con el jirón de púrpura sobre los hombros y la caña en las manos. -Ha llegado el momento de coronarle… Con burlas y bromas infernales, le colocan, con grandes ceremonias, la corona en su cabeza… y en seguida la aprietan fuertemente y le golpean con palos la misma… ¡Qué sería aquello!… Jesús, instintivamente, cierra y aprieta los ojos y de ellos brotan lágrimas mezcladas con la sangre que por toda la cara y cabeza corre con gran abundancia… ¿Es posible imaginar tormento más atroz?

Ahora contempla la sacrílega comedia que hacen con ÉL…; está coronado de Rey…, hay que rendirle homenaje… y doblan sus rodillas ante Jesús y unos le dan una bofetada…, otros le escupen…, quién le tira del manto y le dice una asquerosa gracia…, quién, en fin, le quita la caña y le golpea la cabeza con ella… ¿Asistiría la Santísima Virgen a esta escena?… ¿Tuvo, al menos, conocimiento de lo que se estaba haciendo con Jesús?… ¿Cómo tenía corazón para sufrir estas cosas? Fue un milagro, sin duda, que no muriera de dolor. Por lo menos, ciertamente, debió presenciar la escena del Ecce Homo. –Asiste tú a ella con la Santísima Virgen. -Imagínate cómo sería…, qué ocurriría en aquella plaza a la vista de Jesús… y oye la gritería de la multitud que le pide para la muerte. -Habla con la Virgen… ¿que la dices tú?…

3ª La condenación. -Y, efectivamente, Pilato cobardemente, accede a estos gritos y le condena a muerte. -La gente oye la sentencia y aplaude… La oye Ma­ría…, la oyes tú…. y ¿qué haces? ¡Jesús condenado a morir! -Él muere y ¿tú puedes vivir?, ¿Cómo recibirían Jesús y Ma­ría esta sentencia?… ¿Cómo la recibes tú, si piensas que de ella depende tu salvación?… ¡Qué afectos de gratitud y de inmensa alegría y al mismo tiempo de profundo dolor, deben llenar tu corazón!

Mira a Jesús, sin poderse tener en pie, hacer un esfuerzo supremo… y lanzarse con avidez al encuentro de la Cruz que le traen los sayones. -Mírale bien cómo se abraza con ella, cual si fuera algo muy deseado o querido. -No quiere, no, que nadie se la lleve y Él mismo se la carga sobre sus hombros… ¡Qué generosidad!… ¡Qué amor el suyo tan verdadero!

Escucha lo que la Virgen te quiere decir…, te habla, sin duda alguna, oye bien lo que te, dice: Que reconozcas por tu Rey a Jesús…, que Él sea el único que reine en tu corazón…, que nadie, ni tú mismo, ocupe el lugar que a Él solo corresponde…; que tengas generosidad en el sacrificio que no sólo aceptes, sino busques y ames la cruz que ella será tu dicha y tu felicidad…, que la lleves con constancia y hasta lo último…, que Ella te ayudará. -En fin, que veas lo que es el pecado, y repares los tuyos con la penitencia y el fervor…, al mismo tiempo que desagravias a Jesús por los pecados de todo el mundo. -Que no sea tu alma cobarde…, ingrata…, infiel ante un amor como el de Jesús… ¿Lo escuchas bien?… ¿Lo entiendes?… Y ¿qué la respondes?…

Ildefonso Rodríguez Villar
Puntos breves de meditación
sobre la vida, virtudes y advocaciones litúrgicas
de la Santísima Virgen María
26ª edición, Valladolid, 1965

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Ejercicios Espirituales predicados por el P. Cano

Meditaciones y Pláticas del P. José María Alba Cereceda, S.I.

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“Espíritu Santo, infúndenos la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente”. Padre Santo Francisco.

"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. (Salmo 127, 1)"

Nuestro ideal: Salvar almas

Van al Cielo los que mueren en gracia de Dios; van al infierno los que mueren en pecado mortal

"Id al mundo entro y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado" Marcos 16, 15-16.

"Es necesario que los católicos españoles sepáis recobrar el vigor pleno del espíritu, la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por el amor profundo al hombre hermano." San Juan Pablo II.

"No seguirás en el mal a la mayoría." Éxodo 23, 2.

"Odiad el mal los que amáis al Señor." Salmo 97, 10.

"Jamás cerraré mi boca ante una sociedad que rechaza el terrorismo y reclama el derecho de matar niños." Monseñor José Guerra Campos.

¡Por Cristo, por María y por España: más, más y más!

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