anunciacion_mariaObra Cultural

Escucha esta consideración:

Si se dijese aun navegante: He aquí el navío en el que es imposible que naufragues Si se dijese a un soldado: He aquí un arma con la que serás invencible Si se dijese a un enfermo: He aquí un remedio con el que apartarás de ti la muerte… ¡Con qué vehemencia, exaltación e ímpetu, aquel soldado, aquel navegante y aquel enfermo se abalanzarían a coger el secreto que se les ofrecía!

Y, acaso, ¿nosotros no somos navegantes, soldados y enfermos?… Navegantes que queremos llegar a puerto… Soldados que anhelamos conseguir la victoria… Enfermos que suspirar:nos por una vida sana. Pues bien, he aquí un sencillo y seguro medio para alcanzar la victoria frente a los enemigos del alma -que es inmortal y que un día tiene que ser juzgada por Dios definitivamente, se piense o no se piense-, para obtener la salud espiritual. y disfrutar la gracia de Dios, para arribar al puerto de la eternidad feliz y hasta para resolver múltiples inquietudes terrenas: rezar cada mañana y cada noche TRES AVEMARÍAS a la Virgen Santísima pidiéndole nuestra salvación eterna.

La práctica de esta devoción no puede ser ni más fácil, ni más breve. Fácil es porque se concreta a rezar cada mañana y cada noche TRES AVEMARÍAS, agradeciendo a la Santísima Trinidad los dones de Poder, Sabiduría y Amor que otorgó a la Virgen Inmaculada, e instando a María a que de ellos use en auxilio nuestro.

Y tan breve es, que este rezo se hace EN MENOS DE UN MINUTO poniendo toda la fe y atención posible. ¿Y si un día tiene 1.440 minutos, será MUCHO dedicar menos de uno a ASEGURAR tu vida espiritual?

Dirás, ¿CÓMO SE EXPLICA QUE UNA DEVOCIÓN TAN FÁCIL Y TAN BREVE, ALCANCE GRACIAS TAN GRANDES Y TAN NUMEROSAS? Mira, Dios es dueño absoluto de sus bienes, y suele obrar las más grandes maravillas con medios que parecen sencillos y desproporcionados. Es algo misterioso, pero cosa cierta que, tratándose de su Santísima Madre, Dios se muestra sumamente generoso con los que la honran. A la Virgen, los santos la llaman Omnipotencia Suplicante, o sea, que Dios le concede todo lo que pide por nosotros, porque los dones y gracias vienen de Dios parlas méritos de Jesucristo. María es la Tesorera Universal, por cuyo medio recibimos las dádivas preciosas y los dones perfectos que nos ha alcanzado Jesucristo con la Redención. Y así como Jesús vino al mundo por medio de María, también está en la economía divina que las gracias de Jesús pasen por María.

GRACIAS CONCEDIDAS POR LA VIRGEN A LOS QUE LA INVOCAN CON EL REZO DIARIO DE LAS TRES AVEMARÍAS

Una madre de familia escribía: «Durante la última guerra mundial, seis miembros de la familia tuvieron que marchar al campo de batalla. Yo los puse bajo el patrocinio de la Virgen Santísima, suplicándole que los protegiese en todos los peligros y nos los restituyese después de la guerra. Para conseguirlo, rezaba todos los días, por la mañana y por la tarde, las TRES AVEMARÍAS, añadiendo: MARÍA, MADRE MÍA, PROTEGEDLOS EN ESTE DÍA, o PROTEGEDLOS DURANTE ESTA NOCHE. Fui escuchada, pues todos volvieron sanos al seno de la familia; uno solo fue herido, y ligeramente. En agradecimiento, rezo todos los días las TRES AVEMARÍAS y las recomiendo a todos con quienes trato».

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Escribe el P. Luis Larrauri, misionero redentorista: «Con frecuencia confesamos mudos; Pero esta vez… la cosa salió de lo normal. Estaba misionando en un pueblo… Allí vivía un caballero que había perdido el habla. El último día de la Misión, un hijo suyo me suplicó fuera a confesar al enfermo, que llevaba tres meses mudo y estaba gravísimo por efectos de una embolia. Fui a la casa que se me indicó. Entré en la habitación donde estaba el enfermo. Salió el hijo, y quedé solo con el mundo. -Esté usted tranquilo -le dije-, que yo le iré haciendo las preguntas y usted me irá respondiendo, con signos de cabeza, que sí o que no. Entonces aquel hombre rompió a hablar. Y con voz clara y distinta se confesó. ¡Yo no salía de mi asombro!… Como no pude disimular esto, y lo expresaba mi semblante, él me dijo con emoción: -Padre, usted va a comprender in-mediatamente por qué hablo en estos momen.tos. Desde los diez años tomé la costumbre de rezar, por la mañana y por la tarde, las TRES AVEMARÍAS, que a todos nos aconsejaron unos padres misioneros. Desde los catorce años perdí toda práctica religiosa, menos las TRES AVEMARÍAS. Jamás, ni un sólo día, las he omitido, pidiendo a la Virgen María la gracia de no morir sin hacer una buena confesión; porque, como ha oído, necesitaba confesarme bien desde mi primera comunión, que fue a los 8 años. Terminada la conversación, quedó otra vez mudo. A las doce de la noche había muerto, con el alma lavada por la penitencia».

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«La Madre de Cristo, es la Madre de todo el pueblo de Dios, la Madre de la Iglesia», como la proclamó Pablo VI, en el 21 de noviembre de 1964. Madre de los hombres que nos ama, después de Dios, como nadie, y que para hacérnoslo comprender San Alfonso María de Ligorio, escribió: «REUNID, SI PODÉIS, EL AMOR QUE TODAS LAS MADRES TIENEN A SUS HIJOS, TODOS LOS ESPOSOS A SUS ESPOSAS, TODOS LOS ÁNGELES Y SANTOS A SUS DEVOTOS, Y TODA ESTA SUMA DE AMOR NO IGUALARÍA AL QUE TIENE MARÍA A UNA SOLA ALMA».

San Juan Bosco enseñaba: «CULTIVAD UNA TIERNA, VERDADERA Y CONSTANTE DEVOCIÓN A MARÍA SANTÍSIMA. ¡SI OS DIERAIS CUENTA DE LA IMPORTANCIA DE ESTA DEVOCIÓN, NO LA CAMBIARÍAIS POR TODO EL ORO DEL MUNDO!»

Uno de los más eminentes teólogos modernos, el P. Gabriel María Raschini, ha escrito: «ES NECESARIO DIFUNDIR CADA VEZ MÁS ESTA BREVE, FÁCIL, EXCELENTE Y EFICAZ DEVOCIÓN DE LAS TRES AVEMARÍAS, Y HACERLA ESTIMAR DE TODOS PARA QUE, PRACTICÁNDOLA, NADIE PIERDA EL CIELO… RECOMENDAMOS LAS TRES AVEMARÍAS, CON TODAS NUESTRAS FUERZAS, A LOS PADRES, PARA QUE LAS ENSEÑEN A SUS HIJOS. LAS RECOMENDAMOS A LOS PREDICADORES, PARA QUE LAS DEN A CONOCER CADA VEZ MÁS. ¡PARA MUCHOS PODRÁ SER LA ÚLTIMA TABLA DE ETERNA SALVACIÓN!»

La Santísima Virgen insiste en su maternal asistencia a la hora de la muerte. Refiriéndose a todo aquel que la haya invocado con las TRES AVEMARÍAS, reveló a Santa Gertrudis que: «A LA HORA DE SU MUERTE, ME MOSTRARÉ A ÉL CON EL BRILLO DE UNA BELLEZA TAN GRANDE, QUE MI VISITA LE CONSOLARÁ Y LE COMUNICARÁ LAS ALEGRÍAS CELESTIALES».

MODO DE REZAR LAS TRES AVEMARÍAS

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. -Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como eran en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Las TRES AVEMARÍAS se rezan recitando tres veces la oración «Dios te salve, María…», terminando con el «Gloria», una sola vez. Al final de las TRES AVEMARÍAS se puede decir: SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO. MADRE MÍA AMANTÍSIMA, GUARDADME DE VIVIR Y MORIR EN PECADO MORTAL.)

«NADIE ME ARRANCA LA IMAGEN QUE TENGO GRABADA EN MI CORAZÓN», dice San Luis María de Montfort. Esta imagen de María está en todos los corazones de los cristianos que cada mañana y cada noche rezan las TRES AVEMARÍAS a la Virgen, para conseguir la salvación eterna.