articulosMosén Martínez

Estudiar, filosofar, es ahondar en la realidad de las cosas. Los democratistas, son más gigantudos. Ellos cambian la realidad: un hombre es una mujer y un aborto – asesinar niños – un derecho democrático. Diabólico.

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Pregunto a los que saben Historia; ¿Ha ocurrido alguna vez, lo que está ocurriendo con los “refugiados” de nuestros tiempos? He leído que en realidad, son mano de obra barata  para ese capitalismo salvaje que condenó San Juan Pablo II.

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Hablamos de política y, el buen hombre me pregunta: ¿Qué quiere usted? Quiero que se hunda esta democracia. Acabar con los ríos de sangre de niños y niñas inocentes. Así Dios tendrá misericordia de nosotros.

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Un excelente intelectual ha dicho que la peor ley democrática es la de educación (corrupción). De ahí arrancan los divorcios, la homosexualidad, etc.

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Santa Teresa dice que: “todo el daño que viene al mundo es de no conocer las verdades de la Escritura”. Cada día, por lo menos media hora de lectura.

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San Marcos dice que Jesús “llamó a los que quiso para que estuvieran con Él” (3, 10). No nos hagamos los sordos. Jesús sigue llamando.

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Santa Teresa del Niño Jesús, enseñó la absoluta confianza en Dios Padre, con su “camino de infancia espiritual”. La democracia, infantiliza de tal manera que convierte a los pueblos en masa amorfa, en hombres y mujeres infantilizados que adoran ídolos.