Mª Teresa Sellas – Misioneras de las Doctrinas Rurales
He tenido la oportunidad de estar en una Doctrina como auxiliar, el curso pasado.
Durante estos meses, lo que más me ha sorprendido ha sido comprobar cómo, poco a poco, las almas se iban transformando por el poder de la Gracia. Era bonito y gratificante ver a la gente atraída por el Señor y sus cosas, y cómo personas que, en las primeras visitas, nos habían rechazado, más tarde se convirtieron en colaboradoras inseparables; y corazones que, parecían fríos o impenetrables, se ablandaban y se dejaban acariciar y consolar por el Señor. Fue un cambio palpable y efectivo que logró bonitas conversiones.
Son muchísimas las cosas con las que he disfrutado, como las actividades con los niños, las graciosísimas clases de memoria, pero sobre todo en las clases de manualidades con las mujeres. En ellas había siempre un ambiente gozoso y bullicioso donde reinaba el amor y la alegría. Hasta las mismas alumnas se sorprendían de que hubiera ese buen rollo y familiaridad entre ellas y con las hermanas.
Otra experiencia enriquecedora fue poder participar en dos Misiones Populares, una en La Rabita y otra en San Antonio, y ver como el Señor a veces quiere dejarnos ver un poco el fruto del trabajo realizado, pues la Misión, al final de curso, fue una lluvia de bendiciones para el pueblo.
Aunque teníamos mucho trabajo y tenía que poner los cinco sentidos, había veces en que la mente estaba en otro sitio: en la familia. Esto fue lo que quizás me costó más, separarme por unos meses de mi familia. Es un desgarro en el alma que no es fácil acallar; pero es tan difícil como necesario. Pues esta separación temporal ha conseguido que la valorara más y, por supuesto, que rezara más por todos ellos.
Si alguien me preguntase si es conveniente pasar un año como auxiliar le respondería sin dudar que sí. Son unos meses de cursillo intensivo para aprender sobre la vida, tanto material como espiritualmente. Pasas más tiempo cerca del Sagrario y empiezas a tener una intimidad con el Señor que paulatinamente va transformando tu interior. Es una experiencia de la que jamás me arrepentiré porque ha sido como un libro de instrucciones para muchas situaciones con las que seguro me voy a encontrar a lo largo de mi vida.