Dios “se hace pequeño, se hace niño, para atraernos con amor, para tocar nuestros corazones con su bondad humilde; para remover, con su pobreza, a cuantos se afanan por acumular los falsos tesoros de este mundo”.
El papa Francisco
El único camino que conduce a esa hoguera divina (el amor) es el abandono del niñito que se duerme sin miedo en brazos de su padre.
Santa Teresa del Niño Jesús
«Pidamos al Niño divino que nos revista de humildad, porque sólo con esta virtud podemos gustar este misterio relleno de divinas ternuras».
San Pío de Pietrelcina
«Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás».
Madre Teresa de Calcuta
«Enseña al médico tu herida de manera que puedas ser curado. Aunque tú no se la enseñes, Él la conoce, pero exige de ti que le hagas oír tu voz. Limpia tus llagas con tus lágrimas».
San Ambrosio de Milán
«La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios».
San Agustín
«El misterio de la Navidad, nos lleva a contemplar la vida desde la fe. Nos invita a acoger y valorar todo lo humano, a mirar el mundo con simpatía y ternura, a amar con pasión la vida y a cada ser humano, a sentirnos alentados por una misma esperanza».
Maite Uribe, directora de la Institución Teresiana